Los tres monos puestos como cruce entre artes
“Se busca la permeabilidad y fluidez entre lenguajes antes delimitados.”
Una cruza especial, y diferente: danza, teatro, poesía y clown. Esa es tan parte del ADN, mutante y en movimiento, la obra Sansaru con dirección y dramaturgia de Magui Ganiko, que explica: “Yo estudié danza butoh en Japón con el gran maestro Kazuo Ohno. En oriente las artes escénicas no son tan rígidas como en occidente: en el teatro kabuki se combina danza, teatro, canto, y en la ópera de Pekín acrobacia, canto, artes marciales, etc., las fronteras entre cada lenguaje se fusionan. En occidente, la irrupción de la palabra en los espectáculos de danza, con soportes audiovisuales y de instalaciones escénicas, es una necesidad de la época que busca la permeabilidad y fluidez entre lenguajes que antes estaban rígidamente delimitados”. Y suma: “Sansaru no es un espectáculo de danza a pesar de que los tres intérpretes danzan, tampoco de teatro aunque los monos hablan, tampoco es clown a pesar de que hay momentos de mucha payasadas. También plantea una participación activa del público, pero no es lo que habitualmente se llamaría una performance. Ya no existe desde la postmodernidad una palabra para definir un estilo, y eso puede ser hoy la esencia que da un margen más amplio de libertad. No tener miedo a las deconstrucciones”.
—¿Cuál es la génesis de Sansaru?
—La idea de los tres monos sabios, tuvo su origen en 2017 en una performance en la Fundación Proa. Me interpeló esta figura de los tres monos: Iwasaru que es el que representa el “no decir”, Kikasaru el “no oír” y Misaru “no ver”. Si bien en la versión original china significaban no decir, ni mirar, ni escuchar las cosas malas, en Japón se transmuto en “hacerse el sota” frente a las injusticias de los poderosos, esta última tiene más que ver con nuestra propuesta escénica. Los intérpretes fueron cambiando por diversos motivos, solo queda un mono original, Lucas Maíz que interpreta a Iwasaru, los otros dos, Antonio Morales (Kikasaru), y Matías Ibáñez (Misaru), se incorporaron casi al finalizar la pandemia.
Por suerte, el final de la cuarentena, nos trajo la bella noticia del apoyo de Mecenazgo, que hicieron posible que el viernes 9 de septiembre podamos estrenar Sansaru después de tantos obstáculos virales y no virales, que por suerte supimos superar como buenos y ágiles monos.