Una vanguardia que cumple cincuenta años
La obra es un caso único en la cartelera porteña: cincuenta años haciendo funciones. Hoy su director, Antonio Leiva, relata la historia.
La larga historia del emblemático espectáculo La lección de anatomía que creó Carlos Mathus se inició el 2 de diciembre del 1972 y cumplen cincuenta años de funciones. Hoy es Antonio Leiva quien asume la dirección y también el relato de tantas temporadas con muchos actores que empezaron ahí sacándose las ropas. Entre ellos estuvieron desde Daniel Fanego, Carlos Calvo, Claudio Gallardou hasta Virginia Innocenti, por nombrar sólo a algunos. Ahora el elenco está constituido por: Luciano Heredia, Jimena Grandinetti, Verónica Romero, Valentina Cerati, Eliana Manzo, Omar Ponti y Alejo Ortiz, hasta que empiece El hotel de los famosos 2. Mientras que los reemplazantes son Pedro Raimondi, Hermes Molaro, Yamila Gallione y Javier Salas. Las funciones son de miércoles a domingos en el teatro Multitabaris.
Confiesa hoy Antonio Leiva: “Fundamentalmente soy actor. Conocí a Carlos (Mathus) en el Instituto Di Tella. Cuando vi su puesta de Historia del soldado
de Igor Stravinsky quise trabajar con él. Después de una función lo esperé y me propuso sumarme al taller que tenía junto a Ana Itelman, quien daba danza contemporánea. Integré el elenco de El jardín de las delicias, con el que viajamos al VIII Festival Mundial de Teatro de Nancy. Le pedimos que escribiera una obra más despojada y así empezó a traernos los bocetos de La lección de anatomía. Aparecía la carrera por el dinero, el tema del aborto y el machismo, todos temas que siguen siendo actuales,”
—¿Cómo fue el recorrido desde aquel congreso de medicina?
—Trabajamos durante 1971 y parte de 1972. Cerramos el Congreso Internacional de Enfermedades Psicosomáticas que se realizaba en el recién inaugurado hotel Sheraton. Después buscamos un teatro y apareció el Theatron, donde estuvimos diez años. Fueron tiempos difíciles durante la dictadura. Todas las semanas debíamos ir a la Oficina de Infracciones para levantar las multas que nos ponían, por cualquier motivo. En 1975 fue Carlos (Mathus) a estrenarla a Brasil y se quedó hasta principios de los ochenta. Estábamos prohibidos en la televisión, la radio y en los diarios, pero la gente venía igual a vernos. Tuvimos un músico desaparecido, el catamarqueño Silvio Mario «Icho» Valderrama. Nunca bajamos la obra de cartel, sólo que en el 2008 Mathus decidió no seguir haciéndola. La repuse en el 2017 en el teatro Empire hasta ahora, que por una nueva invitación de Carlos (Rottemberg) volvimos al Multitabaris.
—¿Cómo se conforma hoy la compañía?
—El más antiguo es Omar Ponti, quien cumplió treinta años en el espectáculo. Los actores rotan ya que hacen dos funciones los sábados y vamos ahora de miércoles a domingo. Siempre fuimos en cooperativa. Tenemos sólo tres intérpretes nuevos que se sumaron para esta edición. Una de ellas es la actriz ciega Eliana Manzo. Fue una idea de Rottemberg cuando se enteró que ella no tenía trabajo. Le tomé una prueba y se adaptó perfectamente. Fue una experiencia muy interesante y un desafío para todos.
—En todas estas décadas ¿fue un inconveniente encontrar actores que se desnuden?
—No. Ahora se tiene más miedo a desnudarse que antes. En la actualidad hay una mayor obsesión con la perfección de los cuerpos y existe más prejuicio. Siempre fueron ocho actores, aunque en las acciones participan solo siete. Todo el mundo tiene fantasías con La lección de anotomía. Se cree que están todo el tiempo desnudos o que son muchísimos intérpretes. Nunca se modificó la puesta en ningún país donde se estrenó: Brasil, España, Chile, Uruguay, Paraguay o Venezuela. En Madrid el elenco estuvo integrado por Julieta Serrano y Eusebio Poncela, entre otras figuras, en 1977. Se pudo presentar después de la muerte de Franco.