Humor, emoción y red afectiva
En Relatos de amor y locura conviven monólogos de humor, dramáticos y tragicómicos. La obra transcurre en el “Conteiner Club”, un espacio terapéutico teatral que agrupa a seis personajes, quienes intentan transformar su dolor en esperanza. Me interesaba profundizar en esa zona fronteriza donde hacen contacto la emoción y el humor. Luego hice ingresar la temática del amor desde diferentes perspectivas. Y esa tríada, humor, emoción y amor, me otorgó la libertad para desplegar una escritura heterogénea como nuestros estados de ánimo o los paisajes de nuestra mente.
Eso que en la vida es estigmatizado como inestabilidad, el teatro lo metaboliza como capital simbólico. No hay mayor riqueza que honrar el espacio creativo abrazando “la luz y la sombra”. Volvernos artesanos de nuestra naturaleza ciclotímica y reivindicar la potencia grupal con responsabilidad afectiva. Cuando el aura grupal está vibrando bien, lo artístico entra potenciado.
Es hermoso compartir el escenario junto a la potencia actoral de Salomé Boustani, Hernán Melazzi, Natalia Santiago, Mr Grrr, Ailín Moro y Laura Lopez Moyano. Detrás de escena hay un equipo de gran solidez con Agustina Dalmasso, Pablo López, Demián Ledesma Becerra, Ricardo Sica, Ariel Gigena, Sabrina Lara, Pablo Scavino y Marisol Cambre. Desde @ relatosdeamorylocura estaremos publicando convocatorias para artistas invitados, área a cargo de mi co-equiper en la dirección, Agustina Dalmasso.
Este sentimiento transformado ahora en Relatos de amor y locura nació a fines del verano pasado como parte de un proceso personal. Estuve
perdido y como en otras tempestades ahí estaba el arte para sublimar y reinventarme una vez más.
Anduve de madrugada por las calles vacías, me subí a las azoteas y caminé por las cornisas. Escuché el silencio de los precipicios y bajo el manto de la noche abrieron mis chacras las manos de la luna. A corazón abierto y de manera incesante me empezaron a brotar textos. Un desagüe de párrafos y sangre. Sentía que me estaba desintegrando y ahí me agarré fuerte de las palabras. Vislumbré a lo lejos las nubes lilas de un amanecer soleado y así, todo roto, empecé a resucitar escribiendo sobre un cielo nuevo mientras desde lo más profundo del sol me traían a la vida los ojos de mi hijo hermoso.
Y ahí me puse a trabajar rodeado de libros e influencias. La poesía de Olga Orozco, El erotismo de Bataille, Fleabag,
la música de Federico Moura, el cine de Paul Thomas Anderson y la nueva política de los afectos que plantea Brigitte Vasallo.
Trabajando, sin negar aquel estado de vulnerabilidad y apoyado en la ternura de mi red afectiva, me hice fuerte otra vez.
Y ese otoño de escritura, soledad e introspección empezó a dar sus frutos. Estrenamos El Dramaturgo 2.0 junto a Luciana Buschi, Marcela Blanco y Demián Ledesma Becerra.
Terminé de un tirón el primer borrador de un monólogo llamado 1987, sobre una actriz/astróloga que se descubre constelada con Marguerite Yourcenar. Resulté ganador de un concurso de TXI con Pasame tu representante, que subió a escena en el Cervantes con Marina Bellati bajo la dirección de Mey Scápola. Recientemente se estrenó por Radio Provincia PATTI Smith,(conferencia de amor) con Lucía Adúriz, texto por el cual obtuve la Beca del Fondo Nacional de las Artes. Y ahora, en la primavera de esta cosecha 2021, la felicidad de una conquista colectiva como lo es Relatos de amor y locura.
Cada función, cuando oigo resonar esos textos en los cuerpos de mis compañeros de elenco me sigue conmoviendo la alquimia del teatro. Algo íntimo que nace en el corazón, viaja por las arterias hacia las manos, de las manos al papel y del papel al escenario. Sigo encontrando en esa celebración de lenguajes una poderosa fuente de sanación y de placer estético. Transmutar las agonías individuales en fábulas colectivas. Abrazar la vida. locura
Relatos de amor y