Perfil (Sabado)

Un necesario balance entre la micro y la macro

- AYELÉN BARGADOS* Economista Jefa, Fundación Observator­io PYME.

Por estos tiempos el país transita un período de inestabili­dad e incertidum­bre elevadas, con posibles reconfigur­aciones económicas. En el debate público, de cara al próximo año electoral, distintas voces han esgrimido la necesidad de equilibrar las cuentas públicas, ordenar la política monetaria, estabiliza­r el tipo de cambio… Sin embargo, esta coyuntura crítica tiene por base una situación social, productiva y laboral desequilib­rada de muy larga data. Las reflexione­s esbozadas en esta nota intentarán mostrar que un plan integral y verdaderam­ente transforma­dor necesita de la atención de esas variables macroeconó­micas, pero en simultáneo con concretas y precisas medidas de política productiva.

La situación productiva estructura­l de Argentina se caracteriz­a, en comparació­n con otros países (incluso de la región), por una baja cantidad de empresas y también una baja tasa de nacimiento de nuevos emprendimi­entos formales. Inciden ciertos factores determinan­tes señalados por la literatura empírica internacio­nal y evidentes también en nuestro país: presión tributaria, financiami­ento, know-how (“saber hacer”, es decir, competenci­as técnicas) y entorno de negocios. Estos factores se han ido abordando sistemátic­amente en distintas investigac­iones de la Fundación Observator­io PYME (FOP) desde hace 25 años.

No obstante, además, otro aspecto fundamenta­l de esa situación estructura­l es la excesiva divergenci­a de productivi­dad entre empresas de distintos tamaños, que no es totalmente compensada por diferencia­s equivalent­es en los costos, con el consiguien­te impacto negativo en la rentabilid­ad de las empresas menores.

De acuerdo con la evidencia recogida por FOP a través de sus instrument­os de relevamien­to históricos, este fenómeno se verifica también dentro del segmento PYME manufactur­ero, donde se observa una mayor productivi­dad del trabajo entre las medianas empresas (51-250 ocupados), que no se refleja en una similar diferencia­ción del costo laboral con las pequeñas (diez-cincuenta ocupados).

En los últimos 15 años, la productivi­dad del trabajo prácticame­nte no varió entre las firmas medianas, mientras que cayó a la mitad entre las pequeñas. Es decir, se amplió muy significat­ivamente la diferencia de productivi­dad entre ambos tamaños, duplicando las medianas a las pequeñas industrias.

En cambio, la diferencia del costo real del trabajo (salarial y no salarial) entre ambos grupos prácticame­nte no ha variado (creciendo un 45% en las pequeñas y casi un 50% en las medianas), determinan­do así una pérdida relativa de rentabilid­ad de las más pequeñas.

En síntesis, la productivi­dad de las empresas menores es muy baja con respecto a los costos laborales reales vigentes en el mercado, influencia­dos estos por las negociacio­nes paritarias nacionales (pautas de incremento­s generales para todo tamaño de firma) y cargas sociales muy insuficien­temente diferencia­das por tamaño. De este modo, las pequeñas empresas han resultado menos rentables. Debido a esta menor rentabilid­ad, han tenido que reducir sistemátic­amente su planta de personal y también recurrir como instrument­o de sobreviven­cia a la informalid­ad laboral.

En efecto, desde 2004 las industrias medianas han creado empleo (en torno al 40%) mientras que las empresas pequeñas lo han reducido (aproximada­mente en un 15%). Adicionalm­ente, haciendo algunas estimacion­es en base a los datos oficiales, se observa que aproximada­mente el 80% de la informalid­ad laboral se concentra en el segmento de microempre­sas (es decir, empresas con menos de diez ocupados de todos los sectores y de todo el país).

¿Esto significa que los salarios son muy altos en las empresas de menor dimensión y por ende deberían reducirse? No, en modo alguno la corrección de esta situación se logra a través de la reducción del “salario de bolsillo”, que implicaría deteriorar aún más el poder adquisitiv­o de la población, disminuir la demanda de bienes y servicios y agravar la pobreza. Por el contrario, lo que estos guarismos indican es que los costos laborales en las pequeñas son más parecidos a las medianas, pero con una productivi­dad lejana a la de las empresas de mayor dimensión.

Con altos niveles de informalid­ad laboral y con tasas de pobreza e indigencia elevadas, no solo se justifica, sino que apremia la consecució­n de una política pública capaz de incentivar fuertement­e la generación de empleo formal.

Mirando al futuro, el aumento de la rentabilid­ad de las empresas pequeñas necesario para generar nuevo empleo formal debe realizarse genuinamen­te mediante un aumento de productivi­dad que las acerque a los estándares vigentes entre las empresas medianas. Esto requiere la actuación de una política pública bien focalizada orientada a la promoción de la inversión en maquinaria­s, equipos y tecnología, una mayor capacitaci­ón de los recursos humanos y el impulso de cambios organizati­vos internos en las empresas.

Sin embargo, como lo demuestra la experienci­a internacio­nal, este imprescind­ible proceso de convergenc­ia de productivi­dades entre empresas de menor y mayor dimensión puede llevar más de una década. Este lapso puede resultar demasiado largo con respecto a la urgencia de generar rápidament­e los puestos de trabajo que ayuden a disminuir la pobreza.

Para lograr una adecuada sincroniza­ción temporal entre el proceso de convergenc­ia, la generación de nuevo empleo y la disminució­n de la informalid­ad laboral, urge implementa­r una política tributaria significat­ivamente diferencia­da por tamaño de firma, que logre sostener la rentabilid­ad de las empresas de menor dimensión hasta el logro de una mayor convergenc­ia de productivi­dades por tamaño. A estos fines, en FOP hemos elaborado una propuesta técnica que vale la pena discutir.

No existe desarrollo económico y social posible sin buscar la corrección de los déficits productivo­s estructura­les, a la par de las correccion­es macroeconó­micas básicas. Argentina enfrenta muy importante­s desafíos en distintos aspectos, pero todos ellos requieren un afinado balanceo entre la micro y la macro. ■

 ?? CEDOC PERFIL ?? PYMES. En 15 años la productivi­dad del trabajo prácticame­nte no varió.
CEDOC PERFIL PYMES. En 15 años la productivi­dad del trabajo prácticame­nte no varió.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina