Comenzaron los referendos en la zonas ocupadas de Ucrania para la anexión a la Federación Rusa
China: “Se deben respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los países”
Las votaciones en las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este, y en Jersón y Zaporiyia, en el sur, se extenderán hasta el martes. Kiev y los países occidentales las calificaron como una “farsa”, cuyos resultados no reconocerán. Se descuenta la victoria de la anexión, que le permitirá a Rusia sostener que un ataque en esas zonas será al territorio ruso, que Vladimir Putin advirtió que defenderá “con todos los medios”, incluyendo las armas nucleares. Mientras la ONU aseguró que hay pruebas de crímenes de guerra en las zonas liberadas de la ocupación rusa, China toma distancia y pide por la paz.
Las autoridades en las regiones ocupadas de Ucrania fieles a Moscú iniciaron ayer referendos de anexión a Rusia, considerados ilegales por el gobierno de Kiev, que reivindicó avances de sus tropas en el este del país.
Estas consultas, calificadas de “farsa” por Ucrania y Occidente, marcan una importante escalada en el conflicto que comenzó el 24 de febrero.
El G7, grupo formado por siete países de economías avanzadas, advirtió ayer que “nunca reconocerá” esos “referendos falsos”.
“No podemos dejar al presidente Putin que se salga con la suya”, afirmaba horas antes en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
La comisión de investigación de Naciones Unidas sobre Ucrania aseguró ayer, tras visitar 27 localidades e interrogar a más de 150 víctimas y testigos, que “se han cometido crímenes de guerra” en el país. Y también ayer, Ucrania anunció que la exhumación de 436 cuerpos de un lugar de entierro masivo en Izium, ciudad recapturada de manos de los rusos en el noreste, había revelado “señales de tortura”, como extremidades rotas o “genitales amputados” en 30 de ellos.
Pero las críticas internacionales y de Kiev no han impedido que Moscú siga adelante con los referendos en Ucrania. Las votaciones en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk y en las meridionales de Jersón y Zaporiyia empezaron a las 05H00 GMT de ayer, según las agencias de noticias rusas.
Críticas de China. Estos referendos, que durarán cinco días, añaden tensión a una semana marcada por la movilización de 300 mil reservistas anunciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, que también amenazó con emplear su arsenal nuclear para proteger su territorio.
Estaba previsto que cientos de colegios electorales en los cuatro territorios abrieran, así como otros en Rusia, para que pudieran votar los desplaza
dos. “Esperamos que, después del referendo, dejen de bombardearnos y tengamos paz y orden”, dijo Vladimir Shutov, de la región de Lugansk y que acudió a votar a la representación de Donetsk en Moscú. En Moscú, San Petersburgo y otras ciudades, las autoridades organizaron manifestaciones de apoyo a los referendos con gran refuerzo de banderas y consignas. “Estos referendos son un paso hacia esta paz”, dijo Viktor Suvorov, de 40 años, presente en el mitin de Moscú, cerca de la Plaza Roja.
Pero Rusia parece aislada en su propósito. China, su aliado más cercano desde que comenzó la guerra, lanzó una crítica velada ayer al asegurar que “se debe respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los países”. En otro gesto significativo, el canciller chino, Wang Yi, se reunió ayer en Nueva York con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba.
Avances militares de Ucrania.
Los referendos recuerdan lo ocurrido en 2014 en la península de Crimea, anexada a Rusia después de un voto considerado fraudulento por Occidente.
Una hipotética integración en Rusia de estas cuatro regiones, que los observadores dan por sentada, implicaría que Moscú, siguiendo su doctrina, podría usar sus armas atómicas para defenderlas de la contraofensiva lanzada por Ucrania en el este y el sur del país.
Putin aseguró que protegería el territorio ruso por “todos los medios”, mientras que el expresidente y actual número dos del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvedev, señaló que esto implicaría incluso el uso de “armas nucleares estratégicas”.
A principios de este mes, las fuerzas ucranianas recuperaron la mayor parte de la región de Járkov, en el noreste, una contraofensiva que ha permitido a Kiev retomar cientos de ciudades y pueblos que estuvieron bajo control ruso durante meses.
Ayer el ejército ucraniano anunció haber liberado de manos de los rusos la localidad de Yatskivka, en Donetsk, en el este. También dijo que ha avanzado al sur de Bajmut, localidad del este que el ejército ruso intenta tomar desde hace meses sin éxito.
En Odesa, importante puerto del Mar Negro, un ataque ruso con un dron iraní mató a una persona, según las autoridades regionales. El portavoz del presidente Volodimir Zelenski denunció el apoyo a Moscú de Teherán, cuyas entregas de armas “van en contra de la integridad territorial” de Ucrania.
Llamada a filas. En la misma línea, Moscú comenzó el jueves su llamada obligatoria a filas, después de que Putin llamara a unos 300 mil reservistas para reforzar el esfuerzo de guerra. El ejército ruso dijo que al menos 10 mil personas se habían presentado como voluntarios para luchar en las 24 horas posteriores a la orden de Putin.
Pero muchos hombres también estaban abandonando Rusia en masa antes de que se los obligara a alistarse, sobre todo hacia las exrepúblicas soviéticas que conceden la entrada sin visado. Finlandia ha decidido tomar medidas para limitar “significativamente” la entrada de ciudadanos rusos en su suelo, mientras que los países bálticos y Polonia ya llevan semanas bloqueando drásticamente la entrada.