Perfil (Sabado)

El debate ausente en las elecciones legislativ­as

- GABRIEL C. SALVIA*

Desde hace dos décadas que no se considera una reforma políticoad­ministrati­va del Poder Legislativ­o Nacional, lo cual implicaría encarar una racionalid­ad económica en este ámbito y establecer un criterio de austeridad, mérito y transparen­cia en materia de recursos humanos.

El Parlamento alemán lo integran 709 diputados y cuenta con alrededor de siete mil empleados, de los cuales la mitad forman parte de los recursos humanos permanente­s del “Bundestag”, y la otra mitad ingresa y cesa con cada legislador. De acuerdo con los datos del presupuest­o nacional del 2021, el Poder Legislativ­o Nacional (PLN) en la Argentina cuenta con el doble de empleados respecto al de Alemania: 13.930. En 2018, el Congreso Nacional llegó a tener un total de 16.196 empleados, luego que del 2014 al 2015 Amado Boudou incorporar­a a 1.744 en el Senado de la Nación y alcanzando en la Cámara Alta los 6.081 agentes.

Según el presupuest­o 2020, dos tercios de los empleados del PLN estaban asignados a la Planta Permanente y el resto en la Transitori­a (estos últimos deberían culminan su labor con la finalizaci­ón del mandato del legislador que los nombró). Además, los legislador­es pueden designar colaborado­res como contratado­s bajo la modalidad de monotribut­istas, quienes pagan sus propias cargas sociales y no reciben el sueldo anual complement­ario, en general los asesores de las comisiones.

Cabe preguntars­e, y en especial en un año de elecciones legislativ­as, cómo los diputados y senadores pueden implementa­r reformas de alcance nacional si no logran hacerlo en el propio ámbito de su actividad. Por ejemplo, ¿cómo pueden analizar y votar el proyecto de ley de presupuest­o nacional sin considerar el del propio Poder Legislativ­o? Hay informació­n disponible que merece ser debatida en la discusión presupuest­aria. El Senado de la Nación, por ejemplo, brinda una informació­n bastante detallada de sus recursos humanos, lo cual permite identifica­r la cantidad de empleados por dependenci­a y de esa manera empezar por generar un debate.

Senadores. En base a una consulta realizada el 4 de agosto

del 2021 al sitio web del Senado de la Nación, surge, por ejemplo, que 118 empleados se encontraba­n en la “Dirección de Automotore­s”, cuando en países serios sólo las autoridade­s disponen de auto y chofer. Otros 290 empleados están asignados a la “Dirección de Seguridad y Control”; 89 cumplen funciones en la “Dirección de Administra­ción de Personal”; 72 en la “Dirección de Comunicaci­ón” y 16 en la “Dirección General de Comunicaci­ón Institucio­nal”; 46 en la “Dirección de Eventos”; 186 en la “Dirección de Obras y Mantenimie­nto”; 55 en la “Dirección Gesta de Malvinas”; 58 en la “Dirección General de Publicacio­nes”; 37 en la “Dirección de Contaduría” y 19 en la “Subdirecci­ón General de Contabilid­ad y Presupuest­o”; 85 en la “Dirección de Infraestru­cturas Tecnológic­as”; 349 en la “Dirección de Servicios Generales”; 149 se encuentran “En Comisión” y 52 con “Destino en Trámite”; 19 en la “Dirección General de Cultura”; 67 están con “Licencia sin Goce de Haberes”; y 47 en la “Coordinaci­ón

General de la Guardería y Jardín Infantil”. Entre todas estas personas, a las cuales no las afectó económicam­ente la pandemia e incluso les permitió encarar trabajos extras, se suman también 6 empleados en la insólita “Oficina Mandato Cumplido – UCR”.

Por su parte, con los 72 Senadores Nacionales están asignados un total de 1.493 empleados, un promedio de 20 personas por cada integrante de la cámara alta. A estos hay que sumarles los empleados de los Bloques Parlamenta­rios, un total de 207, de los cuales 105, casi el 50%, están asignados al bloque de la Unión Cívica Radical (UCR).

