Alberto F, entre el protocolo y el “hombre común”
Tenía un atril, pero prefirió hablar sentado. Tenía un discurso preparado, pero decidió improvisar. Y, principalmente, no debía cantar junto a los alumnos de un jardín de infantes, tal como muestra la imagen que se viralizó. Alberto Fernández volvió a desoír los protocolos y la formalidad hasta en las propias actividades que se convirtieron en un sistema de burbuja presidencial.
Esto sucedió el miércoles en La Rioja, en donde el Presidente inauguró viviendas junto al gobernador, Ricardo Quintela, y es una postal que se repite cada semana a pesar de que los últimos actos comenzaron a ser cerrados a la prensa y especialmente cuidados, con el objetivo de que no haya lugar a ningún desacierto. Sin embargo, aun en momentos en que en su propia tropa hablan de fortalecer la figura presidencial, Fernández insiste con que él es un hombre común que no tiene que seguir protocolos oficiales.
Sin dudas, Sergio Masssa se llevó la marca y la centralidad ahora pasa por el Ministerio de Economía. En este contexto, la agenda del Presidente, que está más cargada que nunca, no logra el protagonismo que su entorno pretende que tenga. Las visitas al interior, firmas de convenios en la Casa Rosada y recorridas por el Conurbano pasan desapercibidas, salvo que se viralicen, como la imagen en la que canta la canción El enharinao.
Alberto Fernández no se incomoda y asegura que se siente bien recorriendo el territorio, lejos de las críticas que recibe en los medios a los que, de todos modos, está atento incluso si hasta difunden información falsa, como la separación de Fabiola Yañez.
El viernes, sus actividades solo dejaron imágenes. Fue por la firma del acuerdo de garantía para el financiamiento del acueducto interprovincial Santa Fecórdoba, una obra destinada a resolver las limitaciones de abastecimiento de agua potable a mediano y largo plazo, y que beneficiará a 1.200.000 habitantes de 83 localidades.