Rastrillajes sin fin y más marchas en San Luis, en reclamo de su paradero tras 18 días.
Hubo operativos en el Dique Pasos de las Carretas y en un paraje rural. Susana Trimarco mantuvo una reunión con el juez.
Ya pasaron 19 días de la desaparición de Guadalupe Lucero y las dudas son cada vez más grandes. Las hipótesis siguen siendo las mismas que en las primeras horas, aunque la llegada a San Luis de Susana Trimarco, presidenta de la Fundación María de los Ángeles, podría interpretarse como un indicio sobre el avance de la pista que apunta a un caso de trata de personas, lo cierto es que los investigadores no se animan a descartar nada. Ni siquiera una simple averiguación de paradero.
Los padres de la nena de 5 años que desapareció el 14 de junio pasado, cuando jugaba en la vereda en medio de un cumpleaños familiar, volvieron a mostrarse juntos, una señal de unidad fuerte que redime la distancia y la frialdad de las primeras horas de investigación.
Erico Lucero y Yamila Cialdone encabezaron una nueva marcha de silencio que partió desde el barrio 544 Viviendas, la zona cero, el sitio donde la pequeña fue vista por última vez.
Los papás marcharon hasta la sede del Poder Judicial llevando un cartel que decía: “Te esperamos”. No es la primera vez que encabezan un reclamo ante la falta de avances en la investigación.
Susana Trimarco, que llegó este jueves a la ciudad de San Luis para interiorizarse de la situación de la causa y colaborar en la búsqueda de Guadalupe, no participó del reclamo porque a esa hora mantuvo una reunión con el juez Ariel Parrillis, a cargo del expediente.
Para la mamá de Marita Verón, la joven de 22 años que desapareció en el año 2002 en San Miguel de Tucumán y nunca más se supo de ella, no hay casi dudas de que se trata de un caso de trata de personas. “Pasaron muchos días y, si hubiera sido un delito menor, ya hubiéramos tenido noticias”, dijo después de hablar con la mamá de la nena.
“Si hubieran sido perejiles, o un caso de violación, ya habría algo más concreto. A mí también me pasó de no saber dónde estaba parada”, amplió. Trimarco defendió la investigación al asegurar que “el Gobierno puso todo” al igual que “la Policía”.
El jueves por la noche, la activista en la lucha contra la trata de personas fue recibida por el ministro de Seguridad puntano, Luciano Anastasi. Llegó junto a Betina Laguna Mendoza, asesora de la fundación, y su abogado, José D’antona.
Según las fuentes, el funcionario le contó a Trimarco todas las tareas que desplegaron desde que los padres de la nena denunciaron su desapareción y le agradeció su presencia porque suma experiencia a un caso que parecería estar estancado.
La llegada de Trimarco a San Luis dio especial fuerza a la hipótesis sobre trata de personas que nunca se dejó de investigar en el fuero local, a pesar de que la edad de la niña, 5 años, abre especulaciones sobre la imposibilidad de que haya sido víctima de ese delito.
También se considera la posibilidad de un secuestro extorsivo y ambos delitos pertenecen al fuero federal, una competencia pedida por Trimarco, de manera colaborativa, para avanzar en la investigación.
Ayer, personal policial rastrilló el Dique Pasos de las Carretas, localizado en el departamento Pringles, a 51 kilómetros de la ciudad de San Luis. Además, la División Canes buscó pistas en la localidad de Donovan, un paraje rural ubicado a 10 kilómetros de la capital. En ambos casos no hubo novedades. ¿Dónde está? Guadalupe fue vista por última vez el lunes 14 de junio pasado a las 19 en la manzana H del barrio 544 Viviendas, en el sur de la ciudad de San Luis. Según fuentes policiales, estaba en la vereda junto a otros niños cuando, supuestamente, apareció una mujer y se la llevó.
“Tomábamos chocolate adentro y ellas quisieron salir a la calle. Mi mamá salió a ponerle una campera (a Guadalupe) porque estaba frío. Mi sobrinita más chica, que tiene 3 años, entró y dijo: ‘La Guada no está’, y mi mamá salió ahí nomás, pero todos pensando que estaba escondida”, explicó la dueña de casa.
De acuerdo a los voceros, la nena fue al cumpleaños de su tía. Desde el entorno familiar todos coincidieron en señalar que la familia no tenía conflictos ni había recibido amenazas como para sospechar que la desaparición de la niña podría estar vinculada con una cuestión personal, una venganza o un ajuste de cuentas.
La pequeña vive en el barrio 208 Viviendas y su papá, en el barrio San Luis XXIII, ambos cercanos al lugar donde Guadalupe fue vista por última vez. De inmediato, la Policía montó un fuerte operativo en la zona para ubicar a la menor, pero hasta el momento no obtuvieron indicios de su paradero.