AMLO reclama fondos para detener el flujo humano
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que su país no puede convertirse en un “campamento de migrantes”, por lo que instó nuevamente a Estados Unidos a invertir en los países donde se origina la migración ilegal.
“No queremos que México sea un campamento de migrantes, queremos que se atienda el problema de fondo”, señaló el mandatario izquierdista en su habitual conferencia matutina.
México enfrenta desde hace varios años oleadas migratorias de centroamericanos y ahora de haitianos, que huyen de la pobreza y la violencia en sus países. Miles de ellos se encuentran varados en la ciudad de Tapachula, en la frontera sur, con Guatemala, y cientos más en Ciudad Acuña, en el norte, en la frontera con Texas.
Al menos 19 mil haitianos también intentan cruzar la frontera entre Colombia y Panamá para continuar su viaje hacia Estados Unidos. La nueva oleada migratoria se desató después de que Washington ampliara la vigencia del Estatuto de Protección Temporal (TPS) para todos los haitianos que estaban en Estados Unidos el pasado 29 de julio o antes.
López Obrador evocó su propuesta al presidente estadounidense, Joe Biden, de atacar las raíces de la migración de indocumentados con inversión social. Su propuesta estaba orientada inicialmente a Guatemala, Honduras y El Salvador, pero la llegada de haitianos complicó aún más el panorama. El líder mexicano recordó esta semana que Washington se comprometió a invertir 4 mil millones de dólares, pero hasta ahora no ha llegado “nada”.
“Que la gente no se vea
obligada a migrar porque si no, continuamos con lo mismo, es retenerlos, ponerlos en albergues y no enfrentamos el problema de fondo”, subrayó el mandatario, quien suavizó su queja señalando que en la Casa Blanca “han sido sensibles a esta propuesta”, pero a su juicio la tardanza se debe a que el plan tiene que ser aprobado por el Senado estadounidense.
López Obrador pidió, además, a Estados Unidos apoyo para Haití, sumido en la pobreza y el caos político, situación que se agravó con el reciente terremoto y el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio pasado.
“No es solamente atender a los migrantes haitianos que por necesidad salen de su país. Hay que hacer algo, y aquí la ONU está tardando. ¿Dónde están los organismos de defensa de derechos humanos a nivel internacional?”, cuestionó.