ANTECEDENTE
El fiscal federal Azzolín había solicitado la apertura de una aplicación de mensajería de una mujer que había sido imputada por acopio de marihuana y cocaína.
Los peritos habían intentado desbloquearlo, pero no pudieron. Así se entendió que solo se lograría con los datos biométricos de la imputada. Por eso Azzolín realizó el pedido.
Finalmente en mayo pasado, la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca ratificó la orden de que se abra la aplicación con el reconocimiento facial o la huella.
Allí se argumentó que la medida era “similar o hasta incluso menos invasiva” que la extracción de sangre para un cotejo de ADN o la utilización del acusado en una rueda de reconocimientos.