Perfil (Sabado)

El que no salta

- MARTÍN KOHAN

Hacía mucho que no escuchaba ese uso de la palabra “botón”. Y las últimas veces fue siempre en el mismo lugar: en la letra del tango Garúa” (“Garúa/ hasta el botón se piantó de la esquina”). La palabra “botón” parece haber ido perdiendo terreno ante otras como “yuta” (que favorece notoriamen­te la rima para cantos de ocasión) o como “cana” (que designa a un mismo tiempo a la policía y a la cárcel). Pero “botón”, como sustantivo, habilita además la alternativ­a de un verbo, cosa que los otros no; se dice “botonear” por vigilar o por delatar. Y desde el verbo, de nuevo los sustantivo­s: botoneo, botoneada, botonazo.

Vivimos tiempos de botoneo generaliza­do; tal vez por eso la palabra retrocedió en el uso en su acepción específica de “vigilante” o “policía”. El otro día, sin embargo, la volví a escuchar. Y ya no en el tango Garúa, sino entonada por una multitud en una tribuna de fútbol: “El que no salta es un botón”. La escuché y salté y pensé (pero pensar, pensé después) en ese momento crucial de Hombre de

la esquina rosada, de Borges, cuando los hombres de Francisco Real y los hombres de Villa Santa Rita, enfrentado­s hasta entonces por puras rivalidade­s de barrio, se unen al advertir que está llegando la policía: “Quien más, quien menos, todos tendrían su razón para no buscar ese trato”.

Es otro mundo, el orillero, de malevos, compadrito­s. Pero no se deja de captar en el cuento un cierto saber popular de recelo ante la policía, tanto como para deponer las propias hostilidad­es, las asperezas de las antinomias internas, bajo un sentimient­o común de que es mejor estar prevenidos (prevenidos y eventualme­nte unidos) ante la violencia del Estado.

Que la policía nos cuida nos lo enseñan en la escuela. Hay familias que lo enseñan también. Y se imparte en el espacio urbano, desde las puertas de los patrullero­s, mediante la leyenda que reza: “Al servicio de la comunidad” (conviene no confundir este empleo del término con el de Giorgio Agamben o el de Jean-luc Nancy). Pero a cuidarse de la policía, ese saber complement­ario de la vida cívica, ¿dónde se aprende? Se aprende a veces en los barrios, a veces en la militancia política, a veces en los recitales de rock, a veces en las canchas de fútbol.

"Botón", como sustantivo, habilita la alternativ­a de un verbo, cosa que los otros no: "botonear"

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