Hunter Biden hará una exposición con sus cuadros y ya hay críticas
El hijo de Joe Biden venderá sus obras hasta en US$ 500 mil. La Casa Blanca y un protocolo para evitar compradores que busquen favores presidenciales.
Una polémica inesperada obligó a la Casa Blanca a salir en defensa de Hunter Biden, el hijo del presidente de Estados Unidos. Hunter es quien en abril de este año sacó un libro biográfico, y en 2019 fue blanco de Trump durante la campaña presidencial de 2019 por el cargo que este había aceptado de una empresa ucraniana. Ahora el foco es otro: una galería con sedes en Nueva York y en Berlín anunció una exposición y posterior venta o subasta a realizarse en septiembre u octubre próximo de cuadros pintados por Hunter Biden, y a esas posibles transacciones comerciales se garantizaría el anonimato de sus protagonistas, es decir, los compradores.
La privacidad en los remates de arte es una condición básica, salvo que un comprador quiera publicitar su nueva adquisición por motivos personales. Sin acciones que algunos empresarios gustan exhibir para demostrar su poderío o también hacerse notar en pos de fines varios. Pero este caso es diferente. Las obras en cuestión fueron realizadas por el hijo de un presidente en funciones. Y es lógico que haya quienes ya alerten que sí es importante saber quiénes compraron y cuánto pagaron por cada cuadro. Aquello básico de que hay que “ser y parecer” se aplica a esta situación. Si algún contratista del Estado norteamericano o algún empresario o grupo económico buscara un acercamiento directo a Joe Biden, la compra de alguna de las obras de su hijo Hunter podría ser una manera de hacerlo. Y qué festín se harían muchos si, por caso, algún personaje internacionalmente turbio pagara por una obra del hijo de Joe Biden. Y si igualmente nada de esto sucediera, la duda no se puede soslayar dado que habilitaría un blanco fácil de críticas a Biden. Sobre todo en un momento como el presente, donde algunas de sus políticas fiscales están afectando intereses de varios poderosos norteamericanos y, además,
Donald Trump reinició sus presentaciones por Estados Unidos en las que insiste en que hubo fraude electoral para sacarlo del poder.
Estrategia. Atenta a esta situación, la Casa Blanca igualmente defendió el acuerdo de venta de los cuadros de Hunter Biden establecido para proteger al gobierno contra posibles conflictos de intereses. “Después de una cuidadosa consideración, se estableció un sistema para permitirle a Hunter Biden trabajar en su profesión dentro de salvaguardas razonables”, dijo la secretaria de prensa de gobierno, Jen Psaki . “Por supuesto que tiene derecho a seguir una carrera artística, al igual que cualquier hijo de un presidente tiene derecho a seguir una carrera”. Psaki dijo que será una galería profesional la que fijará los precios de las obras de arte de Hunter Biden, y también la que maneje todas las ventas. Asimismo, toda oferta por encima del precio de venta acordado, o considerada sospechosa, será rechazada como parte del acuerdo. Ese mencionado acuerdo buscaría así evitar que los compradores adquieran cuadros para obtener acceso o el favor de la Casa Blanca. Sin embargo, algunos expertos en ética ya previnieron que podría ser un dolor de cabeza para Joe Biden. De hecho, ya aparecieron cuestionamientos como el de Richard Painter, abogado
jefe de ética durante la presidencia de George Bush: “Hunter Biden debería esperar a que su padre termine la presidencia para poner a la venta sus cuadros”. Walter Shaub, quien dirigió la Oficina de Ética del gobierno desde 2013 hasta 2017, agregó que “la Casa Blanca debería habilitar el nombre de los compradores para que se pueda monitorear que no son personas o empresas que terminen haciendo negocios con el gobierno de Estados Unidos”.
Art dealer. Mientras tanto, la galería George Bergès –tal el nombre de su dueño– es la que tiene a cargo la futura exposición y venta –o subasta– de los cuadros de Hunter Biden. Un medio especializado publicó que unas 15 obras saldrán a la venta en valores que van de los US$ 75 mil a los US$ 500 mil. Primero habrá una presentación para vips en Los Angeles, donde vive Hunter, y luego una exposición en el Soho neoyorquino. Por supuesto, también salieron “opinadores”–que también los hay en Estados
Unidos, y en abundancia– a decir que los cuadros estaban sobrevalorados y que la mencionada galería no integra el libro premium de las reconocidas en el circuito del arte de Estados Unidos. Bergès, de 45 años, conoció a Hunter Biden hace tres años a través de un coleccionista. En un reportaje a The New York Post, dijo: “Mucha gente dice que puede pintar y hacer esculturas, pero lo que me preocupaba era si el trabajo de Hunter sería auténtico, honesto (…) y al poco tiempo de conocerlo tuve una conexión real con él y sentí que podía trabajar con él. (…) Todos piensan que Hunter acaba de aterrizar en la escena del arte, pero este presente es producto de varios años de trabajo. Lo ayudé a crear un esquema diario y en secreto, especialmente mientras su padre se postulaba para la presidencia”. Bergès confía en el potencial de Biden y cree que sus cuadros “reflejan todo lo que es él, no lo exhibido en los medios de su personalidad”. Y revela un consejo que le dio: “Siempre le digo que cuando le preguntan cuánto tiempo le llevó hacer una pintura, diga que 51 años, es decir toda su vida”.
Hunter Biden y su marchand, George Bergès, se conocen desde hace tres años