“Hay algo extrarracional en toda identidad política”
—Juan Perón hablaba de mística para explicar la ética militante de su movimiento político. ¿En el peronismo hay algo metafísico que también engloba y unifica?
—No me siento en condiciones de responderlo del todo. La identidad peronista es diferente de la ideología, de posiciones programáticas, de los intereses materiales. Hay algo psicológico en la identidad partidaria o social. Pero no hablaría de irracionalidad. Mucho en el mundo político es en cierto sentido irracional. Las identidades partidarias en Estados Unidos, en España, son extrarra-cionales, más que irracionales.
—¿El peronismo puede envejecer o será una estructura perenne que resisitirá al tiempo?
—Lo hizo. Es uno de los partidos políticos más duraderos de la historia de América Latina. Puede envejecer. Envejeció. La mística peronista no es lo que era. Hubo dos generaciones de peronistas, la original y la de la resistencia hasta la época de los 70 que vivió el peronismo como “vida o muerte”, que sufrió la pérdida de hermanos y amigos, años de cárcel, que dedicó su vida y puso en riesgo su vida para el peronismo. Esas dos generaciones están viejas y muriéndose. Aun así, la organización sigue siendo fuerte. Las identidades partidarias siguen siendo mucho más fuertes que en otros partidos argentinos. Será imposible replicar el tipo de militancia del peronismo previo a los 80. Estamos en una nueva generación. La de peronistas que nacieron en democracia, sin la proscripción. Ahora el peronismo es un partido normal. Es una máquina política que tiene que gobernar bien para ganar elecciones, ofrecer a su gente mejoramiento material. No puede vivir de la mística como hace medio siglo. Es un partido dramáticamente transformado. Más viejo e institucional. Así puede vivir décadas antes de morir.