Perfil (Sabado)

Desarrolla­r intimidad pública

- IGNACIO BARTOLONE*

Antes de que hubiera algo, cuando todo era incluso anterior a ese juntadero de horizontes que hacen a las variables posibles para empezar a escribir un nuevo material, Estatuas muebles y generales era el título tentativo que quedó descartado ante un impulso esencialis­ta que terminó afinando escritura, dirección y sentido de mi nueva obra: La obra pública. Obra que escribí junto a Juan Laxaguebor­de, monté con la compañía La espada de pasto con Malena Schnitzer, Victoria Béhèran, Joaquín Sesma y Franco Calluso y en la que actúa Julián Cabrera.

Quizás la fuerza alegórica del título ganador no esté a la altura del sacrificio a asumir respecto a la imposibili­dad de encontrar la pieza desde un buscador de Internet: antes de la obra, páginas y más páginas de ministerio­s y noticias rebosantes de escándalos que incluyen párrafos adherentes y apologías detractora­s.

Pero volvamos al inicio, tras la escritura y el montaje de La madre del desierto, el artificio de volver a escribir desde ciertos usos formales de plasticida­d sonora, enmarañado­s con ciertas apropiacio­nes/distorsion­es literarias, me parecía una posibilida­d remota de volver a intentar. Decidido a embaucar la costumbre salí a buscar referencia­s en un extraño modelo de literatura razonada: catálogos de siluetas imaginaria­s y compendios biográfico­s apócrifos. Esas extrañas y hermosas coleccione­s de vidas, en donde la invención y el exotismo toman partido para narrar la singularid­ad de grandes y secretos espíritus de un momento.

Los amigos Marcel Schwob, J.R. Wilcock, Roberto Bolaño y otros tantos me ayudaron a abrirme paso hacia aquello que los autores teatrales llamamos “arco dramático”. En este caso: en una Argentina pre centenaria, un escultor porteño, que nunca viajó a Europa y descree de todo lo que se viene, se propone ganar un concurso estatal para poner estatuas de colosos patrios por todo el país con motivo de fijar una memoria común. La grandilocu­encia de su proyecto se ve saboteada por su propio devenir en un accidentad­o suceso que da lugar al nacimiento del arte experiment­al argentino.

Hasta ahí, el primer título, hasta ahí, el caballo de Troya aún sin polizones, buenas ideas sin desarrollo. A partir de ahí, el “cómo”; siempre, lo más difícil. El verdadero acto alquímico, como escribía el enorme Leónidas Lamborghin­i,

“Vena mía poética susúrrame contracto, planteo, combinació­n y remate”.

Entonces probando y probando sucedió que la tercera persona de los referentes literarios cedió paso a un reflejo verbal, a un rito secreto y apartado que habilitaba traficar ideas, desarrolla­r derivas y sobre todo narrar. La escritura del diario íntimo de este escultor se ponderó como el soporte definitivo. El diario de un escultor pretérito con sus anhelos, sus ansiedades y sus terrores respecto a su condición de artista inmerso en el sistema de legitimaci­ón y solvencia por parte del Estado. Un diario que nos acerque a los interstici­os de un proyecto público.

Finalmente, asumir que lo propio es también constituye­nte. Que la obra siempre está dentro de uno por más que se busque en el afuera, y en este caso, mi propia experienci­a, mi biografía y lo que yo intuyo como a mi lugar dentro de la escena local, empezaron a operar como capital simbólico de dicho diario. No por pensar en los parámetros de la dramaturgi­a del yo, nada más alejado de eso, sino por asumir la trasmutaci­ón de lo privado hacia lo público de la ficción. En donde el oro en desgracia de hacer teatro independie­nte, las condicione­s de producción cincelando la forma, los subsidios como lápiz, la miseria como motor, la idea del valor trabajo de los colaborado­res y la mendicidad de los amigos ornamentan la celebració­n de este diario que narra la carencia y el tesoro de seguir escribiend­o.

*Egresado de EMAD. Escribió y dirigió las obras Piedra sentada, pata corrida (2013), La piel del poema (2015), La madre del desierto (Teatro Nacional Cervantes, 2017), trilogía que fue publicada bajo el título La espada de pasto por la editorial Rara Avis en 2017, La obra pública se presenta los lunes, 20.30 h, en Espacio Callejón.

 ?? FOTOS: GZA. LEO BALISTIERI ?? NOVEDAD. La reciente puesta teatral fue escrita por Ignacio Bartolone junto al autor Juan Laxaguebor­de. Ha sido montada con la compañía La espada de pasto junto a Malena Schnitzer, Victoria Béhèran, Joaquín Sesma y Franco Calluso. Uno de sus actores principale­s es Julián Cabrera.
FOTOS: GZA. LEO BALISTIERI NOVEDAD. La reciente puesta teatral fue escrita por Ignacio Bartolone junto al autor Juan Laxaguebor­de. Ha sido montada con la compañía La espada de pasto junto a Malena Schnitzer, Victoria Béhèran, Joaquín Sesma y Franco Calluso. Uno de sus actores principale­s es Julián Cabrera.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina