Al final, Larreta eligió a un ‘vidalista’ para la sucesión de Santilli
Emmanuel Ferrario es joven. Volvió hace poco menos de dos meses de Boston, donde fue a estudiar a Harvard el año pasado. Allí pasó parte de la pandemia: una ciudad y una universidad que, hace más de 25 años, recibieron a Horacio Rodríguez Larreta como un joven estudiante. Acaso ello haya sido una de las tantas cuestiones que animaron al jefe de Gobierno a elegirlo como la cabeza de la lista de legisladores porteños.
Ferrario es un nombre poco conocido en el electorado porteño, aunque vive en Palermo desde que llegó a los 18 años del interior del país a estudiar a Buenos Aires, pero más conocido en el equipo de María Eugenia Vidal: durante tres años fue subsecretario de Planificación de la Gobernación bonaerense de la mano del ex jefe de gabinete Federico Salvai.
En ese entonces, Ferrario era quien, junto a Salvai, seguía de cerca ministerio por ministerio, el trabajo de cada área, el avance de planes y programas y los números de cada funcionario.
Desde allí se hizo amigo de buena parte del vidalismo y, con la derrota de Vidal en 2019, Larreta lo sumó: primero como jefe de asesores, y luego lo ubicó en la Secretarias de Asuntos Estratégicos.
Pero nunca abandonó su vínculo con Vidal: fue uno de los que más cerca se mantuvo con ella fuera del poder, colaboró con las clases universitarias (de hecho
Fue un hombre clave para la gestión bonaerense de la mano de Vidal y Salvai
es su adjunto) y en el libro Mi camino.
Ahora tendrá la responsabilidad de abandonar el anonimato y se transformará en la voz del jefe comunal en la Legislatura porteña.
En ese marco, la disputa interna del larretismo por quién tendrá a su cargo el Parlamento porteño fue creciendo.
Por ello el nombre de Ferrario se mantuvo en absoluta reserva durante semanas, aunque Larreta venía evaluando alternativas como el secretario General, Fernando Straface y hasta el secretario de Transporte, Juan José Méndez.
En este marco, el jefe comunal preveía que Straface sea el jefe de la campaña porteña de Vidal y, a la vez, que se siga ocupando de temas de gestión, en especial el área internacional. También estuvo en análisis el nombre de Eduardo Macchiavelli, secretario general del PRO y otro de los hombres de confianza del jefe de gobierno.
Sin embargo, Larreta optó por el joven que ya tuvo responsabilidades importantes en la Provincia, en especial de la mano de Vidal y Salvai, quienes lo habían elegido para el monitoreo de todos los ministerios.
Es más: de sus primeros años como funcionario bonaerense la sorpresa que solían llevarse los ministros llevó a que sea apodado, de manera jocosa, “golden boy”. Antes de llegar a la Provincia, a finales de 2016, había estado en el Gobierno porteño en el área de gestión.