Perfil (Sabado)

El avance de los talibanes ya los llevó a las puertas de Kabul

Los insurgente­s controlan la mitad de las capitales de provincia y dos de los tres principale­s ciudades. Varios países occidental­es comenzaron a evacuar a su personal. Estados Unidos envía tropas para retirar diplomátic­os.

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Los talibanes siguen con su imparable avance en Afganistán, y ayer estaban a las puertas de Kabul, de donde varios países, como Estados Unidos, evacuarán a sus diplomátic­os y ciudadanos.

En pocos días, el gobierno afgano perdió el control de la mayoría del país y los insurgente­s controlan la mitad de las capitales de provincia, que capturó en apenas una semana.

Ayer, los talibanes se apoderaron fácilmente de Firozkoh, capital de la provincia de Ghor, y de Pul-i-alam, capital de la provincia de Logar, a tan solo 50 kilómetros de Kabul.

Horas antes, los insurgente­s celebraron la caída de otra capital provincial, Lashkar Gah, tras capturar Kandahar, 150 kilómetros al este y Herat, en el oeste, segunda y tercera ciudad de Afganistán, respectiva­mente.

El “león de Herat” se rinde. Prácticame­nte todo el norte, el oeste y el sur del país están ya bajo control talibán. Kabul, Mazar-isharif, la gran ciudad del norte, y Jalalabad, al este, son las únicas tres grandes ciudades que el gobierno sigue controland­o.

En Herat, estratégic­a por estar cercana a Irán, Ismail Khan, apodado “el león de Herat”, peso pesado de la región y uno de los más importante­s guerreros contra los talibanes, se rindió.

Los talibanes iniciaron su ofensiva en mayo, cuando el presidente estadounid­ense Joe Biden confirmó que las tropas extranjera­s saldrían del país, 20 años después del inicio de su intervenci­ón para expulsar del poder a los fundamenta­listas, que se negaban a entregar a Osama bin Laden tras los atentados del 11 de septiembre.

La retirada concluirá en torno al 31 de agosto. Pese a lo que está ocurriendo, Biden afirmó que no lamenta su decisión, aunque es cierto que su administra­ción no oculta la decepción ante la rapidez con la que se desmoronó el ejército afgano, en cuya formación y equipamien­to Estados Unidos gastó más de un billón de dólares en 20 años.

“No es un abandono”. Ante la situación, Estados Unidos decidió “reducir aún más” su presencia diplomátic­a en Kabul en las próximas semanas, anunció el portavoz del departamen­to de Estado, Ned Price. “No es un abandono”, garantizó.

Para llevar a cabo esta operación, desplegará 3.000 soldados en el aeropuerto de Kabul, que se sumarán a los 650 soldados aún presentes en el país, según el portavoz del Pentágono, John Kirby. Otros 3.500 militares estarán en Kuwait para ser enviados como refuerzo en caso de que la situación se deteriore.

Ayer, Kirby precisó que la mayoría de las tropas llegará a Kabul antes del lunes y que Estados Unidos estaba listo para evacuar por aire “a miles de personas por día”, aunque consideró que la capital afgana no hace frente a ninguna “amenaza inminente”.

Paralelame­nte, el Reino Unido anunció que 600 militares ayudarán sus ciudadanos a salir de Kabul. El primer ministro, Boris Johnson, afirmó que su país “no dará la espalda a Afganistán” y que prevé “hacer presión” por la vía diplomátic­a y política, al descartar, de momento, la hipótesis de una “solución militar”.

Varios países occidental­es, como Holanda, Finlandia, Suecia, Italia y España decidieron reducir al mínimo el personal en sus embajadas y anunciaron la repatriaci­ón de empleados afganos. Alemania también reducirá su personal “al mínimo absoluto”.

Otros, como Noruega y Dinamarca, cerraron temporalme­nte sus legaciones. Y Suiza, que no tiene embajada en el país, anunció la repatriaci­ón de una decena de colaborado­res helvéticos y unos 40 empleados locales.

Por su parte, la OTAN anunció ayer que apoyará al gobierno afgano “lo más que se pueda”, según su secretario general, Jens Stoltenber­g, tras una reunión con los embajadore­s de la Alianza en Bruselas.

Propuesta del gobierno. Mientras los talibanes seguían ganando terreno, en el ámbito diplomátic­o se intentaba en vano llegar a un acuerdo en Doha. Las negociacio­nes terminaron el jueves sin avances y, en una declaració­n común, Estados Unidos, Pakistán, la UE y China afirmaron que no reconocerá­n ningún gobierno afgano que se “imponga por la fuerza”.

El jueves, el ejecutivo afgano propuso a los talibanes “un reparto de poder a cambio del fin de la violencia”, una idea hasta ahora rechazada por el presidente afgano, Ashraf Ghani, y que podría no interesar en absoluto a los talibanes, visto su avance.

Los estadounid­enses firmaron en febrero un acuerdo con los talibanes que incluía la retirada de las tropas extranjera­s a cambio de garantías en seguridad.

Los enfrentami­entos tienen un costo terrible para la población civil. En un mes, al menos 183 civiles, entre ellos niños, murieron en Lashkar Gah, Kandahar, Herat y Kunduz, y 250.000 personas se vieron desplazada­s por el conflicto desde finales de mayo.

Un 80% de los que han tenido que dejar sus casas son mujeres y niños, según la ONU, que estima que el número global de desplazado­s este año en el país llega a 400.000.

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AFP PODER. Los rebeldes controlan Kandahar y Herat, según y tercera ciudad del martirizad­o países.
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DESPLAZADO­S.HAY al menos 400.000 por los nuevos combates.

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