Atajando lo que pueda venir. Crece la tensión electoral
Más intrigas opositoras e insólito cruce en la Justicia
En JXC aún no acordaron una sede común bonaerense para esperar el escrutinio, pero negociaron una foto de “unidad”. Intentan sacarle protagonismo a Larreta.
Cada movimiento político es analizado por los referentes nacionales de Juntos por el Cambio como una oportunidad para quedar un poco mejor posicionados en la pelea por los liderazgos del espacio. Y la foto de la noche del domingo, con los resultados de las urnas todavía frescos, es el nuevo capítulo en esas rencillas. Por eso, la mesa nacional de la alianza opositora ya definió tener su propio búnker para dar una conferencia de prensa y darle una impronta nacional a las primarias. El principal objetivo de algunos de ellos: que ninguno de los presidenciables pueda quedarse con el lugar protagónico en la marquesina.
Todas las miradas, sin dudas, apuntan a Horacio Rodríguez Larreta. La novedad, en esta elección, es que Costa Salguero dejará de ser el centro neurálgico del poder de JXC. Por lo menos en las apariencias. Centro de operaciones del PRO en cada elección, ahora quedará solamente para la lista que encabeza María Eugenia Vidal. En la lógica natural del macrismo, el lugar podía servir también para centralizar todos los mensajes, tanto el bonaerense como el nacional. Pero desde el radicalismo, con el aval de Patricia Bullrich y también de la Coalición Cívica, decidieron cambiar de locación.
“Horacio quería a todos en Costa Salguero, pero le dijimos que no”, relata una de las fuentes consultadas. El radical Gerardo Morales viene siendo uno de los que con más vehemencia buscan condicionar la consolidación de Larreta. Primero logró imponer la idea de que Facundo Manes tenga búnker propio en territorio bonaerense, algo a lo que Diego Santilli se terminó sumando para dar imagen de unidad. Después se impuso también la idea del búnker nacional.
“Nadie quiere que rijan las reglas del dueño de casa”, explican desde la mesa nacional para justificar el armado, que se decidió que fuera en Espacio Figueroa, en Palermo. Hasta allí llegarán los presidentes de los tres partidos (Bullrich, del PRO, Alfredo Cornejo, de la UCR, y Maxi Ferraro, de Coalición Cívica) pero también los gobernadores radicales (Morales, Rodolfo Suárez y Gustavo Valdés) y otros referentes, como Mauricio Macri y Miguel Pichetto. También se espera a los líderes parlamentarios, pero hay que ver quiénes pueden llegar a tiempo. Cristian Ritondo y Martín Lousteau serán de la partida. Y Larreta.
“Acá se larga una carrera y todos piensan que no tiene que ser con la primacía de unos sobre otros”, razona una de las fuentes que justifica el movimiento de lugar. “Es una discusión menor, con los triunfos de Vidal y Santilli, Horacio será el ganador o, por lo menos, uno de los ganadores”, retruca otra voz.
Desde Uspallata ya vienen craneando el mensaje para transmitir desde el larretismo la noche de la elección: “La estrategia funcionó”, dicen. Se refieren a haber tensionado al máximo la cuerda con los secto