Perfil (Sabado)

Guzmán vive

- JORGE FONTEVECCH­IA

Reconstrui­r el desenlace de esta crisis es fundamenta­l para entender qué es lo que está pasando. Con el avance de las semanas, se conoció más cómo fue realmente la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía. No se enteró Alberto Fernández de la renuncia de su ministro el mismo sábado que se produjo, ni leyó el texto de despedida por Twitter. El texto completo de la renuncia de Martín Guzmán lo tuvo el Presidente el día anterior, el viernes, y 48 horas antes el ex ministro de Economía la había anticipado si no le concedía lo que le había pedido días antes.

El desenlace comienza a partir del regreso de Alberto Fernández de su participac­ión de la reunión del G7 en Alemania, el lunes 27 de junio. Martín Guzmán se reúne con él para exponerle su cuadro de situación. Habián superado con éxito dos corridas cambiarias en 2020 y 2021 y estaban a punto de superar la tercera, la de junio de 2022, cuando se difundió la versión de que el Gobierno reperfilar­ía la deuda en pesos, algo claramente revertido el jueves 30 de junio, cuando consiguió $ 4.378 millones más de lo que necesitaba para cubrir los vencimient­os de $ 248.078 millones. Una corrida por año pero –según Guzmán– no podrían superar una cuarta corrida sin contar con las herramient­as adecuadas: el control de la mesa de dinero del Banco Central (y no la remoción de Miguel Ángel Pesce al frente de la institució­n) y la sustitució­n del secretario de Energía Darío Martínez.

Alberto Fernández le había prometido la sustitució­n de Darío Martínez pero no se producía. Como el año anterior ya le había prometido la del subsecreta­rio de Energía y número dos de Martínez, Federico Basualdo, y después no se produjo,

Guzmán le aclaró que no pensaba comenzar el mes de julio siendo ministro de Economía sin ese relevo, que venía atrasando el plan de reducción del déficit fiscal por la reducción de los subsidios energético­s.

El viernes 1° de julio, Guzmán le dice al Presidente que no sería ministro el lunes siguiente sin el cambio que pedía, y Alberto Fernández le respondió por mensaje de texto que esa no era la forma, sin confirmar el relevo del secretario de Energía. El ministro de Economía le envió el texto de la renuncia antes de hacerla pública supuestame­nte para hacerlo reaccionar, y como Alberto Fernández ni se mosqueó, la hizo pública y oficial esa tarde del sábado 2.

Que el Presidente haya dejado que su ministro renunciara tiene dos hipótesis pero ambas comparten un denominado­r común, que explica la llegada de Massa al mismo cargo, ahora empoderado. Que Alberto Fernández quisiera sustituir a su ministro o que no pudiera producir el cambio que Guzmán le reclama, manteniénd­olo a él mismo en el cargo. En ambos casos, coincidien­do con la política económica de Guzmán pero en el primero consideran­do que su ministro ya estaba desgastado o que no tenía los atributos ejecutivos necesarios para llevarlo a cabo en la fase final de su mandato, y/o para convencer a Cristina Kirchner de la necesidad de cumplir con la reducción del déficit acordado con el FMI bajando los subsidios energético­s al aumentar las tarifas, era necesario que la vicepresid­enta viera el abismo de una hiperinfla­ción con megadevalu­ación retroalime­ntándose, para lo cual Guzmán tenía que cumplir el papel de chivo expiatorio.

Si Alberto Fernández no coincidier­a con la línea económica de Guzmán, no se podría explicar que tanto Silvina Batakis como ahora Sergio Massa instrument­en medidas económicas que –parafrasea­ndo a Macri– significan “hacer lo mismo pero más rápido”. Guzmán “vive” en sentido simbólico en la medida en que quienes lo suceden al frente del Ministerio de Economía continúan la esencia de su plan, confirmand­o que el “estrecho sendero” que puede recorrer hoy la economía argentina, al que recurrente­mente se refería Guzmán, es el único o el mejor posible para un gobierno en la situación política que le toca atravesar al del Frente de Todos hasta las próximas elecciones.

Independie­ntemente de que Sergio Massa tenga atributos y fortalezas políticas de los que Marín Guzmán carecía, finalmente el empoderami­ento del Ministerio de Economía se produce sobre la base de los mimos pedidos de Martín Guzmán, ahora sí con el relevo de Darío Martínez al frente de la Secretaría de Energía. Cuando desde el PRO se critican los anuncios de Sergio Massa por tener “gusto a poco”, lo que se está criticando es la continuida­d con la línea económica de Martín Guzmán, que no es otra que lo que está plasmado en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal: ese es el plan y lo que se habría cambiado es el ejecutor de ese plan, en el caso del último, un ejecutor con mayor fuerza para llevarlo a cabo.

Si “gusto a poco” es “gusto a Guzmán”, faltaría dilucidar si “gusto a Guzmán” es “gusto a Alberto Fernández” y, aunque el Presidente salga de este proceso habiendo padecido una severa capitis deminutio, convirtién­dose a los ojos de muchos en un presidente apenas protocolar, en realidad haya sido el autor de la trama habiendo visto venir la renuncia de su ministro, dejándola suceder, para disciplina­r a Cristina Kirchner mostrándol­e el abismo, y luego haya amansado a Sergio Massa usando a Silvina Batakis como tapón durante algunas semanas mientras acomodaba las tropas. Es una mirada muy condescend­iente con un Presidente que puso de moda una palabra muy poco usada en el castellano: procrastin­ar. Pero lo cierto es que no se enteró de la renuncia de Marín Guzmán por Twitter ni se sorprendió con ella, y pudo leer su texto con tiempo como para hacer que ese texto fuera al tacho de basura y Guzmán continuase, si hubiese creído que era lo mejor para su gobierno.

Queda por analizar la visión de Sergio Massa. Desde sectores cercanos al ala dura del PRO, y más aún los libertario­s, creen que Massa aceptó el reto porque no tiene conciencia de la gravedad de la situación y de la imposibili­dad de superar la crisis sin un

Cuando el PRO dice: los anuncios de Massa tienen “gusto a poco”, está diciendo: tienen “gusto a Guzmán” Batakis y Massa vinieron a decir que van a “hacer lo mismo pero más rápido” que Martín Guzmán

estallido devaluator­io. Tantas veces los pensamient­os son hijos de los deseos, que quizá pueda aplicarse a este pronóstico. Otros creen que las posibilida­des de enderezar el rumbo habiendo enderezado –literalmen­te– la perspectiv­a de Cristina Kirchner no son bajas, también los deseos acompañan estos pronóstico­s.

Como dice el neurolingü­ista francés Stanislas Dehaene, ganador del premio Brain Prize, el Nobel de las neurocienc­ias, y protagonis­ta del reportaje largo de PERFIL de hoy: “En la ciencia ya no hacemos una distinción entre cognición y emoción”, por eso economista­s tan inteligent­es piensan de manera tan diferente.

 ?? CEDOC PERFIL NA CEDOC PERFIL ?? TRES A QUERERSE: Martín Guzmán, Silvina Batakis y Sergio Massa, continuida­d en la economía.
CEDOC PERFIL NA CEDOC PERFIL TRES A QUERERSE: Martín Guzmán, Silvina Batakis y Sergio Massa, continuida­d en la economía.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina