Instagram contra Almodóvar
“Sin embargo, hacemos excepciones para permitir la desnudez en ciertas circunstancias, lo que incluye cuando hay un contexto artístico claro. Por lo tanto, hemos restaurado las publicaciones que comparten el póster de la película de Almodóvar en Instagram, y lamentamos mucho la confusión causada.” Y con esta excusa, anclada a un autoritario “sin embargo”, la red social de imágenes cree poner fin a la censura sobre el diseño de Javier Jaén para “Madres paralelas”, la última película de Pedro Almodóvar.
Pero la censura ocurrió, sobre un claro homenaje al ojo de mujer al borde de ser cortado por una navaja en Un perro andaluz, de Luis Buñuel y Salvador Dalí (1929). Aquí un pezón entre dos curvas, fracción del cuerpo que puede carecer de género, libera una gota blanca. La restitución de la imagen no alcanza a encubrir el gesto de corrección política como desmesura; porque así todo cuerpo, o sus partes, son punibles por ejercer una ofensa sobre un hipotético modelo de espectador que la red social cree proteger. El siglo XXI, el de la consagración tecnológica, sigue los pasos de una inquisición acaso sutil, pero no menos siniestra, como la navaja…