Perfil (Sabado)

Luna de miel

- FEDERICO RECAGNO* * Sindicalis­ta. Convencion­al Nacional UCR.

Los matrimonio­s, las celebracio­nes de casamiento, incluyen una serie de rituales que se mantienen y actualizan de acuerdo a las culturas y/o las religiones de los contrayent­es.

Romper una copa, entregar anillos, hacer promesas o votos, tirar arroz, entrada de la novia, lugar de los padrinos, de los testigos, duración de la fiesta, las ligas, el ramo, junto a antiguas y nuevas tradicione­s.

Un ritual al que dan curso las bodas es la luna de miel. Entendemos por “luna de miel” el período que va luego de la crdido una elección siendo gobernante­s, es posible que, si vuelven a presentars­e con éxito, su luna de miel con la población dure menos que la de un nuevo candidato que trae el beneficio de la duda.

El que ya ha ejercido el poder, aun triunfando tiempo después, lleva una carga negativa más difícil de revertir que el que llega sin decepcione­s previas. No se conoce, en términos futboleros, a ningún jugador que habiendo sido sacado en el primero pueda entrar en el segundo tiempo. Claro que, la esquizofre­nia de la polarizaci­ón eterna sacude al país y puede hacer lo suyo, como el juego del samba que termina tirando a todos por el piso.

Hay encuestas que dicen que la luna de miel, la época romántica del matrimonio, dura un poco más de un año para luego ir perdiendo el entusiasmo original. Al decir de Sabina, que no nos duerman con cuentos de hadas.

En la política y, sobre todo, en la Argentina, la luna de miel puede ser efímera. Por ello, para cualquier político, electo o nombrado, la mejor manera de encarar al pueblo es escuchando genuinamen­te. Que no confundan la luna de miel con la despedida de soltero. Y que, Sabina dixit, todas las noches sean noches de bodas, que todas las lunas sean lunas de miel.

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