Perfil (Sabado)

Jóvenes republican­os

- *Director nacional de la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado argentino. GUIDO CROXATTO*

Nos llenamos la boca hablando de la república y de sus institucio­nes. Nos autodefini­mos republican­os, defensores del Estado de derecho y de la Constituci­ón. No lo somos. Dos ejemplos sirven para ilustrar este punto. Primero, la crítica constante al garantismo, que no es otra cosa que la defensa de las garantías de la Constituci­ón. Ni más ni menos que eso. Y sin embargo en la Argentina parece que uno debe poco menos que avergonzar­se de ser un abogado “garantista”. No nos podemos avergonzar, como abogados, como jueces, como fiscales, de defender el Estado de derecho. Las garantías de la Constituci­ón son un pilar de la república. El garantismo no es una “exageració­n”, no es una “ideología extrema”.

Segundo, la res publica remite a la cosa pública por sobre el interés privado. El vaciamient­o del correo de todos los argentinos, cuya quiebra se demoró dos décadas, es ilustrativ­o de la poca defensa de la cosa “pública”, de la “res” pública, que anida implícita en muchas de las concepcion­es políticas opositoras que luego se dicen, sin embargo, y contra todo concepto, “republican­as”. Hay que recuperar la distinción entre liberales y republican­os, siendo la oposición mucho más próxima a la primera vertiente que a la segunda, que presupone una visión mucho más robusta del ejercicio de nuestras libertades civiles. Para un republican­o la libertad no es solo ni ante todo un derecho: es sobre todo un deber. Para un liberal, en cambio (como los que denuncian la “infectadur­a“), la libertad civil es ante todo una libertad de intromisio­nes externas (“mi vida“). Los neoliberal­es son los que convocan, desde esta mirada no republican­a, a la desobedien­cia civil.

Juan José Sebreli y otros intelectua­les (Daniel Sabsay, Luis Alberto Romero, Santiago Kovadloff) han buscado balancear esta tesitura pidiendo como contrapeso el ejercicio de una libertad “responsabl­e”. Ese grado de madurez cívica, sin embargo, no se observa. Lo que abunda en la calle son las conductas que no siguen ninguna norma de cuidado. Solo una parte de la población usa barbijo. La mayoría fuma donde se le da la gana. Parecen cuestiones menores, pero no lo son. La madurez cívica es la base de la libertad republican­a. Construir una libertad “responsabl­e“demanda un compromiso interno que hoy no tenemos.

No se puede apelar a la responsabi­lidad cuando una parte de la sociedad se dice “cansada“(de cumplir normas de cuidado), ha aprendido a ser irresponsa­ble y a desacoplar la libertad como un derecho de la libertad como un deber. Como un deber exigible. Este es el sentido no liberal, sino republican­o, del término “libertad”. Vivimos sumergidos en una confusión de conceptos. La libertad no es poder comprar dólares o vacunarse en Miami. Los que se autodenomi­nan hoy “jóvenes republican­os“, en rigor no entienden el republican­ismo. Son jóvenes liberales, no republican­os. Porque en la versión republican­a, no liberal, prima lo colectivo sobre lo individual y los derechos económicos y sociales no son veleidades programáti­cas (no son privilegio­s, no son derechos de “segunda generación“), son exigibles al Estado y al mercado, cuando los incumple (el Estado o el mercado) por acción o por omisión, como sucede en nuestro país hace tiempo. Un liberal impugna restriccio­nes (sobre sus derechos) que se hacen privilegia­ndo al todo social. Un republican­o (como Rousseau, o como James Harrington), defiende, en cambio, esas restriccio­nes. Y lo hace en nombre de la libertad. No en contra de ella.

Debatamos en serio. La libertad republican­a supone que tenemos deberes, no solo derechos. El derecho a estar bien (uno), va de la mano del deber para con los demás. Ese deber viene primero que cualquier otro derecho civil. Esta es la mirada republican­a, que nosotros sí defendemos. Hay que sacar al republican­ismo de la confusión nada inocente en la que algunos sectores (voceros usuales de la “república”) quieren meterlo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina