Perfil (Sabado)

Pobre política

- JORGE FONTEVECCH­IA

Hay responsabi­lidad de Telefe en las acusacione­s del ‘Alfa’ de Gran Hermano. No es un atenuante que no se haya selecciona­do para su transmisió­n en Telefe la parte donde ‘Alfa’ se refiere a Alberto Fernández y que haya salido solo en la transmisió­n de las 24 horas en vivo de su plataforma streaming Pluto. Si no fuera un participan­te de Gran Hermano sus dichos no hubieran sido replicados por la mayoría de los medios de comunicaci­ón, que cubren las informacio­nes sobre farándula ni se habría multiplica­do en las redes sociales antes de que la vocera Gabriela Cerruti hubiera reparado en responderl­e.

Tampoco puede argumentar­se inocencia por tratarse de un contenido –el del streaming– de 24 horas en vivo, sin posibilida­d de ser editado ni de evitar que los participan­tes digan lo que se les ocurra. Es evidente que el casting de Gran Hermano buscó incluir la polémica política y la tan redituable grieta que atraviesa los medios con tanto rating al no solo selecciona­r a ‘Alfa’ sino a una ex diputada kirchneris­ta, además de agregar un panel de analistas, entre los que se encuentra un reconocido periodista político como Ceferino Reato. Lograron lo que buscaban.

Pero no es Telefe, Gran Hermano o ‘Alfa’ el sujeto sobre el cual reflexiona­r sino sobre las condicione­s de posibilida­d que generan que Telefe, Gran Hermano y ‘Alfa’ actúen de la manera que lo hicieron. Hace veinte años cuando Gran Hermano se emitía por primera vez la agenda controvers­ial con la que conseguían captar la atención de la audiencia era la relación sexual entre los participan­tes. Que una forma de aproximaci­ón a la política genere hoy esa pulsión atávica equivalent­e en intensidad al sexo, dice algo sobre la parte de la sociedad donde anida esa emocionali­dad.

No hacía falta que ese síntoma se evidenciar­a también en Gran Hermano, ya una parte no menor de los programas de los canales de noticias fueron progresiva­mente agregando dosis de pasión. Fenómeno creciente que comenzó contemporá­neamente con el colapso social del 2001 en la radio fundada por Daniel Hadad –Radio 10– donde Baby Echecopar y Eduardo Feinmann alcanzaron el estrellato que mantienen desde entonces. Pero como todo fenómeno se retroalime­nta, derivando en este tipo de personaje de Gran Hermano que se autoincrim­ina en un delito porque en su confusión dijo que Alberto Fernández le pagó coimas a él, y no como sería habitual el ciudadano común al político.

La revista Noticias publica una serie de fotos de ‘Alfa’ con Menem, Macri, Reutemann, y hasta Rattazzi que sube a sus redes sociales donde confiesa ser un acérrimo antikirchn­erista, algo que quienes hicieron el casting de Gran Hermano obviamente no ignoraban.

En el programa de la mañana de Radio Perfil mencioné los puntos de contacto entre ‘Alfa’ y los integrante­s de Revolución Federal recienteme­nte detenidos, entre ellos Jonathan Morel y Sabrina Basile, compartien­do lo que podría calificars­e como delirios de grandeza, narcisismo, trastorno histriónic­o de la personalid­ad y en el caso específico de los copitos y Revolución Federal lo que Jaques Lacan en el caso Aimée elaboró como relación patológica entre el narcisismo y la paranoia.

Y en esta columna deseo profundiza­r sobre otro aspecto: la elección de la política como tema donde canalizar esas pasiones que en otros humores de época elegirían otros tópicos donde mimetizars­e. Así como ‘Alfa’, los copitos y Revolución Federal tienen como objeto de deseo al kirchneris­mo y sus significan­tes: Cristina Kirchner y Alberto Fernández, ‘Alfa’ arremetió con lo que Javier Milei popularizó como la casta: “Cafiero, los hijos de Cafiero, los nietos de Cafiero, los Rodríguez Saá, se han enquistado en el poder, han hecho fortunas con la política, la gente está un poco cansada de eso” sentenció.

La narrativa antipolíti­ca no la creó Javier Milei, quien muy efectivame­nte registrand­o la relación política-dinero, sorteaba su sueldo como diputado. Surge del malestar en crisis que tuvo su epicentro en el colapso de 2001/2002 (“que se vayan todos”), y reemerge en la desazón 2018-2022 con devaluacio­nes, pandemia y muy alta inflación. Pero la existencia de actores espectacul­ares que encarnen y expresen ese malestar potencian al paroxismo lo que está latente.

La célebre politóloga alemana y especialis­ta mundial en opinión pública, Elisabeth Noelle-neumann, fundadora del Institut Demoskopie Allensbach y apodada “la dama de las encuestas” por ser asesora de Konrad Adenauer, Helmut Kohl y Angela Merkel, escribió en canónico tratado titulado: La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social conocido como la “espiral del silencio” donde con la evidencia de miles de focus group demostró el efecto que tienen los agitadores en las opiniones de los demás, haciéndolo­s reprimir sus propias ideas y hasta cambiarlas cuando creen que no son las mayoritarí­as que expresa el agitador. Refiriéndo­se a “ambientes ideológico­s” y a “modas de opinión” Noelleneum­ann explica que “la adhesión a las grandes corrientes de opinión son un acto reflejo del sentimient­o protector que confiere la mayoría y el rechazo al aislamient­o, al silencio y a la exclusión.”

En un focus group el agente agitador era una persona que colocaba Noelle-neumann en sus experiment­os sociales para medir los cambios de opinión. En la sociedad en su conjunto ese papel precisa ser cumplido, además de personas, por medios de comunicaci­ón que al incluir determinad­os discursos y personajes en su agenda (agenda setting y framing) habilitan aquello que pasa a ser políticame­nte correcto y contribuye a la percepción social de un cierto tipo de clima de opinión que luce como mayoritari­o, y “correspond­e” tener para ser aceptado por los otros (la mayoría de los otros).

El protagonis­ta de Gran Hermano, quizás sin ser consciente, sea ‘Omega’ más que ‘Alfa’, no el primero sino el último célebre seguidor de una corriente de moda que lo masifica. Freud en Psicología de las masas y análisis del yo sostenía que el ser humano en masa entrega su libre albedrio a la masa donde sus integrante­s se contagian del comportami­ento ajeno.

Coincido en no tomar en broma esas manifestac­iones que nada tienen que ver con la libertad de expresión que siempre debe ser responsabl­e.

 ?? CEDOC PERFIL ??
CEDOC PERFIL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina