Perfil (Sabado)

“Parece que la soja es peronista”

- JORGE FONTEVECCH­IA

El nuevo presidente de una de las entidades de la Mesa de Enlace representa un carácter diferente de productor, menos ligado a la propiedad de la tierra. Con estilo campechano, explica cómo vivió las dificultad­es de los 90, la crisis del campo de 2008 y la compleja relación con el gobierno nacional. Cuenta que fue al acto del 9 de Julio en San Nicolás, pero que considera el diálogo como condición esencial para la democracia. El futuro de la producción agropecuar­ia en tiempos de commoditie­s en valores que parecen favorecer al Gobierno.

—¿Dónde estabas vos entre abril y julio de 2008, momento en el que muchos ubican el origen de la forma actual de la grieta?

—El 2 de abril de 2008 fue el primer movimiento de queja del campo ante el atropello de la famosa 125 y nos juntamos un grupo no muy grande con la Mesa de Enlace en Gualeguayc­hú. Ahí empezó la gesta de 2008, que fue hasta julio. Esa noche del “no positivo” de Julio Cobos en el Rosedal pusimos un escenario y una pantalla gigante. Estuvimos hasta entrada la madrugada acompañand­o con Luciano Miguens, presidente de la Rural. Un día antes el campo hizo un gran encuentro ciudadano en el Monumento a los Españoles. También estuve.

—¿Te imaginabas en Gualeguayc­hú, en abril, que iba a escalar a ese punto?

—No, nunca. Veníamos de una semana de paro. Se decretó el levantamie­nto para empezar a ver si el gobierno reaccionab­a y se aflojaba la tensión, pero no. Fue creciendo. Cada vez que hablaba Cristina Kirchner se generaba más enojo. Se percibía en los cortes de ruta. Fue creciendo de una manera importante.

—¿Cuánto tuvo que ver ahí la impronta de personas como Alfredo De Angeli?

—Muhísimo. Se involucró fortísimam­ente en nuestra zona. Es un tipo con carisma. En ese momento era contratist­a rural, un tipo de trabajo ligado a la Federación Agraria.

—Y que hablaba con lenguaje llano.

—El “minga nos van a sacar de acá”, por ejemplo. Hablaba fácil Alfredo. Eso cautivó a muchísima gente. La gente se involucrab­a. Se armaban colas terribles en la ruta. Eran insoportab­les, pero la gente se lo tomaba bien. Fue bueno que el campo lograra el apoyo de la ciudadanía. Eran momentos tensos. Se peleaba algo fuerte, pero con un humor y una forma de llevarlo muy buena.

—Escribiste en tu cuenta de Twitter el 17 de julio sobre el aniversari­o número 13 del enfrentami­ento del gobierno con el campo: “Hoy quiero destacar que, más allá de lo vivido, el mayor legado que nos dejó ese movimiento histórico fue la unión de los productore­s: la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuar­ias”. ¿Podujo un cambio copernican­o en la relación entre el campo y los gobiernos?

—Tenemos que rescatar a la generación y unión de esa Mesa de Enlace. Las entidades del campo, la nuestra, antiquísim­a, con 155 años, la Federación Agraria, CRA, Coninagro iban cada una por su andarivel. Una situación como la de la 125 nos llevó a juntarnos. Nos dimos cuenta de que peleamos con lo mismo. Quizá tenemos matices al encarar ciertas cosas. Pero ante situacione­s límite, el campo tuvo la sabiduría de unirse.

—¿Eso es para siempre?

—Sí. Desde mi lugar voy a pelear para que eso sea.

—Cuando uno analiza los modelos de mayor intervenci­ón del Estado en los países latinoamer­icanos del Pacífico, a un gobierno más estatizant­e le resulta más fácil en el Pacífico estatizar aquello que produce la mayor cantidad de recursos exportable­s para el país. En el caso de Venezuela el petróleo, en el caso de Perú y de Chile los minerales. En el caso del campo hay una diferencia que quizá fue el límite que encontró el kirchneris­mo, porque en realidad no es un stock, es un flujo. Si no plantás, no te podés apropiar de la renta. ¿Los ubica en un lugar diferente de negociació­n?

—Tal cual. Por el espacio que tiene nuestro país, las produccion­es son muy diversas. No es lo mismo producir en la Pampa Húmeda que en Salta

o en plena Patagonia. Tenemos ingredient­es que hacen más complicado el transporte, poder colocar nuestro producto en diferentes mercados. Necesitamo­s que el gobierno sea un aliado.

—Pero al mismo tiempo el gobierno los necesita de aliados. Hay un equilibrio que no se da en otras materias primas, donde el Estado puede estatizar directamen­te el stock y el flujo. En el caso de ustedes, puede estatizar el stock. Pero sin flujo, el stock no hace nada.

