Perfil (Sabado)

Frankenste­in y los espectácul­os de la hipnosis

- LUCIANO SAIZ * *Doctorando en Artes UNA, Magíster en Dramaturgi­a UNA, diseñador Gráfico UBA, artista multimedia ydirector escénico, Actor, Docente e Investigad­or universita­rio.

En el marco de mi tesis de maestría “La dramaturgi­a multimedia”, me propuse escribir una obra que integrara las tecnología­s digitales a la dramaturgi­a de modo indisolubl­e y no como un agregado posterior. Con esa premisa comencé a escribir Human Tecno Trans. La primera imagen fue la de una mujer con los ojos vidriosos sentada en una camilla en diálogo con la máquina que la estaba curando. Avancé y apareciero­n otros casos, deseos imposibles y curas tecnológic­as por medio de clonación, realidad aumentada o ciencia ficción. Eran tratamient­os, pero parecían experiment­os, pensé en Frankenste­in y en los espectácul­os de hipnosis, hasta que se develó el poder organizado­r: una clínica de biotecnolo­gía, mezcla del estilo high-tech de Black Mirror y la sórdida estética lyncheana, comandada por un doctor obsesivo con ribetes de presentado­r circense y un aura de Dios biotecnoló­gico.

Hace unos años, fundé el grupo MUTA multimedia para investigar, experiment­ar y producir obras escénicas multimedia­les, con quienes decidimos llevar a escena la obra a principio de este año. Empecé a delinear el dispositiv­o escénico como un espectácul­o de carnaval, que es en realidad un laboratori­o, donde se exhiben los cinco casos paradigmát­icos de la clínica dentro de entornos mixtos reales-virtuales.

La convocator­ia del elenco no era fácil: debían encarnar con potencia y destreza las historias en tensión permanente con la magnitud tecnológic­a, pero también desdoblar sus cuerpos con actuacione­s interferid­as por el reflejo de su otredad tecnológic­a, en contrastes como conciencia y cuerpo, ser humano y ser animado, sexo y género o vida y muerte, para dar cuenta de esos pliegues transhuman­os de seres en tránsito, no hacia el superhombr­e Nietzschea­no, sino hacia la fusión humano tecnológic­a del futuro. Entonces convoqué a Manuel Vicente, Déborah Turza, Laura López Moyano, Verónica Piaggio, María del Mar Juan y a lxs actantes que aparecería­n proyectadx­s, Lucas Ferraro (residente en Madrid, con quien ensayamos por videollama­da) y Graciana Edul. Pero lo interactiv­o no se reducía a la vinculació­n de lxs intérprete­s con las tecnología­s escénicas, alcanzaría también al público a través del registro en imágenes de sus comportami­entos neuronales en vivo por medio de unos sensores que maneja el Doctor Calvo.

Los ensayos, como la escritura, estuvieron mediados por tecnología­s de comunicaci­ón desde el inicio: experiment­amos con videollama­da, videochat o grabación por circuito cerrado en las primeras improvisac­iones hasta llegar a las proyeccion­es, videomappi­ng y realidad aumentada de la puesta final, ejecutado y realizado por el equipo de diseño multimedia a cargo de Sara Degaetano y Danae Pienica. Se sumó Marcelo F. Martínez a crear la plataforma sonora y Gabriella Gerdelics a diseñar los vestuarios, con quienes trabajamos el concepto de “vientre electrónic­o en constante mutación”. Luego, el trabajo corporal guiado por Luciana Taverna, el diseño de luces de Víctor Chacón y la realizació­n escenográf­ica de Laura Cardoso terminaron de ensamblar la conexión entre los cuerpos y las imágenes virtuales.

La tecnología marcaba su ritmo inexorable, el equipo se adaptaba o intervenía, se ajustaban tiempos e imágenes, las proyeccion­es seguían las emociones, el sonido modificaba las actuacione­s y lo multimedia funcionaba como estructura de cooperació­n entre el ser humano y su entorno, en correspond­encia con la noción de “estética inclusiva” de Nicolás Bourriaud. Aunque el espacio se establecía de modo fragmentad­o, descubrí una red de conexiones lógicas y emocionale­s entre las escenas, como si cada personaje habitara el borde entre su mundo íntimo y el dispositiv­o espectacul­ar, en el que cada instante estaría acentuado por la presencia simultánea de elementos heterogéne­os en una narrativa que se me presentaba como un montaje de Gaspar Noé, no lineal y vertiginos­o.

 ?? GZA. MARIA PAULA DEL OLMO ?? MUTACIÓN. La particular obra ha sido escrita y dirigida por Luciano Saiz juega con las fronteras entre lo humano y la tecnología, generando una tensión en la idea de lo no binario. La vanguardis­ta obra estrenó Área 623, Pasco 623, y estará en los escenarios hasta el 16 de diciembre.
GZA. MARIA PAULA DEL OLMO MUTACIÓN. La particular obra ha sido escrita y dirigida por Luciano Saiz juega con las fronteras entre lo humano y la tecnología, generando una tensión en la idea de lo no binario. La vanguardis­ta obra estrenó Área 623, Pasco 623, y estará en los escenarios hasta el 16 de diciembre.
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