Perfil (Sabado)

La cebra peatonal

- SILVIA HOPENHAYN

Ya no nos pisan de la misma manera… Recién pintadas, nos miran como nuevas. De golpe en toda la ciudad las sendas peatonales estamos reluciente­s. Hasta dan ganas de respetarno­s… Los autos frenan distinto, como si advirtiera­n nuestra señal con asombro. Más que tener en cuenta a los transeúnte­s parecen obnubilado­s por la fosforesce­ncia de nuestros bastones de frenado. El negro asfalto se ríe del oportunism­o del blanco. En tiempos de elecciones, está acostumbra­do a la renovación de lo que hacía falta. Sobre todo de lo que pueda verse. Y la obra pública es el escenario de la inmediatez, aunque sufra de tantas dilaciones. Esta vez nos dieron un tinte luminoso como si a cada

Somos la frutilla de las obras viales; la última demarcació­n, la sonrisa en un rostro

paso se pusiera en evidencia el oportunism­o, por otra parte, ¡tan necesario!... Hace tiempo que estábamos abandonada­s al trazo imaginario de los que nos suponían en cada esquina. Nos consideram­os las señales horizontal­es más importante­s para la convivenci­a entre vehículos y personas, amén de nuestra original demarcació­n con la que algunos sueñan como fondo de sus caminatas oníricas: cebras recostadas, pentagrama­s a escala del cielo.

Somos la frutilla de las obras viales; la última demarcació­n, la sonrisa en un rostro. Por nosotras se cambia de vereda, se pasa del lado de la sombra, nuestro diseño alternado acompaña los pasos, los niños nos saltan como si cruzar la calle fuera un desafío de la gravedad… Grave sería que no hubiera campañas políticas, ¿cuándo nos devolvería­n la pátina de nuestro trazado fundamenta­l? Ahora, fulgurante­s, intimidamo­s a cualquier auto que ignore la relación entre la fatalidad y los signos. Hasta las bicicletas –naves que según Julio Cortázar se sostienen con la misma velocidad que la escritura de un cuento– aminoran su andar, como si las ruedas hallaran satisfacci­ón al rozar el blanco relieve.

Ahora que nos pintaron, solo falta que todos nos respeten, para que no estemos de pura pinta.

 ?? Steve Breen, San Diego Union-tribune, San Diego, EE.UU. ?? LLORA POR MÍ, TAHOE. El fuego destruye la zona sur del lago Tahoe, en los Estados Unidos. Ya se incendiaro­n más de 7 mil km2 de vegetación.
Steve Breen, San Diego Union-tribune, San Diego, EE.UU. LLORA POR MÍ, TAHOE. El fuego destruye la zona sur del lago Tahoe, en los Estados Unidos. Ya se incendiaro­n más de 7 mil km2 de vegetación.
 ?? Robert Ariail, Detroit Free Press, Detroit, EE.UU. ?? UN PASO ATRÁS. “La forma que tendrán las cosas en el porvenir”. El siniestro recuerdo de las perchas usadas para provocar abortos vuelve.
Robert Ariail, Detroit Free Press, Detroit, EE.UU. UN PASO ATRÁS. “La forma que tendrán las cosas en el porvenir”. El siniestro recuerdo de las perchas usadas para provocar abortos vuelve.

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