Perfil (Sabado)

Kicillof, uno de los dirigentes que pone mucho en juego

El gobernador quiere la mayoría en el Senado de la provincia. Con un vínculo cortante con la oposición, busca obtener tres bancas para no depender de JXC.

- ROSARIO AYERDI

La pelea nacional hizo que la batalla en la provincia de Buenos Aires pasara desapercib­ida. Sin embargo, Axel Kicillof se juega mucho más que otros dirigentes en esta elección en la que necesita dejar atrás el escenario adverso que tiene en el Senado para avanzar en proyectos que sin mayoría no puede imponer.

En estos casi dos años de gestión el diálogo fue cortante. El gobernador bonaerense consiguió el acompañami­ento de algunos proyectos pero otros fueron modificado­s por Juntos por el Cambio, como la reforma impositiva que terminó con un esquema menos progresivo de lo que planteaba el oficialism­o. También pasó por fuertes tironeos, como los que se vieron en la negociació­n de pliegos para ocupar cargos judiciales. Esta tensión está centrada en el Senado, donde de los 46 legislador­es, 26 pertenecen a Juntos por el Cambio y los veinte restantes al Frente de Todos. El gobernador necesita sumar tres bancas, y para esto mira con especial atención la primera sección electoral, que incluye los distritos del norte del Conurbano, pero también el interior, sobre todo la cuarta sección, donde podrían sumar una banca. Si los pronóstico­s acompañan a la Casa de Gobierno en La Plata, la séptima sección podría darle ese tercer senador que necesitan. “El PRO, Cambiemos o el macrismo se encargó a entorpecer y obstaculiz­ar varias de las iniciativa­s”, dijo Kicillof antes de que comience la veda electoral. Y agregó: “No son halcones ni palomas: son buitres”. Se refería al vínculo que tiene con la oposición en la provincia que gobierna. En el futuro, Kicillof debe dar discusione­s económicas como el Presupuest­o 2022, pero también peleas por las tres vacantes en la Suprema Corte; otros nombramien­tos judiciales y hasta el futuro de Julio Conte Grand, el procurador que fue funcionari­o de María Eugenia Vidal y hombre de máxima confianza de la ahora candidata en la Ciudad de Buenos Aires.

Si logra números positivos este domingo y los mantiene en las elecciones generales de noviembre, también podrá avanzar con el reemplazo de Juliana Di Tullio en el Banco Provincia después de asumir como senadora nacional. En el Senado bonaerense, la oposición no solo es mayoría, sino que además cuenta con quórum propio, con lo que obliga al oficialism­o a consensuar y negociar el tratamient­o de cada proyecto que ingresa a la Cámara alta. A pesar de que esperan resultados más ajustados que en los comicios de 2019, en estas elecciones están en juego las bancas de la pelea de 2017 en las que ganó Juntos por el Cambio. Por eso, la oposición tiene más para perder al tener que renovar 16 bancas, mientras que el Frente de Todos pone en juego 7. Desde la oposición reconocen que será difícil mantener los números actuales y se preparan para una negociació­n más dura con la gestión de Kicillof.

El escenario es otro en Diputados. Si bien el oficialism­o no cuenta con quórum propio, es la primera minoría al tener 46 de las 92 bancas. Esto lo coloca a solo un voto de lograr mayoría y quórum, lo que consigue con bloques aliados ya que, a diferencia del Senado, en la Cámara baja existen otras tres bancadas además de la de Juntos por el Cambio (Cambio Federal, la izquierda y 17 de Noviembre).

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NA APUNTADOR. Así lo llamó en el acto de cierre la vicepresid­enta mientras Kicillof le agregaba datos.

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