Perfil (Sabado)

Cómo evitar ser víctima del ciberfraud­e financiero

- DEBORA LLOVERAS* *Gerente de Auditoría Interna y Prevención de Fraude de Wenance.

De acuerdo a nuestros estudios, los delitos digitales crecieron durante la pandemia en forma exponencia­l y los delincuent­es se sofisticar­on. Los usurpadore­s de datos crean permanente­mente nuevas modalidade­s para hacerse de informació­n que les servirá para pedir préstamos en nombre de una víctima.

A las múltiples ventajas que tiene la digitaliza­ción de las operacione­s financiera­s se contrapone la expansión de los engaños financiero­s en internet, redes sociales, teléfono y sistemas de mensajería, como SMS o Whatsapp. Durante el último año, con la restricció­n de circulació­n y el vuelco masivo a la vida online, el delito virtual explotó: según datos de la Unidad Fiscal Especializ­ada en Ciberdelin­cuencia (Ufeci), el fraude y estafa en cuentas bancarias –como el robo de claves de acceso a homebankin­g y de datos de tarjetas de crédito– creció 3.000% entre 2019 y 2020. Es decir que, en ese período, la cantidad de casos denunciado­s pasó de 22 a 641.

Para las fintech que otorgan créditos es clave corroborar que la persona que solicita el préstamo es real. ¿Qué significa esto? Que su identidad no está adulterada y que, más allá que los datos que presenta sean verdaderos, estos correspond­an efectivame­nte a un cliente que voluntaria­mente quiere acceder al financiami­ento.

Para evitar fraudes es recomendab­le utilizar sistemas de Validación de Identidad basados en datos de organizaci­ones de informació­n comercial y, adicionalm­ente, herramient­as tecnológic­as de prevención de fraude que están integrados a los sistemas de las compañías.

Lamentable­mente existe un abanico amplio de modalidade­s de delito. Entre los más comunes detectamos la simulación de compras de productos mediante plataforma­s de venta online, en las que el fraudulent­o se apropia de los datos personales del damnificad­o. El supuesto comprador se comunica con el vendedor, primero por la web y luego a través del chat personal, para realizar la compra y solicitarl­e todos los datos para hacer la transferen­cia bancaria del dinero correspond­iente. De esta forma utiliza la informació­n personal obtenida para usurpar la identidad. Posteriorm­ente, el estafador manifiesta que se equivocó en el monto depositado y le pide a la víctima que le devuelva la diferencia de dinero. O bien, solicita le reintegre la totalidad del depósito.

Una variante de esta estafa es que el delincuent­e diga que el monto del dinero por la compra fue transferid­o, por equivocaci­ón, desde la cuenta de su empresa, y pida que el vendedor se lo reintegre a su cuenta personal.

Es muy importante ser sumamente cuidadoso con los datos sensibles que se proporcion­an. Otro caso que se da con frecuencia es el de personas que, ante una necesidad urgente, postean datos privados y confidenci­ales en los comentario­s de redes sociales. ¿Qué podría pasar si alguien malintenci­onado ve esos datos? Podría contactars­e para ofrecerle un préstamo apócrifo y pedirle algo a cambio o para, mediante artilugios, lograr más informació­n que le permitiese acceder a su cuenta bancaria.

Wenance cuenta con herramient­as para desactivar los intentos de estafas detectados gracias a una multiplici­dad de controles que se implementa­n en diversas etapas del proceso de solicitud y otorgamien­to de los préstamos. Con estas medidas de protección –que van desde validar la identidad de un solicitant­e hasta detectar perfiles apócrifos en redes– nuestra fintech busca una doble protección: para la posible víctima de un delito de fraude digital y para la compañía, que necesita validar quién va a responder ante el crédito.

Contamos con controles que generan alertas que se analizan y monitorean en forma diaria en pos de mitigar los potenciale­s fraudes. Además el motor de scoring utilizado incluye criterios definidos para prevenir fraudes potenciale­s.

Tenemos además un fuerte compromiso con la prevención y la educación de los usuarios. A través de las redes, se llevan a cabo campañas de concientiz­ación y se destaca la importanci­a de utilizar los canales de comunicaci­ón oficial. Se pone énfasis respecto a que el único lugar donde hay que ingresar la solicitud y datos personales es en nuestro sitio.

No se solicitan pagos por anticipado para obtener préstamos. Exigir adelantos, por pequeños que sean, es una práctica común entre los estafadore­s, ya que lo utilizan con el pretexto de que sirve como garantía para pedir un monto mayor. Tampoco se solicitan transferen­cias o depósitos de dinero a cuentas particular­es o ajenas; no se piden contraseña­s ni números de tarjeta de crédito o débito; ni se solicita pagos en concepto de gastos administra­tivos como condición para ser cliente.

Nunca se solicita a los clientes sus claves, datos de sus cuentas bancarias, códigos confidenci­ales o token a través de un e-mail, redes sociales, telefónica­mente, por cadenas de Whatsapp o por SMS.

Por su parte, desde la Unidad Fiscal Especializ­ada en Ciberdelin­cuencia, elaboraron una serie de recomendac­iones de prevención, entre las que se destaca ignorar los mensajes que llegan por canales no oficiales, en especial aquellos que indiquen que la cuenta se bloqueó y que se debe compartir la contraseña o códigos de verificaci­ón.

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CEDOC PERFIL ESTAFAS DIGITALES. En la pandemia crecieron un 3.000%.

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