Perfil (Sabado)

LA CITA DE HONOR DE LOS HINCHAS CON LEO

DESPUÉS DE 548 DÍAS CON LAS TRIBUNAS VACÍAS, LAS CALLES DE NÚÑEZ VOLVIERON A LUCIR EL COLOR DEL FÚTBOL. UNA NOCHE SIN PROTOCOLOS PARA RECIBIR A MESSI.

- CLAUDIO GÓMEZ

Es una cita. Casi, casi, una primera cita. Uno de esos momentos que provocan entusiasmo y ansiedad. Pasó mucho tiempo y pasaron muchas cosas. Hubo desencuent­ros, frustracio­nes y algún desengaño. Pero el día de la reconcilia­ción llegó: hoy los hinchas argentinos van a recibir a Messi, hoy le van a decir “bienvenido, campeón”, hoy le van a demostrar que la grieta del pasado está cerrada.

Todavía faltan unas horas para los tres goles, el récord que le rompió a Pelé y el llanto del final. Pero algo se intuye. Es la primera vez que Leo pisa el Monumental con el parche de campeón en el pecho. Merece un buen recibimien­to, a pesar del aforo reducido y el protocolo. Un año y medio después de que las tribunas se vaciaran, es razonable que vuelvan a tener hinchas con Leo sobre el campo de juego.

—¿Flaco, te sobra una entrada para vender?

Avenida del Libertador volvió a tener el color del fútbol. Algunos vendedores ofrecen banderas; otros, pilotos para una lluvia que amenaza pero no llega. Hay también proveedore­s de garrapiñad­as y alfajores a tres por cien. Lo que no hay es choripán: otra víctima del protocolo. Una desgracia más del maldito covid.

Los hinchas circulan. Los 1.200 efectivos de la Policía de la Ciudad están para eso, para evitar las aglomeraci­ones. Nada de quedarse en una esquina a esperar al grupo de amigos para entrar juntos al estadio. Esta noche, los puntos de encuentro son móviles.

A los clásicos uniformado­s se les suman unos sujetos con chalecos identifica­dos como “orientador­es”. Se encargan, precisamen­te, de explicarle­s a los hinchas desorienta­dos por qué calle deben entrar de acuerdo a su ubicación. Son como los acomodador­es de los teatros pero sin programa ni propina.

Todavía falta más de una hora para que empiece el partido y el cumplimien­to del protocolo es ejemplar. Hay barbijos, distancia y circulació­n. El desborde vendrá después, cuando los relojes empiecen a meter presión.

—¿Tenés idea dónde puedo conseguir una entrada de reventa?

La primera valla por Udaondo es una trampa. El cordón de seguridad provoca lo obvio: la gente se amontona. Las colas de hinchas desafían al protocolo, y el protocolo pierde por goleada. Las postales son de la era precovid. Y todavía faltan otras dos vallas para llegar al Monumental.

En esta espera eterna no hay cantitos, arengas ni gritos de aguante, pero hay megáfonos. Es lo que más se escucha: la voz amplificad­a y distorsion­ada de los tipos de seguridad que no paran de reclamar “entradas, documentos y declaració­n jurada en la mano”.

Pasan los minutos y las vallas, crece la ansiedad, se achica la distancia con el estadio y todo importa cada vez menos. Falta media hora para el reencuentr­o con Messi y se supone que todos los hinchas ya deberían estar en las tribunas.

El protocolo decía eso. Pero no ocurre, por supuesto. En la calle todavía hay hinchas con sus entradas en la mano, hinchas que corren, que pretenden pasar la última valla sin que les tomen la temperatur­a, que intentan evitar el control biométrico de la policía.

Se supone que se vendieron 17 mil tickets, pero los controles de Utedyc dudan. “Hace tres horas que está pasando gente sin parar, hoy van a entrar como 40 mil”, comenta uno de los muchachos que controlan los ingresos. “Parece un día de un partido normal”, agrega otro, también incrédulo.

—Hoy va a ser imposible colarnos, hay demasiados controles. Esto del covid nos cagó...

La Selección argentina sale a la cancha. Messi sale a la cancha. Los últimos rezagados apuran el paso para entrar antes de que comience el partido. Dentro del Monumental empieza el coqueteo entre Leo y los hinchas. Lo reciben como a un campeón y él responde como un crack. Es la cita soñada. Después de 548 días con estadios vacíos, el regreso de los hinchas tuvo una noche memorable. La noche de la goleada, del récord, de las lágrimas. La noche de la reconcilia­ción definitiva.

 ?? PABLO CUARTEROLO ?? UN REGRESO PARA HOMENAJEAR A MESSI. Hubo controles, tres vallados y 1.200 efectivos policiales. Pero nadie pudo evitar las aglomeraci­ones.
PABLO CUARTEROLO UN REGRESO PARA HOMENAJEAR A MESSI. Hubo controles, tres vallados y 1.200 efectivos policiales. Pero nadie pudo evitar las aglomeraci­ones.

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