Alojado en la misma cárcel de la que se fugó su padre
Ovidio Guzmán, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán, fue recluido en la cárcel de alta seguridad de donde se fugó su padre en 2015, cerca de Ciudad de México. Tras ser capturado el jueves en Culiacán, Guzmán, líder de Los Menores –una fracción del cartel de Sinaloa–, fue enviado al penal del Altiplano, a una hora por carretera de Ciudad de México, confirmó ayer el gobierno. Imágenes difundidas por la prensa mostraron a alias “el Ratón” con un chaleco anaranjado y barba poco antes de subir a un helicóptero para ser trasladado desde una sede de la fiscalía en Ciudad de México a la prisión. Su arresto dejó como saldo diez militares y 19 presuntos delincuentes muertos. En esa misma penitenciaría permanece Rafael Caro Quintero, el “Narco de narcos” y uno de los fundadores del extinto cartel de Guadalajara, quien fue aprehendido en julio pasado.
El Chapo Guzmán, quien purga cadena perpetua en Estados Unidos, se escapó de esa cárcel el 11 de julio de 2015. El entonces líder del cartel de Sinaloa se evadió a través de un túnel que conectaba la bañera de su celda con una propiedad cercana a la prisión. Además de luz eléctrica, la excavación, de 1,5 kilómetros, tenía rieles y tanques de oxígeno.
El Chapo recorrió esa distancia en una motocicleta adaptada a los rieles y salió por una escalera que conectaba el túnel con la casa en obra negra, rodeada de cultivos.
De acuerdo con las autoridades, el cartel de Sinaloa tenía amplia experiencia en la construcción de túneles, pues ha hecho varios en la frontera con Estados Unidos para traficar drogas.
No fue su única fuga de prisión. En 2001, Guzmán Loera se escapó de la cárcel de alta seguridad de Puente Grande, en el estado de Jalisco. En 2016, el Chapo fue recapturado y al año siguiente extraditado a Estados Unidos, que también requiere a su hijo. ■