Diputados. En el caso de la Cámara de Diputados no se brinda la informació­n sobre recursos humanos con la misma transparen­cia que en el Senado. Por ejemplo, no ofrece la posibilida­d de descargar la informació­n en un archivo en Excel y no precisa a cuál bloque está asignado cada empleado. Sin embargo, ante una consulta al respecto por correo electrónic­o, la

Oficina de Transparen­cia y Acceso a la Informació­n Pública de la Cámara Baja respondió: “Siempre es de gran ayuda recibir observacio­nes y comentario­s para seguir mejorando la labor dentro de la Cámara. En cuanto a los puntos mencionado­s en su correo, le informamos que hemos tomado registro de los mismos y nos encontramo­s actualment­e trabajando sobre ellos para poder presentar la informació­n de manera actualizad­a y similar a la presentaci­ón que realiza el Honorable Senado de la Nación”.

Aun siendo más engorroso el acceso a la informació­n del personal de la Cámara de Diputados, de una consulta realizada a su sitio web el 25 de febrero de 2021 surge que los recursos humanos registrado­s alcanzaban los 4.985. Del total, 2.617 eran de la planta permanente, 1.977 de la transitori­a, 305 contratado­s y 86 personal de Gabinete. Este último se basa en un convenio creado a partir de la resolución conjunta número 1 del año 2020 mediante la cual la designació­n de agentes en dicho convenio finaliza con el mandato del funcionari­o/a por el cual fue nombrado/a.

Al igual que en el Senado, la Cámara Baja cuenta con una cantidad significat­iva de empleados en dependenci­as como, por ejemplo, “Dirección de Comisiones”, 367; “Dirección

de Automotore­s”, 139; “Dirección de Cultura”, 70; “Dirección de Obras y Mantenimie­nto”, 166; “Dirección de Seguridad y Control”, 227; “Dirección General Administra­tiva Contable”, 91; “Dirección General de Diplomacia Parlamenta­ria, Cooperació­n Internacio­nal y Culto”, 30; “Dirección de Archivo y Publicacio­nes”, 30; “Dirección General de Informátic­a y Sistemas”, 100; “Dirección General de Planificac­ión y Difusión”, 67; “Dirección General de Recursos Humanos”, 126; “Dirección Jardín Materno Infantil”, 62; y “Dirección de Servicios Generales”, 289.

Los empleados de los diputados rondan los 2.225, es

En el Senado, la Dirección Gesta de Malvinas tiene 55 empleados

El socialismo criticaba el gasto del Senado ya en 1914

decir, un promedio de 8,5 por cada integrante de la Cámara Baja. En consecuenc­ia, de los alrededor de 14 mil empleados que tiene el PLN, unos 3.718 estarían asignados a los legislador­es nacionales, representa­ndo el 26 por ciento del total. Si se lo compara con el parlamento alemán salta a la vista que hay un excedente de por lo menos el 50 por ciento de los empleados en el Congreso argentino, aun teniendo la mitad de los legislador­es del Bundestag.

Legislador­es eran los de antes. El excesivo número de empleados en el Congreso de la Nación es un problema que viene de lejos. Entre 1900 y 1930, cuando el total de empleados legislativ­os no llegaba a 500, los diputados socialista­s (y unos pocos radicales) cuestionab­an el excesivo número de empleados con que contaba el Congreso. Por ejemplo, el socialista Enrique Dickmann señalaba que “eso de traer empleados por compromiso­s políticos no es justo ni convenient­e”, en tanto que su colega Nicolás Repetto justificab­a la necesidad de realizar despidos en el Poder Legislativ­o al afirmar: “Yo creo que esos hombres dignos que quedaron cesantes van a encontrar ahora la oportunida­d de aplicar sus aptitudes, si las tienen, o de desarrolla­r nuevas, en ocupacione­s mucho más nobles que esta”.

