WANDA, LA CHINA, ICARDI Y EL CONTROL DE PRECIOS
(PRIMERA PARTE)
Cansado de ya de tanta ignominia y crítica descalificadora hacia mi persona, fomentada por los salvajes corpúsculos que dirigen esta sección, he decidido solemnemente que mi cargo de “opinador multipatético” (como se les ha dado en llamarme a estos báculos de la nada), sea reemplazado por el de “CEO”, que va en consonancia con la importancia que me merezco. Espero que nuevamente no se hagan los graciosos y agreguen alguna palabreja al título, con ese humor que, de tan fino, no se ve a medio metro. Hoy vamos a referirnos a dos de los temas que condicionaron la semana pasada. Por un lado, la enconada batalla entre Wanda Nara, la China Suárez y el player Mauro Icardi. Pero como ésta es una columna de actualidad política, los impresentables de este suplemento me obligan también a opinar sobre el control de precios instalado esta semana, así que empecemos cuanto antes. Yo, que me considero un ser deconstruido y muy lejano a preferencia alguna, quiero abordar este tema sin prejuicios. Por un lado está Wanda, esa mujer que ha sabido hacerse a sí misma –con la ayuda de su cirujano, claro–, que habrá sabido usar los calzoncillos de Maradona, pero que ahora se pone los pantalones para pelear por lo que considera suyo (como los pantalones son unisex, no sé decir si esta frase sigue siendo machista. ¿Me avisan?). Por otro lado está Icardi, que es el “suyo” de Wanda y está más dibujado que Mickey. Y por si esto no fuera poco, se suma la China Suárez, quien escribió osados tuits al jugador, aunque dados los resultados, ahora tiene ganas de cambiar su celular por uno de ENTEL gris clarito con disco modelo 1975. Ahora bien, ¿qué tiene esto que ver con el control de precios? Mañana lo vemos aquí mismo.