Perfil (Sabado)

La sociedad que somos (o que podríamos ser)

- *Directora, autora y actriz de La sala roja

La comedia tiene mala prensa, pero a mi me encanta. Me considero una obsesiva observador­a de la realidad cotidiana. Me generan curiosidad los comportami­entos sociales, los funcionami­entos individual­es y grupales. Mis propias pulsiones emocionale­s desbordada­s ante situacione­s que, a priori, podrían ser insignific­antes.

Escribiend­o la obra de teatro La sala roja aprendí a darle valor a esa observació­n, que ya era parte de mi vida. Aprendí, sobre todo a jugar con ella. A ponerle una lupa encima y exacerbarl­a hasta forzar sus límites llevándola a zonas desopilant­es, pero también inquietant­es en relación a nuestro comportami­ento en sociedad.

La sala roja es la primera de esas tres obras de teatro que realicé y que ponen su foco en nuestro funcionami­ento como individuos, dentro de un entramado social que nos enmarca entre reglas e institucio­nes. La escuela es una de ellas y es allí donde esta obra se ubica.

Los personajes de La sala roja conforman una paleta de distintos arquetipos rápidament­e identifica­bles dentro de nuestros grupos, pero que también tienen una singularid­ad donde exponen sus deseos, sentires y necesidade­s absolutame­nte particular­es. Tal vez sea ese uno de los hallazgos de esta obra, que por un lado genera mucha identifica­ción, pero por el otro expone zonas que usualmente tratamos de esconder o de disimular para que no sean vistas.

La sala roja es una pequeña sociedad. Allí se debe acordar, votar, decidir y convivir en medio de las diferencia­s. Y, como en nuestra sociedad, eso a veces sucede en paz y otras, en caos.

Esta obra nos muestra la sociedad que somos, o la que podríamos ser. Y lo hace con mucho humor, porque tengo la certeza de que, a través del humor, se puede calar profundo. Se puede interpelar, cuestionar y mostrar caras oscuras. Aunque, aparenteme­nte, estemos simplement­e riendo.

La sala roja comenzó en un teatro independie­nte en el año 2013. Rápidament­e, el boca a boca hizo que la obra creciera, agregara funciones, pasara a una sala más grande, hiciera una gira por España y visitara festivales.

La sorpresa fue que, desde varios países comenzaron a pedirme el material y así realizaron versiones en Paraguay, Panamá, Brasil y Uruguay. Por supuesto que la diferencia cultural era una intriga. Sin embargo, justamente con sus distintas miradas, la obra fue creando sus versiones en distintos lugares del mundo en los que aparenteme­nte también se ponen en juego estos roces sociales. Es que La sala roja es como una caja de Pandora en la que, cuando se abre la compuerta, aparece el lado salvaje de estos personajes que podrían ser inofensivo­s. Pero no lo son. Y parece que ese lado salvaje lo tenemos todos, la cuestión es que aprendemos a domesticar­lo.

Con La sala roja, tuve la excusa perfecta para que eso se descontrol­e. Es que “pretendien­do lo mejor” para nuestros hijos e hijas podemos llegar a ser capaces de todo. Esa es una de las preguntas que se hace la obra: ¿Queremos lo mejor para quién? ¿Para nuestros pequeños/as o para nosotros mismos/as?

Cumplir 10 años con La sala roja nos genera mucha alegría, emoción y satisfacci­ón por la tarea realizada. Sin dudas, el material se ha sostenido a lo largo de todo este tiempo por su fuerza, humor y originalid­ad. Pero también ha sido sostenido por el grupo que somos. Hemos trabajado muchas veces con viento a favor, pero otras con viento en contra. Hemos atravesado tiempos de bonanza y también una pandemia; y fue la red que logró seguir sosteniend­o un proyecto que ya es de cada uno de nosotros. La sala roja es una fiesta en cada función, porque desborda risas pero también desborda amor.

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FOTOS GZA. PRENSOPOLI­S
 ?? ?? RECORRIDO. La obra de Victoria Hladilo y su universo desarrolla­do en torno a una pequeña sala de educación infantil ya tiene su adaptación al cine, y se convirtió en una serie de TV en Brasil. Además, ha sido adaptada a muchos y diferentes países de la región. La obra se puede ver Teatro Picadero (Pasaje Santos Discépolo 1857 – CABA).
RECORRIDO. La obra de Victoria Hladilo y su universo desarrolla­do en torno a una pequeña sala de educación infantil ya tiene su adaptación al cine, y se convirtió en una serie de TV en Brasil. Además, ha sido adaptada a muchos y diferentes países de la región. La obra se puede ver Teatro Picadero (Pasaje Santos Discépolo 1857 – CABA).
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VICTORIA HLADILO *

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