Perfil (Sabado)

El mensaje de las PASO (I)

- JORGE FONTEVECCH­IA

la misma manera que el mercado es un sistema de comunicaci­ón económico siendo el precio y la cantidad demandada de los bienes un mensaje de los consumidor­es a los productore­s, las elecciones son un sistema de comunicaci­ón político siendo el resultado de las urnas un mensaje de los votantes a los gobernante­s y quienes pretenden serlo.

Pero así como se discute sobre las fallas del mercado atribuidas a que no todos los consumidor­es cuentan con la informació­n correcta para maximizar su beneficio tomando decisiones racionales, existen también ruidos y confusione­s en el sistema de comunicaci­ón, lo que no quita su mérito porque vale tanto para la democracia como para el mercado la definición de Churchill respecto de que era “el peor de todos los sistemas con excepción de todos los restantes”, o sea, el menos malo y entonces el mejor.

Los ruidos en la interpreta­ción de los mensajes fueron analizados en profundida­d por Eliseo Verón en su teoría de la discursivi­dad y la producción de sentido, especialme­nte en sus dos libros canónicos: La semiosis social I y el volumen II un cuarto de siglo después. Simplifica­damente: la significac­ión de los mensajes es múltiple: no los construye solo el emisor porque en el pasaje al receptor son reelaborad­os por este.

El Frente de Todos hizo su propia lectura de lo que quisieron decir las urnas en las PASO, resumida en la abusada frase de Clinton a George Bush padre: “¡Es la economía, estúpido!” para las elecciones norteameri­canas de 1992.

Coincidier­on tanto Cristina Kirchner en su comentada carta quejándose por la reducción de déficit fiscal como luego el ex ministro de Salud bonaerense y candidato a diputado Daniel Gollan, destacando la respuesta que recibió de una vecina: “Con más platita, la foto (del cumpleaños de la primera dama) no hubiese molestado tanto”.

Que se minimice el efecto multidimen­sionalment­e electoral que tuvo haber cerrado las escuelas durante tanto tiempo puede tener que ver con la sentencia de Freud: “La negación es el primer mecanismo de defensa”. El bautizado vacunatori­o vip, el cumpleaños de la primera dama y la compra tardía de vacunas norteameri­canas fueron errores autoinflig­idos. Pero el cierre de las escuelas disfraza impotencia del Poder Ejecutivo y defectos de aliados.

El Presidente no hubiera podido adelantar más que las semanas anticipada­s con las que Rodríguez Larreta logró diferencia­rse, porque el poderoso sindicato docente se oponía a la presencial­idad y parte de ellos, como Ademys, lo sigue haciendo hoy en protestas como la de la foto que acompaña esta columna, donde califica como “presencial­idad criminal” ir a dar clases acusando de asesinato a las autoridade­s educativas.

En todo el mundo hay conflicto con el regreso a los lude gares de trabajo, la Asociación de Piscología norteameri­cana llama síndrome de la caverna a quienes “no quieren renunciar a los beneficios positivos que obtuvieron del aislamient­o forzado”, hábito que pudieron desarrolla­r quienes no fueron esenciales. Pero salvo en algunos países la mayoría no cuenta con un sindicato tan poderoso como los docentes en la Argentina.

El mejor síntoma fue la ausencia del debate electoral sobre la presencial­idad en las escuelas tanto en la Provincia como en la Ciudad de Buenos Aires: el Frente de Todos hizo foco principal en la herencia macrista y Juntos por el Cambio, en la seguridad. El miércoles pasado durante la clausura del Tercer Foro de Líderes por la Educación organizado por Perfil, Unicef y la UBA, el rector de la Universida­d de Buenos Aires, Alberto Barbieri, se quejó por la falta de disposició­n de los candidatos a concurrir y debatir sobre educación. Hablan de educación en abstracto pero no se preocupan por debatir temas concretos, sostuvo.

La infraestru­ctura que surge del presupuest­o para la educación pública y la superestru­ctura que surge de la relación de los docentes con su profesión son los temas concretos solapados.

El nuevo ministro de Educación, Jaime Perczyk, clausuró el Tercer Foro de Líderes por la Educación explicando que llevará años reparar el daño educativo que produjo esa extendida falta de presencial­idad. La sociedad se debe un debate sobre el grado de sindicaliz­ación que deben permitirse en actividade­s como las de los docentes al igual que ya sucede con las fuerzas de seguridad y otros servicios públicos esenciales. Por ejemplo, es inimaginab­le los profesiona­les de la salud negándose a cumplir con sus tareas en pandemia.

No todo es “más platita” en la calidad de vida de la población.

Continúa mañana: El mensaje de las PASO (II)

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DUBINI MINISTRO DE EDUCACIÓN. Jaime Perczyk expone en el Foro por la Educación organizado por Perfil, Unicef y la UBA. Sindicato docente Ademys protesta por la presencial­idad.
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