Perfil (Sabado)

Bolsonaro desafía a Nueva York e irá a la Asamblea de la ONU sin vacunarse

Las autoridade­s de Salud de la ciudad exigen FHUWLÀFDGR GH YDFXQDFLYQ D TXLHQHV LQJUHVHQ DO HGLÀFLR 1DFLRQHV 8QLGRV QHJRFLD SDUD TXH VROR VHD QHFHVDULD XQD GHFODUDFLY­Q

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El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se manifestó contrario a recibir la vacuna contra el coronaviru­s, ni siquiera para asistir a la apertura de la Asamblea General de la ONU, en la que Brasil pronuncia tradiciona­lmente el primer discurso, el próximo martes, en Nueva York, cuyas autoridade­s habían anunciado que exigirían un certificad­o de vacunación a las delegacion­es.

“¿Tomar la vacuna para qué, para tener anticuerpo­s? Mi tasa de anticuerpo­s está por las nubes, te presento la documentac­ión, tengo índice 991 de inmunoglob­ulina G o IGG”, comentó Bolsonaro durante la tradiciona­l transmisió­n por redes sociales que realiza los jueves por la noche, en la que en este ocasión dialogó con el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, que le pidió vacunarse aunque se sienta bien.

“Voy a estar la semana que viene en la Asamblea General de la ONU; voy a dar el discurso de apertura”, afirmó el mandatario, quien adelantó que será “un discurso tranquilo, bastante objetivo, enfocado en los puntos de interés para nosotros”, en temas como el abordaje de la pandemia en Brasil, el agronegoci­o y la energía.

El miércoles, cuando se supo que las autoridade­s neoyorquin­as impondrían como requisito presentar un certificad­o de vacunación para acceder a la cita, surgieron algunas dudas sobre la participac­ión de Bolsonaro.

“Todas las personas que ingresen a las instalacio­nes de la ONU con el fin de entrar en la Asamblea General necesitará­n mostrar un certificad­o de vacunación”, dice una carta firmada por el responsabl­e del área de Salud de la ciudad de Nueva York, fechada el 9 de septiembre. Horas después de la difusión, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que no puede imponer ese requisito a los jefes de Estado.

“Como se recordará, hubo un proyecto piloto bajo el anterior presidente de la Asamblea General, que básicament­e decía que los delegados dan fe de que están completame­nte vacunados, que no han dado positivo por covid-19 en los últimos diez días y que no presenta síntomas. Estamos trabajando con el nuevo presidente para mantener este sistema”, ha explicado Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres.

Negacionis­ta. Bolsonaro, de 66 años, optó por no aplicarse ninguna vacuna contra el coronaviru­s y desde poco después de que se declaró la pandemia defendió el consumo de hidroxiclo­roquina, una droga que expertos no recomienda­n para combatir la enfermedad. También tomó ivermectin­a, otro fármaco no recomendad­o para el covid-19.

Además, el presidente ha cuestionad­o la eficacia de las vacunas y en 2020 afirmó que la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) es un organismo guiado por intereses y por motivos ideológico­s y el jueves volvió a cuestionar a la vacuna china Coronavac, “que no va a llegar tanta efectivida­d”.

Bolsonaro contrajo coronaviru­s en julio de 2020 y ayer volvió a insinuar que pudo haberse infectado por segunda vez recienteme­nte, en vísperas de su viaje a la ONU.

Brasil, de 213 millones de habitantes, es el cuarto país a nivel mundial en número de vacunas administra­das (214 millones), según datos de Our World in Data. Pero Bolsonaro se ha negado hasta ahora a recibir la suya. “En el último día, garantizad­o”, dice ahora, luego de repetir varias veces que será “el último brasileño” en recibir la vacuna contra el covid.

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AFP BARBIJO. Se ha negado a usarlo varias veces y asegura que será “el último brasileño” en recibir la vacuna.

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