Perfil (Sabado)

Se intensific­a el Boliviagat­e

El Gobierno cree que se enviaron más armas en el golpe a Evo

- MARIANO BELDYK

La ministra de Seguridad, Sabrina Frederic, pidió a las fuerzas federales que hagan una “profunda investigac­ión” y le presenten sus resultados “en 72 horas”. Crece la tensión por el envío de armamento en la gestión macrista.

¿Hubo más material semiletal enviado al gobierno de facto de Jeanine Añez durante aquellos días sangriento­s de noviembre de 2019? Eso es lo que se propone indagar el Gobierno con la orden que la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, dio a las fuerzas federales para que corroboren el movimiento de sus stocks en esas fechas. Fuentes de Presidenci­a hablan de hasta el doble de la cantidad denunciada el jueves por la noche por el canciller boliviano Rogelio Mayta en esa nota que daba cuenta de la presunta recepción de gas pimienta, granadas de gas lacrimógen­o y postas de goma y que niegan tanto desde Juntos por el Cambio como los ex funcionari­os y militares bolivianos.

“Quiero pedirle disculpas al pueblo de Bolivia porque un gobierno argentino haya mandado armamento para parar la protesta de un pueblo que se levantaba contra un golpe militar”, manifestó ayer desde Tucumán el presidente Alberto Fernández, en un tono similar a la carta que le envió a su vecino, Luis Arce. “Mi modelo no está en los que mandan balas de goma a Bolivia, mi modelo siguen siendo San Martín, Güemes y Belgrano”, agregó.

En la nota difundida por el gobierno de Arce se listan 5 gases lacrimógen­os en spray MK-4 y 18 MK-9 –gas pimienta–; 40 mil cartuchos de postas antitumult­o AT 12/70; 50 granadas de gas CN;19 modelo CS y 52 modelo HC. Fechada el 13 de noviembre, un día después de la asunción de Añez y el mismo día del aterrizaje del Hércules, a las 4.40 de la madrugada, con el escuadrón de Gendarmerí­a que había sido destinado a resguardar la sede diplomátic­a argentina.

Desde el Gobierno sospechan que el material se envió a través de ese vuelo pero que pudo ser el doble de lo que figura en esa presunta nota de agradecimi­ento que el entonces jefe de la Fuerza Aérea le envió a Normando Álvarez García, el embajador político designado por Mauricio Macri en La Paz. En una escueta nota de ocho líneas que Frederic envió a los jefes Andrés Severino (Gendarmerí­a), Juan Carlos Hernández (PFA), José Glinski (PSA) y Mario Farinon (Prefectura) les solicita “una exhaustiva investigac­ión” en un plazo “no mayor de 72 horas”.

“Dichos hechos (descriptos en una nota sobre las declaracio­nes del presidente Alberto Fernández que acompañó el mensaje a los jefes de las fuerzas) están vinculados a la colaboraci­ón, a través del envío de material militar o policial, del gobierno del entonces presidente Mauricio Macri con las fuerzas que perpetraro­n el golpe de Estado contra el gobierno constituci­onal del Estado Plurinacio­nal de Bolivia en noviembre de 2019”, se lee en el cierre de la carta de Frederic.

“Esta es una prueba más de la participac­ión de algunos gobiernos de derecha de Sudamérica en el cruento golpe de Estado que derivó en masacres y saqueo en nuestro país. Es la evidencia innegable de la reedición del Plan Cóndor con intercambi­o de informació­n y sistemas de represión”, tuiteó el ex presidente boliviano Evo Morales ayer, junto a una foto de la carta que hizo pública Mayta el jueves por la noche. Fue solo el primero de muchos tuits durante la jornada.

“Respetamos al gobierno de Macri, por encima de las diferencia­s po

El abogado del comandante que suscribe la misiva aseguró que le falsificar­on la firma

líticas, porque fue elegido por voto. No imaginamos que fuese capaz de cometer un delito de lesa humanidad tan abominable como el enviar material bélico a los golpistas para matar al pueblo boliviano indefenso”, añadió el líder aymara. Dos días después del aparente arribo de ese material represivo, el 15 de noviembre de 2019, tuvo lugar la masacre de Sacaba, donde 11 civiles fueron asesinados y 120 terminaron heridos. El 19 de noviembre, en Senkata, hubo otras 11 muertes y 78 heridos en la represión ejercida por policías y militares. Ambos episodios fueron condenados por la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos.

“Que las autoridade­s políticas de aquel entonces en Argentina no supieran no es imposible, pero es poco probable. Porque esta operación, la que realizaron para traer este material acá a Bolivia, no pue- de haber sido sino precisamen­te con la anuencia de altos cargos del gobierno de Mauricio Macri, si no por el mismo Macri”, declaró ayer Mayta al ser consultado a propósito de la desmentida esbozada por el canciller Jorge Faurie y la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich (ver nota aparte). Y recalcó que en la misma carta figura su código de origen, que es el Departamen­to 4° de Logística, la sección de Material Bélico.

El abogado del comandante que suscribe la misiva argumentó ayer que la firma de Jorge González Terceros Lara había sido falsificad­a. Y en el mismo tono, la ex canciller Karen Longaric habló de “incongruen­cias” en las fechas, sugiriendo que, de haber existido, ese material debería haber sido un envío previo. Terceros está detenido desde el sábado pasado junto a otros cuatro jefes militares por presunta sedición en la causa que investiga el rol de civiles y militares en la caída de Morales y las violacione­s a los derechos humanos cometidas durante las semanas siguientes.

“La carta firmada por un militar que deshonró su bandera y atentó contra el orden constituci­onal prueba la participac­ión de gobernante­s de derecha, la Iglesia Católica, EE.UU. y Almagro en el golpe. Sus crímenes de lesa humanidad deben investigar­se y sancionars­e en corte internacio­nal”, esgrimió el ex mandatario boliviano. Ya desde el exilio mexicano, había sugerido que un desperfect­o en el helicópter­o presidenci­al el 4 de noviembre de 2019, seis días antes del golpe, no había sido fortuito. Y señaló a Terceros como el “principal golpista” entre los uniformado­s.

Álvarez García, quien guardó prudencial silencio durante las primeras horas y tampoco recepcionó los llamados de este diario, finalmente hizo un descargo por escrito: “Me sorprendió amargament­e la noticia ya que en ningún momento la Embajada Argentina en Bolivia cuando yo la presidía recibió ningún pedido de esta índole y la nota publicada nunca fue recibida por mí”. Y añadió que “dentro de las funciones como embajador no existe forma alguna de autorizar o enviar ningún tipo de asistencia a las fuerzas armadas o policiales y mucho menos material de ninguna clase ya que los embajadore­s son representa­ntes de países y no administra­n recursos militares, policiales o de otra índole.”

Desde la Rosada explican que siempre existió una activa cooperació­n con Bolivia, incluso cuando Morales convivía con Macri, y ponen de ejemplo el envío de militares argentinos para ayudar a combatir los incendios en la Amazonia boliviana, en septiembre de 2019. Por eso refieren a este episodio como una decisión política por fuera de los convenios. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, incluso sugirió que de comprobars­e que no hubo registros adecuados de este envío, encuadrarí­a como “tráfico ilegal de armas”, sujeto a las penalidade­s legales.

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PERDÓN. Fernández le pidió disculpas al pueblo boliviano y a su mandatario, Luis Arce.
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