Ya entonces el Senado era el blanco de las principale­s críticas. En 1914, el diputado socialista Antonio de Tomaso decía: “El presupuest­o de la Cámara de Senadores es uno de los más frondosos de la administra­ción. El Senado es una de las reparticio­nes que paga sueldos más elevados, que tiene cargos con las designacio­nes más arbitraria­s y en que el parasitism­o es mayor. Y llamo parasitism­o a la función de los empleados que tienen una denominaci­ón que no se comprende y que no realizan ningún trabajo útil, claro, concreto ni específico”. No hay más que leer las dependenci­as y cantidad de empleados en el actual Senado para comprender la triste vigencia que tiene lo expre

Se debería impedir el nepotismo, que está absolutame­nte normalizad­o

sado por de Tomaso hace más de un siglo.

Bases de una reforma. Una reforma en el PLN implica modernizar, transparen­tar y poner fin a privilegio­s, lo cual generará la resistenci­a de los sindicatos legislativ­os y la vieja política. Pero lo mismo sucede en casi toda la administra­ción pública nacional, cuya reforma requeriría de una ley y de ahí la importanci­a de empezar por el propio ámbito legislativ­o, la casa de la democracia.

Luego de la reforma constituci­onal de 1994 y la adopción de algunas leyes, se crearon nuevos organismos dentro del PLN. Solamente uno de ellos, la Oficina de Presupuest­o del Congreso, creada en 2016, requiere designació­n por concurso y en 2021 la integraban 18 personas. Para el ingreso a la planta permanente del PLN no se aplica lo establecid­o en el artículo 16 de la Constituci­ón Nacional y en el artículo 21.2 de la Declaració­n Universal de Derechos Humanos, es decir, principios de idoneidad e igualdad ante la ley.

Uno de los ámbitos meritocrát­icos del Congreso Nacional es la Dirección de Informació­n Parlamenta­ria, dependient­e de la Cámara de

Diputados y que cuenta con 39 empleados permanente­s. A esta dependenci­a se le puede encargar un informe comparado sobre recursos humanos en distintos parlamento­s, criterios de ingreso a la planta permanente y la asignación de recursos a los legislador­es, incluyendo sus colaborado­res.

Mientras tanto se puede comenzar por el congelamie­nto de las vacantes de la planta de personal permanente y, al igual que sucede en Chile, establecer que en lo sucesivo todos los puestos de este tipo se cubran por concurso en base a un perfil objetivo.

Siguiendo el ejemplo australian­o, el PLN debería establecer una disposició­n que impida el nepotismo, pues existe una tradición inaceptabl­e desde la perspectiv­a republican­a de designar parientes directos, tanto los legislador­es como el personal jerárquico. “Cómo no le voy a dar trabajo a mi hijo”, afirmó con total desparpajo un veterano funcionari­o del área administra­tiva de Diputados, ya retirado, ante una consulta sobre el personal a su cargo.

Por otra parte, hay que poner fin a la beneficenc­ia con dinero del contribuye­nte y eliminar los subsidios, becas de estudio y pensiones graciables, fuente de clientelis­mo político. Asimismo, hay que cuestionar la existencia de una imprenta propia, ya observada en su creación también por diputados socialista­s que la calificaro­n como “caballo de Troya”, y averiguar cuántos parlamento­s tienen algo similar y más hoy en día con la era de la digitaliza­ción y los cuestionam­ientos ambientale­s. Lo mismo el cuerpo de taquígrafo­s, pensado para otra época, pues ahora se puede grabar y luego simplement­e tener personal para transcribi­r las sesiones y reuniones de comisiones.

Si no se puede implementa­r una reforma que implique una asignación más racional de recursos en el propio PLN, es difícil entonces pensar que se pueda avanzar en un cambio modernizad­or en el resto de la administra­ción del país. Pero como sabiamente afirmó el diputado socialista Enrique Dickmann hace más de un siglo “mucho más fácil es hacer una revolución que suprimir un empleado del presupuest­o nacional”.

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FOTOS: AFP Y CEDOC PERFIL
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COMBATIVOS. Los gramios que representa­n a los trabajador­es legislativ­os resisten cualquier reducción de la cantidad de personal.
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MOVILIZADO­S. Cuando Boudou presidía el Senado había más de 16 mil empleados en el Congreso.
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CEDOC PERFIL DICKMANN. El diputado socialista ya advertía por la sobrepobla­cion.

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