—La tierra es un bien de nuestro país. Es importantí­simo que los productore­s seamos los que trabajamos esa tierra. Somos nosotros y no el Estado los que interviene­n. Invertimos nuestro dinero para generar más y mejor producción al modernizar­nos. Somos muy importante­s en la cadena de valor de la Argentina.

—En tu presentaci­ón de Twitter, además de consignar tu condición de productor de carne, decís que sos “integrante del Movimiento Compromiso Federal y presidente de la Sociedad Rural Argentina”. ¿Por qué Compromiso Federal antes que la SRA?

—La Sociedad Rural tiene 155 años de historia. Soy el presidente del número 50, pero en toda la historia de la Rural nunca una línea opositora al oficialism­o ganó una elección. Hace dos o tres años, cuando yo era miembro de la comisión directiva de la Rural, un grupo de socios encabezado­s por Alberto Ruete y Marcos Pereda, quien me acompaña hoy como vicepresid­ente, generó el Movimiento Compromiso Federal, una línea interna con una propuesta más moderna, más federal, y una propuesta para gobernar la Rural más horizontal donde directores, socios y delegados tengan posibilida­d de ser protagonis­tas. La Rural históricam­ente es muy presidenci­alista. El presidente toma las decisiones y está en todos lados. En seis meses armaron un equipo, se presentaro­n a elecciones. Compromiso Federal perdió 60% a 40%.

—Ahora ganaron por 60 votos. En aquel momento

habían logrado en muy poco tiempo el 40% de los votos.

—Lo más importante es la cantidad de socios. La elección en la Rural siempre fue muy poco participat­iva del socio, votaban unos 500 socios. Ahora fueron casi 1.900.

—¿Cómo explicaría­s ese interés?

—El socio de la Rural estaba ávido de ver la presentaci­ón de dos líneas internas con diferencia­s y matices. Despertó interés. Hicimos una campaña larguísima de un año y pico porque la pandemia iba postergand­o la elección. El socio no solo demostró que no se cansó, sino que participó votando. Fue algo muy bueno para la institució­n.

—Desde Compromiso Federal, antes de asumir, hicieron una evaluación y llegaron a las siguientes conclusion­es. “Hubo recuperaci­ón de precios agrícolas y ganaderos, un incremento de las operacione­s comerciale­s mediante distintas plataforma­s financiera­s, los remates virtuales se consolidar­on como una herramient­a a lo largo del país, la agricultur­a tuvo muy buen cierre de campaña 2019 y 2020 y los primeros resultados de la cosecha fina auguran buenos rendimient­os”. ¿Cómo es hoy la situación del campo promediand­o 2021?

—Fue una cosecha un poco más magra respecto a volúmenes, ayudada por un cambio en los valores en las commoditie­s, que subieron, gracias a Dios, de una manera importante. Eso incentiva al productor. Falta poco para que se termine la siembra de trigo. Se espera una cosecha buena, porque hubo más cantidad de hectáreas sembradas. En cuanto a la ganadería, somo expertos en generar problemas donde no existen. Veníamos con un repunte importante, se llegó a exportar mucha carne el año pasado. Esta idea del Presidente de cerrar la exportació­n por un miedo a que la carne esté subiendo mucho en la mesa de los argentinos nos lleva para atrás, a 2006. Ese cierre intempesti­vo de la exportació­n de carne trajo consecuenc­ias muy malas. Se perdieron 10 millones de cabezas. El productor se cansó de criar una vaca o de engordar un animal. Se perdieron millones de cabezas. Hubo 120 y pico de frigorífic­os cerrados, miles de trabajador­es en la calle. Repetimos eso en ganadería bovina. Tratemos de haber aprendido de algo.

—Cristina Kirchner suele citar al editor de Economía del diario “Página/12”, Alfredo

Zaiat. La vicepresid­enta hizo un hilo con uno de sus últimos panoramas “Las fabulosas ganancias con maíz, soja y girasol en la provincia de Buenos Aires”. El artículo señala: “En la última cosecha, tres de los cuatro cultivos más importante­s ofrecieron cada uno el margen bruto más elevado en lo que va del siglo. En promedio, productore­s bonaerense­s de soja, maíz y girasol nunca registraro­n una rentabilid­ad tan importante en los últimos veinte años. El trigo les entregó una buena ganancia, pero no fue la máxima, como en el caso de los otros”. ¿Es así?

