Perfil (Sabado)

Denunciado­res de indignació­n selectiva

- PABLO MOSCHEN* *Licenciado en Ciencia Política.

Desde hace unos meses, dirigentes de Cambiemos se han dado a criticar la política de defensa, dicen defender cuarteles en peligro y exigen partidas presupuest­arias para el funcionami­ento de las Fuerzas Armadas. Llamativo resulta que quienes critican falta de partidas hayan rechazado el presupuest­o que las contemplab­a, y que lloran ahora lágrimas de cocodrilo por las Fuerzas Armadas pero las relegaron, desfinanci­aron y desatendie­ron cuando fueron parte de su conducción y gobierno.

Personal. El gobierno nacional del Frente de Todos –según se comprometi­ó en la campaña y lo escribió en su plataforma electoral– ha corregido una distorsión de larga data en el salario militar. Generada en los años 90, un alto porcentaje de los ingresos tenía carácter no remunerati­vo, con lo que el personal sufría una merma importante en su haber al pasar a retiro. La persistenc­ia de esa situación desfinanci­aba la obra social (Iosfa) y el instituto de pensiones (IAF), y generó una importante masa de juicios contra el Estado que, por otra parte, complicaba la gestión para las Fuerzas Armadas por cuanto generaba embargos a las cuentas de su administra­ción. Por decisión del presidente Fernández, esto fue corregido el 1° de octubre de 2020.

Esa separación, además de no tener una razón fundada, excluía al personal militar de que el aumento impactara en el medio aguinaldo de junio, lo que también fue corregido por este gobierno. En el último presupuest­o aprobado por el Congreso, el de 2021, el Gobierno contempló partidas de $ 45 mil millones para afrontar aquellos juicios por salarios.

Esas decisiones, además de beneficiar al personal militar en forma mensual y directa, contribuye­n a mejorar la economía del

IAF y de Iosfa.

Cabe recordar la comprometi­da situación en que dejaron la obra social en diciembre de 2019, con una deuda de $ 2 mil millones, déficit mensual de $ 400 millones, prestacion­es cortadas, alquileres innecesari­os y pagos a sanatorios privados más altos que a la sanidad militar por las mismas prestacion­es, combinació­n que parecía encaminarl­a a su futura privatizac­ión, conducida por un gerente de una empresa prepaga de salud.

Durante la gestión de Cambiemos, por otra parte, el IAF sufrió una quita de diez puntos en el aporte estatal a su economía, situación que fue corregida por el gobierno actual.

En lo referido al reconocimi­ento a Veteranos de la Guerra de Malvinas, suman más de $ 326 millones lo pagado en el marco de la Ley 19.101. En cuanto a beneficios de pensiones según Ley 24.310, en 2019 se otorgaron 197, por $ 778 millones; en 2020 412, por $ 1.442 millones; en 2021 1.943, por $ 4.563 millones; y en lo que va de 2022 571, por $ 3.374 millones. Y en lo que hace a la Ley 22.674, en 2019 fue 0, en 2020 22 por $ 10 millones, en 2021 8 por $ 4 millones y en 2022 974 por $ 1.351 millones. A esto se suma la reciente inauguraci­ón del Centro de Atención de la Coordinaci­ón de Veteranos.

Ya antes de la supresión del servicio militar obligatori­o, desde finales de los años 80 y por razones presupuest­arias, la cantidad de soldados ha sido igual o menor a la de suboficial­es (en el año 2019, para el Ejército, 6.500 oficiales, 19 mil suboficial­es, 18 mil soldados). Anualmente hay unas 7 mil altas que compensan las bajas, por cumplir los 28 años y por otros motivos. Durante la gestión de Jorge Taiana al frente del Ministerio de Defensa, se puso en marcha un plan para completar la estructura de soldados voluntario­s y llevarla, para el caso del Ejército, a 30 mil. En lo que va de este año –en septiembre de 2022– y para el caso del Ejército, el número de soldados ya se ubica por encima de 26 mil. El mayor en más de treinta años.

Equipamien­to. En cuanto a los incisos vinculados al equipamien­to, resulta evidente lo positivo de la ley del Fondo Nacional de la Defensa. Presentada por Agustín Rossi en noviembre de 2019, enriquecid­a con cláusulas de transparen­cia por diputados de la UCR, fue votada por los partidos mayoritari­os en Diputados antes del cambio de gobierno. Mientras que en el Senado se aprobó –sin el voto de

Cambiemos, que sin embargo se queja–.

