Perfil (Sabado)

Algo más que un libro sobre una banda de rock

- FERNANDO SANCHEZ* DANIEL RIERA*

El año 2021 no es uno más en la historia de Virus. Es cuando se cumplen cuarenta años de la edición de Wadu wadu, el primer LP del grupo. Y es, también, el año en el que Federico Moura, su primer cantante, habría cumplido 70 años. Las efemérides y los números redondos suelen ser razones suficiente­s para explicar repasos, recuerdos, reedicione­s. Con esos dos datos alcanzaría para volver a poner en circulació­n un libro que repasa la carrera de la banda de los hermanos Moura. Pero no. A riesgo de sonar vanidosos, hay una razón de más peso; al menos para nosotros, los autores: es un buen trabajo sobre una banda clave para la música popular y el rock argentinos, que estaba inconsegui­ble y que valía la pena recuperar.

La primera edición de Virus, una generación se publicó en 1995. En 1994, ambos editábamos la sección Música de la revista semanal de noticias de cultura La Maga. Era la época en la que gran parte del viejo catálogo de discos de rock argentino se editaba en CD, y el interés por recuperar esa rica historia que había comenzado en los años 60 se reflejaba en el éxito de taquilla de la película Tango feroz

(una historia inspirada en la vida de Tanguito); en el rating de La cueva (programa de tele que se emitía por Telefe) y en las buenas ventas de libros biográfico­s (como Tanguito,

de Víctor Pintos) o recopilato­rios (como La historia del palo, de Gloria Guerrero). En ese contexto nació la idea de Virus, una generación. No éramos fans de los Moura, pero intuimos que la suya era mucho más que la historia de un conjunto musical. ¿Por qué? Liderada por tres hermanos de clase de media nacidos y criados en La Plata, Virus fue la banda que incorporó ideas y términos que hasta su aparición, en 1980, eran ajenos al rock producido en la Argentina: new wave, humor, ironía, baile, ambigüedad sexual, colores, glamour, parodia, tecnología, puesta en escena, vestuario, diversión. Y lejos de ser una banda de gay rock, fue la primera cuyo cantante y líder, Federico Moura, supo representa­r su homosexual­idad sobre el escenario con estilo, eludiendo a la vez la caricatura y el panfleto. Y también, gracias a su nulo sentido de la solemnidad, fue pionera en burlarse de los estereotip­os rockeros. Integró, sin sentirse nunca parte, la denominada corriente de “rock divertido” que copó escenarios, radios y discotecas entre 1983 y 1986, durante los primeros años de gobierno democrátic­o luego de la dictadura que gobernó el país desde 1976. La explosión cultural surgida tras el levantamie­nto de la censura instaurada por el régimen militar que gobernó el país hasta 1983, la llamada “primavera alfonsinis­ta”, tuvo su expresión en los kioscos de diarios y revistas con el famoso “destape”; en la televisión y en el cine gracias al retorno de decenas de autores y actores exiliados; y en la música, a través de grupos como Los Twist, los Abuelos de la Nada, Viuda e Hijas de Roque Enroll, Soda Stereo y, naturalmen­te, Virus. Pero en contra de una idea muy en boga por entonces, que suponía a Virus como uno más de los que solo querían divertirse, el grupo de los Moura propuso una fórmula hasta entonces inédita para la escena local: la posibilida­d de “decir cosas” a través de metáforas muchas veces cínicas, sobre una base musical apta para el baile. Había en la historia de la familia Moura una clave para explicar por qué Virus proponía la necesidad de dejar atrás las canciones acústicas, la melancolía y la contemplac­ión hippie de los 70 pero sin olvidarse por eso de la sangrienta pesadilla que el país había vivido en la década anterior: Federico, Julio y Marcelo tienen un hermano desapareci­do. Jorge Moura, que militó en el PRT/ERP, fue secuestrad­o por un grupo de tareas en 1977 y su cuerpo nunca apareció.

Federico Moura falleció el 21 de diciembre de 1988, víctima del VIH. En el obituario que publicó en Página/12 al día siguiente de su muerte, la periodista Gabriela Borgna escribió que los Moura parecían ser parte de una generación condenada a no morir de vieja. Ese pedacito de historia, que es también una porción de la historia argentina, intentamos contar en este libro que por estos días vuelve a ver la luz.

*Fernando Sánchez es periodista y escritor. Es autor de Manuel Belgrano. La pasión como bandera; Quiero ser referí y Titanes en el hit. Una biografía oral de Los Auténticos Decadentes, entre otros. *Daniel Riera es escritor, periodista y ventrílocu­o. Es

autor de los libros Vas a extrañarlo, porque es justo; Sexo telefónico; El carácter Sea Monkey; Buenos Aires bizarro; Familia y propiedad/la vergüenza nacional;y Evangelios y apócrifos, entre otros.

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VADEMÉCUM FOTOS: GZA. ALEJANDRO CHERNIAVSK­Y/COLECCIÓN REEDICIÓN. El libro da cuenta no solo de las diferentes generacion­es de Virus, sino de su importanci­a como fenómeno cultural, al mismo tiempo que su valor como movimiento de estética vanguardis­ta. Sus heridas, sus logros, sus crisis y su permanenci­a son parte del recorrido del libro, que resume como pocos su enorme obra e influencia.
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