“Son dos piezas que hablan con claridad del presente”
El director musical Jan Latham-koenig lo dice fuerte y claro a la hora de hablar del estreno el 27 de septiembre del doble programa en el Teatro Colón: Los siete
pecados capitales y El castillo de Barbazul, con dirección en escena de Sophie Hunter. Una de las noches más esperadas en el año en el mítico Colón. El mismo Latham-koenig le dice a PERFIL: “Estoy muy excitado por este estreno. Creo que es una combinación muy buena de óperas. Por las conexiones, por las diferencias, las duraciones y los estilos musicales. Cuando haces un programa doble, ¿por qué pondrías dos piezas similares? Al mismo tiempo, no queres dos piezas muy opuestas, en períodos y estilos. Se puede, claro, pero yo no lo haría. Creo que estas son dos piezas perfectas del comienzo del siglo XX, compuestas por genios, genios muy diferentes entre sí”. Y comienza hablando de El castillo de Barbazul, la única ópera compuesta en su vida por Béla Bartók, en 1918: “En el caso de Bartók, creo que nunca conduje una ópera donde la psicología de los personajes está tan perfectamente expresada por la música de la obra. Lo que te das cuenta, cuando lees sobre la personalidad de Bartok, es que de hecho sacaba cosas de su propia psicología, era un solitario que casi nunca desarrolló vínculos muy estrechos con nadie. Le costaba conectar y adoraba a los insectos. Como los grandes artistas, su conexión fue con su arte”. Latham-koenig suma sobre El castillo de Barbazul: “La razón por la que debemos hacer esta ópera en húngaro tiene que ver con cómo Bartók trasladó la música de su idioma, su fonética, al lenguaje de la música, entonces es muy específico ese nexo. No se puede hacer en otro idioma. No es como la ópera italiana, donde las inflexiones coinciden, pero hay cierta libertad. La bartók tenía casi 30 años cuando compuso esta obra… los colores que genera de la orquesta son realmente extraordinarios. Su capacidad de entender las posibilidades de la música y de la voz son impresionantes. Entonces, hemos creado una extraordinaria producción para celebrarla”.
¿Qué significa para Lathamkoenig traer este doble programa al país? Latham-koenig: “Significa mucho traer algo así aquí. La última vez que conduje aquí, en 2007, hice Los siete pe--
cados capitales. Pero me gusta ser parte de esta versión en escena. Parte ballet, parte muchas otras cosas”. Y comienza a hablar de Kurt Weill, co-autor con Bertolt Bretch de Los siete pecados capitales: “Es un compositor que he celebrado e interpretado a lo largo de mi carrera. Siempre me ha fascinado. Es un producto de su época, de una forma tan poderosa. Es imposible aislarlo del contexto político en el que fue compuesta. Hay música que funciona de otra forma, menos atada a su presente, a la Primera Guerra Mundial, la posición de Alemania, el ascenso de Hitler. Una creación contra el capitalismo, pero que no conocían de primera mano. Mi responsabilidad es mostrar de que tratan ambas piezas. Para eso, se eligen los artistas que corresponden. Y generas una puesta en escena que sean fieles al original, y se podrá ver el uso brillante de proyecciones, y de otro recursos maravillosos, de Sophie Hunter, alguien sorprendente”.