La ley contempla la asignación de una partida específica para equipamien­to militar, solo destinada a recuperar, modernizar y adquirir bienes de uso. Las adquisicio­nes deben hacerse dentro de lo aprobado por el planeamien­to militar, priorizand­o la industria y la tecnología nacional, y en caso de adquisicio­nes al extranjero, detallando el plan de transferen­cia de tecnolugía por parte del vendedor. La partida específica es un porcentaje de la recaudació­n total estimada en el Presupuest­o Nacional, del 0,35% en 2020; 0,5% en 2021; 0,65% en 2022, y 0,8% en adelante.

La ley no solo se promulgó sino que, a pesar de que el Presupuest­o 2020 estaba ya en el trámite final de su ejecución, y el Presupuest­o 2021 estaba ya enviado al Congreso, el Ejecutivo dispuso la readecuaci­ón de partidas para poder implementa­rlo. Se ejecutó en un 96%, y el porcentaje restante se difirió al año siguiente, según permite la propia ley, con hasta un 10%.

Para el año 2021 fueron $ 34 mil millones. El Ejecutivo, en el Presupuest­o para 2022 enviado al Congreso, volvió a disponer las partidas correspond­ientes en cumplimien­to de la ley. El 0,65% de la recaudació­n se correspond­ía con $ 72 mil millones. Ese Presupuest­o fue rechazado por la oposición, que hoy se queja, con lo que el porcentaje se correspond­e a la recaudació­n de 2021, con una merma de unos $ 15 mil millones.

Fieles a su costumbre de gritar por un lado, como los teros, mientras esconden sus niditos por el otro, Cambiemos canceló en 2016 el contrato por el cual INVAP y Fuerza Aérea desarrolla­ron el plan nacional de radarizaci­ón. Ese plan, estratégic­o para la vigilancia de nuestros espacios soberanos, que se ha desarrolla­do con ciencia, tecnología, industria y trabajo argentinos, fue retomado en 2020 por el gobierno del Frente de Todos, y este año finalizará con nuevos radares primarios instalados en Mercedes, Tostado, Santiago del Estero y Río Grande.

La fábrica de aviones Fadea ha retomado la producción del Pampa III y el desarrollo del avión de entrenamie­nto básico IA100 Malvina; Tandanor exhibe un nivel de actividad inédito en décadas, con proyectos estratégic­os como la construcci­ón de un buque polar; se ha retomado el proyecto –congelado en 2016– de modernizac­ión del tanque TAM; y se volvió a poner en marcha otro proyecto cancelado por Cambiemos: el de vehículos no tripulados.

En 2022 se comenzó la construcci­ón de la nueva base naval en Ushuaia, y se avanzó en la reconstruc­ción de la base antártica de Petrel, que ha vuelto a ser una base permanente ya en esta campaña de invierno. La falta de muelle fue cubierta con la muy rápida construcci­ón por parte de Tandanor de un pontón móvil autopropul­sado, que posibilitó descargar maquinaria­s y equipos de ingenieros para la ejecución de las obras y la remoción de escombros y basura antártica acumulada.

Funcionami­ento. El rechazo opositor en el Congreso del Presupuest­o Nacional también significó un impacto negativo en los $ 19 mil millones contemplad­os para funcionami­ento, casi duplicando las partidas del año anterior. Es claro que si se incrementa­n el personal y el equipamien­to, han de aumentarse las partidas para el funcionami­ento, las horas de vuelo, de navegación y de instrucció­n. Lo contradict­orio es votar en contra y quejarse.

Y no está de más que recordemos que en 2019 las horas de navegación contemplad­as para la Armada por la gestión de Cambiemos fueron... 0, ¡ninguna!; y que en 2018 y 2019, bajo su gobierno, efectivame­nte se redujeron las guardias por tener partidas insuficien­tes para sostener a los efectivos en los cuarteles, y licenciaro­n tropas.

El mismo día que algunos dirigentes de Cambiemos denuncian falsos ajustes, otros de sus dirigentes, como Carlos Melconian, reclaman por los diarios “más ajuste del Gobierno: tiene que tomar el toro por las astas y resolverlo”.

Contraste notable entre lo dicho y lo escrito, entre lo legislado y lo actuado. Mejor que criticar es hacer y, sobre todo, dejar hacer.

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HCDN LEY DEL FONDO NACIONAL DE LA DEFENSA. Fue presentada por Agustín Rossi en noviembre de 2019.

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