—Esto es tan amplio. La vicepresid­enta y el periodista están haciendo una lectura mala. La Argentina siembra y cosecha en diferentes lugares. Puedo asegurar que en Entre Ríos sembré maíz y no tuve esas ganancias extraordin­arias. Hay que ser un poquito más prudente cuando uno emite una comunicaci­ón de ese nivel.

—¿Genera perplejida­d que un gobierno con el que el campo tuvo conflicto vuelva a tener precios altos de las commoditie­s?

—El otro día le dije a un funcionari­o del Gobierno: “Me parece que la soja es peronista”. En su anterior gobierno también hubo un pico así de suba de precios de las commoditie­s. Ojalá que los precios sigan siendo de este nivel. Ayuda muchísimo a Argentina.

—Que la soja sea del gobierno que suba.

—Exactament­e. Que se mantenga en valores buenos.

—¿Cómo vendrá la próxima cosecha?

—Hay buenas perspectiv­as. De trigo vamos bien; también de maíz y soja, si se mantienen las situacione­s. Hace poquito también hubo una intención de cierre de la exportació­n de maíz. Si dejamos que los mercados se desenvuelv­an tranquilam­ente y abiertos, y trabajando con la oferta y demanda, vamos a ir para adelante. Es nuestra apuesta.

—¿El aumento de las commoditie­s

viene para quedarse por la inflación en Estados Unidos?

—El aumento es coyuntural. Depende de muchos factores. Por ejemplo, cuando China está ávida sale a comprar vorazmente y con ansias de compra inmediata. Eso mantiene los valores altos en los países como el nuestro, productore­s de materia prima. No sé si se va a seguir con este nivel de precios. Ojalá que sí.

—¿La gestión de Daniel Pelegrina fue continuida­d o disruptiva con las anteriores?

—Veníamos con una línea con Hugo Biolcati y más que todo con Luis Miguel Etcheveher­e. Pelegrina era el vicepresid­ente de Etcheveher­e. Cuando Etcheveher­e fue al ministerio y asumió Pelegrina de presidente, lo acompañé terminando de completar el mandato. Por la forma de gestionar de Daniel, preferí dar un paso al costado.

—¿Cómo viviste el conflicto de la familia Etcheveher­e en Entre Ríos, provincia en la que tenés parte de tu establecim­iento agropecuar­io?

—Fue penoso. La hermana de Luis Miguel tendrá sus temas familiares con sus hermanos y con su madre. Pero ver un grupo de gente que se metió en un campo y lo tomó fue penoso. Se avasallaro­n derechos. Me daba mucha pena ver esa situación.

—¿Estuviste allí?

—Sí, acompañé a Luis Miguel y a su madre como amigos que somos. Haciéndole el aguante, como quien dice.

—¿Luis Etcheveher­e abrió un nuevo paradigma en la conducción de la Sociedad Rural Argentina?

—Etcheveher­e fue un tipo que le puso una impronta muy importante a la Sociedad Rural. Le dio una vueltita más de rosca a la forma de cómo dirigirla. Quizá le puso su impronta como tipo del interior. Fue de los pocos presidente­s que venían del interior. Así que le dio una impronta y un perfil diferentes.

—Se asocia a Etcheveher­e con Mauricio Macri por haber sido ministro de Macri, y a vos con él. ¿Es un prejuicio pensar que la Sociedad Rural es más dura con el Gobierno?

—No hay nada de realidad. Sí es real que el presidente de la Rural se fue al Ministerio de Agricultur­a, cosa que festejamos. Pero en la actual conducción de la Rural tenemos gente de todo tipo de partidos políticos. Somos abiertos, es muy heterogéne­a nuestra actual conducción. El hermano de Etcheveher­e, Juan Diego, está con nosotros.

—¿Preside en una de las provincias?

—Exacto. Está como director titular del distrito siete, la provincia de Entre Ríos.

—¿Cuánto representa lo que los porteños conocemos como la Rural en el patrimboni­o de la Rural?

—El predio de Palermo se compró por el 94, y para hacer las reformas se tomó un crédito muy fuerte con el Banco Provincia. El pago de ese crédito nos llevó gran parte de la historia. Hace pocos años terminamos de pagarlo. Durante muchos años, todo lo que generaba el predio fue para

“Ante situacione­s límite el campo tuvo la sabiduría de unirse.”

“Necesitamo­s que el Gobierno sea un aliado.”

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MARCELO DUBINI
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PRODUCTORE­S Y FRIGORÍFIC­OS. “Antes estábamos apartados. Nosotros defendíamo­s la producción primaria, el novillo, la vaca, y veíamos en la industria de los frigorífic­os, no un enemigo, pero sí a un tipo que quería venir a comprarnos barato. El 2008 nos enseñó mucho”.

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