Un manso padre de familia devenido en brutal asesino
SJ.C.F. i algo le faltaba probar en su prolífica carrera a un actor como Bob Odenkirk (Breaking Bad, Better Call Saul, Mujercitas, The Ben Stiller Show), también
guionista de Saturday Night
Live, era hacer un personaje violento. Esta vez es un padre de familia, de perfil bajo, que casi perdió la costumbre de tener sexo con su esposa, a cuya casa un día ingresan un par de ladrones, golpean a su mujer y a su hijo y él observa todo con mirada impávida. Esta actitud le genera algunas rencillas en el seno familiar. Pero Hutch Mansell (Bob Odenkirk) sabe por qué lo hizo. Entrenado en el FBI, se tomará su tiempo, no demasiado largo, para vengarse.
El motivo por el que ese don nadie saca el demonio que tiene en su interior es una circunstancia algo irónica. Nos referimos al robo de la pulsera del gato de su pequeña hija. Esto hará que ese padre, maniáticamente rutinario, apure un recorrido por un salón de tatuajes o una disco hasta dar con los culpables. Lo cierto es que, para vengarse, Mansell mostrará la habilidad de un sanguinario asesino en potencia. Actitud que le otorga un parecido con John Wick, el mítico papel que hizo Keanu Reeves en 2005. Ocurre que el guionista Derek Kolstad también lo fue del implacable Wick.
La bestia interior que sacará a la luz ese padre llamado Hutch es sencillamente asombrosa. Una sola escena ambientada en el vagón de un subte, cuando un trío de muchachos intenta abusar de una chica, lo resume (para coreografiarla, el actor se entrenó durante un año). Finalmente se descubre que el villano con el que tendrá que saldar cuentas es un hombre de origen ruso, capaz de cantar tiernamente en un club y matar a sangre fría como una hiena. Pero eso no amedrentará a ese hombre común, que hace justicia por mano propia. Lo que sucede después es terreno fértil para demostrar lo que es capaz de hacer con su cámara el cineasta ruso Ilya Naishuller, quien hace estragos con su lente del mismo modo que lo hizo en su ópera prima,
Hardcore: misión extrema
(2016).
Esta absurda sátira de acción, con reminiscencias de cómic, surgió a partir de una idea de Bob Odenkirk, al que se lo redescubre en uno de los papeles más atractivos de su carrera. Claro que también contó con la interpretación de Christopher Lloyd (Volver al
futuro) en una bizarra escena de humor. Un agregadito antes de los títulos finales indica que habrá, quizás, una secuela. La mezcla de estilos del cineasta ruso recuerda a los primeros films de sus colegas Guy Ritchie, Sam Peckinpah y hasta David Lynch.
Título original: Nobody Dirección: Ilya Naishuller Guion: Derek Kolstad Intérpretes: Bob Odenkirk, Aleksey Serebryakov, Connie Nielsen, Christopher Lloyd, Michael Ironside, Colin Salmon y Billy Maclellan Origen: Estados Unidos / Japón (2021) Duración: 92’