Kicillof y el Senado bonaerense
Alo largo de la campaña electoral del Frente de Todos en territorio bonaerense, Axel Kicillof expresó en reiteradas ocasiones su objetivo político: obtener una victoria que le permita arrebatarle la mayoría a la oposición en el Senado y mantener los números en Diputados. Sin embargo, los magros resultados de las PASO podrían complicar sus planes. Si se replica en noviembre la performance de las primarias, ¿qué sucederá con la agenda legislativa y las negociaciones de las leyes más importantes para el Ejecutivo?, ¿qué avances lograron las leyes del gobernador en este primer año y medio de gestión y con la actual conformación de las cámaras?
Ante este panorama de cara a las elecciones generales de noviembre, el Ejecutivo provincial movió importantes piezas dentro de su gabinete. El dato político más fuerte es la incorporación de dos intendentes a su equipo: el de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, como Jefe de Gabinete y su par de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, al frente de la cartera de Infraestructura.
Con una impronta de mayor territorialidad, el objetivo de Axel es recuperar votos perdidos en la Primera sección (donde Juntos ganó por 5 puntos) y en la Tercera, donde hubo un alto porcentaje de ausentismo y el FDT cayó más de 20 puntos en relación con los comicios de 2019.
En caso de que el oficialismo efectivamente mejore su performance electoral en estas dos secciones con mayor cantidad de votantes, lo cierto es que el número que se engrosará es el general de la Provincia (y de esta manera poder evitar la réplica de la foto derrotista), pero no aportará modificaciones sustanciales a la composición de la Legislatura Bonaerense: Juntos por el Cambio mantendrá la actual mayoría en el Senado -posee 26 de las 46 bancas- y aumentará su número en Diputados -actualmente tiene 38 bancas frente a las 45 del oficialismo-.
Así las cosas, de mantenerse los resultados de las PASO, Axel Kicillof podría encarar el segundo tramo de su gestión con el Senado nuevamente con mayoría opositora y en Diputados con una mayor necesidad de bloques aliados.
En este escenario, habrá que ver qué sucede con la agenda legislativa y las negociaciones de las leyes más importantes para el Ejecutivo, como el Presupuesto y la Impositiva para el año 2022. También, con dos iniciativas importantes de una “agenda verde” presentada en las últimas semanas: la creación de un sistema de gestión sustentable de envases y residuos especiales y la implementación de un nuevo Código de Faltas Ambientales.
No obstante, si se hace un repaso por el tratamiento de las leyes del Ejecutivo desde que Kicillof llegó el principal sillón bonaerense, los números no son malos para el Gobernador. Según un relevamiento de la Agencia Esfera Pública, desde su asunción, remitió a la Legislatura 26 proyectos de Ley, de los cuales 20 fueron convertidos en Ley. En tanto, el trámite parlamentario promedio para los mismos fue solo de 20,3 días. En su mayoría, proyectos necesarios para el funcionamiento del Estado, con herramientas como la emergencia sanitaria durante la pandemia.
Sin embargo, las negociaciones entre oficialismo y oposición se tensaron alrededor de iniciativas con planteos de corte estructural y cambios económicos y fiscales. El primer antecedente del reparo opositor sucedió a solo un mes de la asunción de Kicillof con el tratamiento de la Ley Impositiva 2020, donde no hubo acuerdo con el bloque opositor y, tras la media sanción de Diputados, se cayó la sesión en el Senado con el posterior retiro del proyecto del Ejecutivo.
Tras la experiencia fallida, el Ejecutivo modificó su estrategia y envió todos sus proyectos a través de la Cámara de Diputados. Allí, y negociaciones mediante entre representantes del Frente de Todos y Juntos por el Cambio de ambas Cámaras, avanzaron casi todas las iniciativas del gobernador.
Por esta razón, una de las pruebas de fuego para el oficialismo será en el debate de las leyes de Presupuesto e Impositiva 2022, que ingresará en diciembre con una nueva conformación del recinto tras la asunción de los legisladores votados en noviembre. Se trata de normas complejas que demandarán largas horas de negociación en una Legislatura que parece encaminarse a mantener la actual composición.