Los tiempos del encierro y sus relatos
EL FUTURO Documental Dirección y guión: Ulises Rosell Con testimonios de: Sergio Guiñazu, Santiago Burgos, John Palmer y Rogelio Segundo Origen: Argentina (2022) Duración: 100’ Sábados de agosto en el Malba (Figueroa Alcorta 3415)
Si bien tiene dos películas de ficción en sus créditos: El descanso
(en codirección con Andrés Tambornino y Rodrigo Moreno, 2002) y Sofacama,
2006; Ulises Rosell filmó 3 documentales, Bonanza
(2001), con un curioso chatarrero y vendedor de aves y serpientes; El etnógrafo
(2012), su protagonista es un antropólogo que trabajó con la comunidad Wichi, de Chaco y López (2021), sobre el gran artista plástico Marcos López. Para estas últimas producciones eligió a cada personaje por sus cualidades singulares. Acá el director y guionista se abre conceptualmente para profundizar en un aspecto tan teórico como atractivo: qué piensan del presente y cómo observan el futuro, quienes atendieron a enfermos de Covid 19, aquellos que lo padecieron y aún sufren sus consecuencias o los que perdieron a seres queridos sin poder despedirlos.
Ahondar en hechos, o en una epidemia como la que aún padecemos, en el instante en que la enfermedad estaba en pleno apogeo (el film se rodó en 2020 y 2021), es una actitud bastante
outsider, pero Rosell, con calma, paciencia y extremo respeto a los que eligió retratar, indaga, muestra y deja que su cámara registre sin entrometerse, ni opinar. Acá hay material fílmico para despertar innumerables rencillas sociales, pero el cineasta prefirió esquivar las opiniones de políticos y grandes teóricos. Se inclinó acertadamente por elegir a los propios protagonistas.
El futuro es un documental que indaga en situaciones complejas y elige para hacerlo tres escenarios, el conocido actualmente como Amba, Salta y Tierra del Fuego. En cada uno de esos lugares la tenacidad de la gente, la necesidad de supervivencia, la resignación y ayudar si es posible a los otros son el sello de identificación de cada persona, o sujetos que hablan frente a la cámara. Calles desoladas, personal de ambulancias que se desempeñan en el conurbano, un representante indígena que por fin ocupa un lugar en la gobernación salteña, hombres que viven en situación de calle, pescadores que viven de lo que les provee el río, un cuidador de un cementerio en Ushuaia que perdió a su padre: todos y cada uno refieren a su experiencia con el Covid. Una atmósfera tenue, casi grisácea, invade gran parte de los relatos, como si el film fuera parte de una ficción, en lugar de imponerse como una realidad compleja y difícil, eso es lo que muestra con gran acierto y calidad estética Ulises Rosell. Para hacerlo contó con una muy eficaz fotografía y un clima sonoro ideal diseñado por Daniel Melero y Diego Tuñón.