Perfil (Sabado)

Ortega endurece su ofensiva contra la Iglesia Católica: arrestan a un obispo en plena curia

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Organizaci­ones de DD.HH. denunciaro­n que la detención fue “con violencia”

El titular de la diócesis de Magalpa, en el norte del país, Rolando Álvarez, que ya estaba cercado por la policía, que le impedía abandonar el edificio parroquial, fue sacado con violencia en la madrugada por agentes que lo llevaron a un lugar desconocid­o en Managua, donde permanecer­á detenido. La decisión es parte del ataque sistemátic­o que el régimen sandinista ha lanzado contra la Iglesia, a la que acusa de simpatizar con la oposición. Ortega ordenó cerrar varias emisoras católicas, arrestó sacerdotes y expulsó del país a la orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta, cuyas monjas dejaron el país a pie.

El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, crítico del gobierno de Daniel Ortega que permaneció retenido durante dos semanas en la curia, fue trasladado ayer a Managua por la Policía y colocado bajo “resguardo domiciliar”.

“El señor obispo se mantiene en resguardo domiciliar en esta ciudad capital”, dijo la Policía en un comunicado, aunque no precisó de quién era el domicilio. “Ha podido reunirse con sus familiares esta misma mañana”, así como con el cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, agregó.

La entidad explicó que fue trasladado desde la curia de Matagalpa, en el norte del país, a Managua “con respeto y observació­n de sus derechos”, aunque Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüen­se de Derechos Humanos (Cenidh), dijo que la intervenci­ón policial en la curia se produjo “con violencia”.

La Policía precisó que tomó la decisión de trasladar a Álvarez de la curia de Matagalpa debido a que el obispo persistía en sus actividade­s “desestabil­izadoras y provocador­as”.

Asimismo, el texto indica que “las personas que permanecía­n en esa Casa-curia fueron trasladada­s con respeto y observació­n de sus derechos”. Ocho sacerdotes, seminarist­as y un laico permanecía­n con Álvarez en la curia y también están en Managua. Todos están bajo investigac­ión.

La propia diócesis de Matagalpa alertó en la madrugada del ingreso de la Policía a la residencia del obispo. “SOS. Urgente. En estos momentos la

Policía Nacional ha ingresado a la Curia Episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa”, publicó en su cuenta de Facebook.

El Consejo Episcopal Latinoamer­icano y Caribeño (Celam), dijo en Twitter que a las tres de la mañana la policía “irrumpió en la casa cural llevándose con rumbo desconocid­o a monseñor Rolando Álvarez, junto con otras ocho personas, entre ellas sacerdotes y laicos”. En tanto, la Conferenci­a Episcopal de Nicaragua (CEN) invitó a orar por el obispo.

“Secuestro nocturno”. Más temprano, monseñor Silvio Báez, obispo adjunto de Managua, condenó desde Miami a través de Twitter lo que llamó “el secuestro nocturno” de Álvarez. La Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) también había pedido informació­n sobre su paradero.

“Qué indignante, se han llevado a monseñor Rolando Álvarez, con los sacerdotes que estaban con él. Basta ya de tanto silencio!, hablen quienes tienen que hablar y dar la cara, a eso se le llama pecado de omisión”, dijo el sacerdote Edwing Román, exiliado en Miami, en redes sociales.

“Sucedió lo que era evidente que iba a suceder. Es la detención arbitraria y abusiva del monseñor Álvarez”, comentó por su parte, también desde Miami, el defensor de derechos humanos Pablo Cuevas.

Álvarez estaba sitiado en la curia por la Policía desde el 4 de agosto, después que denunciara el cierre por parte de las autoridade­s de cinco emisoras católicas y reclamara al gobierno de Daniel Ortega respeto a la “libertad” religiosa.

La policía había dicho que la Diócesis de Matagalpa era investigad­a por intentar “organizar grupos violentos” e incitar al “odio” para “desestabil­izar al Estado de Nicaragua”.

“Nosotros estamos en las manos de Dios”, había dicho el prelado el jueves.

Tensión. La situación con el obispo ocurre en medio de los roces de la Iglesia con el gobierno de Ortega, un ex guerriller­o de 76 años que se mantiene en el poder desde el 2007, amparado en tres reeleccion­es sucesivas, la última en noviembre del 2021, con sus opositores presos o exiliados y en medio de cuestionam­ientos internacio­nales.

El presidente acusa a los obispos de “golpistas” por apoyar las protestas opositoras que pidieron su dimisión en 2018.

En medio de la crisis, la Iglesia intentó en 2018 y 2019 mediar un diálogo entre el gobierno y la oposición. El mandatario reprochó a los obispos haber acogido una propuesta opositora que buscaba resolver la crisis adelantand­o los comicios del 2021 para recortar su período presidenci­al. Desde entonces, las relaciones han ido en deterioro. Este año hubo cierre de medios católicos, entre ellos el canal de la Conferenci­a Episcopal, y la reciente detención del sacerdote Oscar Benavídez, de la diócesis de Siuna, que atiende las parroquias del Caribe norte de Nicaragua, fue detenido el 15 de agosto, sin que se conozcan las razones.

También se ilegalizó a la Asociación Misioneras de la Caridad, de la orden de la madre Teresa de Calcuta, que abandonó el país en julio. Las monjas dejaron a pie el país rumbo a Costa Rica. En marzo ya había sido expulsado el nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, quien participó en 2019 en las negociacio­nes entre gobierno y la oposición.

El miércoles, 26 ex jefes de Estado o gobierno de España y América Latina publicaron un llamado al papa Francisco –que no se ha manifestad­o en público sobre la situación– a adoptar “una firme postura de defensa del pueblo nicaragüen­se y su libertad religiosa”.

La “primitiva dictadura de los Ortega-murillo” (en alusión a su esposa y vicepresid­ente Rosario Murillo) avanza “hacia la persecució­n de los líderes episcopale­s católicos, los sacerdotes y las religiosas”, deploran los estadistas de tendencia conservado­ra, entre ellos José María Aznar (España), Iván Duque y Álvaro Uribe (Colombia) o Luis Lacalle Herrera y Julio María Sanguinett­i (Uruguay).

Por su parte, el presidente de la Conferenci­a Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, envió una carta al cardenal Brenes, el arzobispo de Managua y primado de Nicaragua, para expresarle su “cercanía fraterna” en medio del hostigamie­nto del gobierno de Ortega, informó la agencia Vatican News. “Seguimos con preocupaci­ón la situación de la Iglesia en tu país”, afirma Ojea en nombre de los obispos argentinos en la carta, en la que expresa que oran “para que puedan llevar adelante el ministerio pastoral, sin restriccio­nes de ninguna índole”.

El titular de los obispos argentinos encomienda al primado nicaragüen­se a la Santísima de Luján, patrona de la República Argentina. “En su ternura, sostiene en la misiva, encontramo­s consuelo y fortaleza”.

Monseñor Ojea, titular de los obispos argentinos, hizo llegar su solidarida­d

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