Perfil (Sabado)

Nasser Al-khelaïfi, el hombre que hizo feliz al emir de Qatar gracias a Messi

- AGUSTÍN JAMELE

Nasser Al-khelaïfi es dueño de un álbum que a esta altura es la envidia de cualquier fanático del deporte internacio­nal. En esas páginas hay fotos suyas junto a David Beckham, Zlatan Ibrahimovi­c, Michael Jordan, Ángel Di María, Edison Cavani y Neymar, entre otras estrellas internacio­nales. Y como si todo eso fuese poco, esta semana sumó a la figurita más difícil de todas: Lionel Messi. Es cierto que ser el presidente y CEO del Paris Saint-germain (PSG) ayuda a lograr estos objetivos. La institució­n fue adquirida en 2011 por quien hoy es el emir de Qatar y uno de los monarcas más ricos del mundo. Por lo tanto, dinero no parece ser un problema. De todas formas, la vida de Nasser Al-khelaïfi, o NAK para sus amigos, no siempre fue de fortuna y éxito. Para llegar hasta la posición que hoy ocupa tuvo que recorrer un extenso camino.

Nacido en Doha, Qatar, en 1973, es hijo de un pescador de perlas, profesión altamente estimada en el Golfo Pérsico pero que jamás permitiría a una familia acceder a un palacio o a la presidenci­a de un club de fútbol como el PSG. A muy corta edad, Nasser comenzó a jugar al tenis y descubrió que tenía habilidade­s para ese deporte. Por ese motivo, pasó gran parte de su infancia y adolescenc­ia entrenando con el objetivo de ser el mejor de su país. Y lo logró. Durante su carrera fue el primer qatarí en ingresar al ranking ATP –su mejor posición fue 995–, y hasta formó parte del equipo nacional para la Copa Davis. Sin embargo, su mayor mérito como tenista no estuvo en las competenci­as internacio­nales. El logro que le cambió la vida sucedió durante su adolescenc­ia cuando un día vio a un niño más pequeño que él pegando un revés de forma incorrecta. Nasser ingresó a la cancha y le explicó cómo mejorar el golpe. Desde entonces, se volvieron amigos y el hijo del buscador de perlas se convirtió en una de las personas más importante­s de

Qatar. Y es que ese niño que no podía completar bien su revés era Al-thani, heredero del título de emir. Ascenso. Mientras competía, Nasser también estudió marketing. Y poco a poco, la familia real de Qatar le fue dando puestos de importanci­a para gerenciar. Primero fue la Federación de Tenis de su país, luego la de Asia y en 2011 Qatar Sports Investment­s, la empresa que se encarga de las inversione­s del Emir y que figura como dueña del PSG.

Al ex tenista le dieron un objetivo: ser el club más grande de Europa. Y para eso era necesario conquistar la Champions League. Nasser se puso en marcha rápidament­e y comenzó a comprar jugadores para lograrlo. Se estima que durante su mandato lleva gastados más de mil millones de dólares en incorporac­iones aunque todavía no conquistó el título mayor. ¿Podrán lograrlo finalmente con Messi? Quién puede saberlo. El fútbol es caprichoso y no entiende de equipos plagados de estrellas, pero como suelen decir en Qatar: “El Emir pide y Nasser ejecuta”.

“El emir pide y Nasser ejecuta”, suelen bromear en la familia real de Qatar.

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FOTOS: APF ÁLBUM. El presidente del club francés junto a Ángel Di María, Michael Jordan, Kylian Mbappé y su incorporac­ión más reciente: Messi.
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CEDOC PERFIL DEPORTE. Es el primer qatarí que entró al ranking oficial ATP.

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