¿QUE PENA MERECE ALBERTO?
Hola, bienvenidos a este lugar del diario exclusivo para esclarecidos y para todos aquellos que saben que las cosas tienen una sola explicación. Ahora sí, no me compitan, porque acá el único que tiene la postalina soy yo, los demás son vulgares copias más baratas. Y si lo que ustedes quieren son vulgares copias baratas, también me las pueden encargar. ¿Qué le hace una mancha más al que se le rompió la lapicera?
En fin, no hay que perder el tiempo -hay que cobrarlo-, así que hoy voy a hablar de una dramática superficialidad. Me refiero a la ruptura de la cuarentena por parte del presidente Alberto Fernández para hacer una irresponsable y simpática fiestita familiar.
Digamosló con todas las palabras: fue una insultante nimiedad. Tan poca cosa como la acción del diputado Fernando Iglesias y su mano en el paquete, que merece el escarnio público y la crítica despiadada por la inefable acción de una, quizá, voraz ladilla. ¿Puede un hombre tener un gesto de semejante gronchez? Por supuesto, con la ladilla no se negocia.
Lo cierto es que en el caso del presidente estamos exagerando la minimización. O al revés, ya me marié. Y es que el encierro de la pandemia nos hizo perder a todos un poco el juicio. Por eso, en mi opinión, yo creo que es necesario un juicio político donde el presidente tenga que responder todo. Por ejemplo: ¿Por qué no me invitó? ¿Estaba rica la torta? Dejamos acá, esperando que el primer mandatario reflexione por su actitud y la próxima, al menos, nos guarde un par de sanguchitos en la heladera.