Mejorar ingresos es imprescindible
Ya señalamos que la actual estructura distributiva es preocupante: según la Unpaz los trabajadores participan hoy con el 33% del ingreso.
En el año 2019 lo hacían con el 40% y la ciudadanía decide el cambio de gobierno (por vez primera un presidente que concluye el mandato no puede reelegir), mientras en el año 2016, tras los 13 años de gestión kirchnerista, los trabajadores participaban con el 45% del ingreso generado.
Notable caída en la participación en el ingreso generado de los trabajadores, que obviamente la situación de ingresos medidos en salarios refleja de manera plena.
En sentido contrario, cabe acotar por si hiciera falta que el factor capital participaba con el 42,7% en el año 2016 al finalizar el mandato Cristina Fernández, con el 49% al perder Macri las elecciones y con el 56,6% en el segundo trimestre del año 2022, último dato publicado.
Tomemos como ejemplo ahora, para bajar los números de distribución del ingreso a la vida cotidiana, la evolución de salarios y jubilaciones en el año 2022 respecto a la inflación anualizada y el valor de las canasta de indigencia y pobreza.
La inflación de los segmentos medios bajos y pobres, que se refleja en la canasta básica, superó el año pasado en casi seis puntos al IPC. Grave.
Como señala en su cuenta de Twitter @giorgi_debora en base a datos del Indec: “La variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) en Dic 22 fue 5,0%. La canasta básica total (CBT) de Dic 22 aumentó un 4,5%. En ambos casos por debajo del IPC de GBA (5,3%). En comparación con Dic 21, la CBA aumentó un 103,8% y la CBT 100,3%. En la variación interanual en ambos casos estuvo por encima del IPC de GBA (95,2%)”.
Así las cosas, para un hogar de cuatro integrantes, el valor de la CBA a diciembre de 2022 alcanzó los $ 67.187 y la CBT fue de $ 152.512. Por su parte, el salario formal público y privado promedio según el Ministerio de Desarrollo Productivo fue de $ 154.364 a diciembre de 2022, como se puede ver en este enlace que sigue: bit.ly/3wi4ito.
No olvidemos, ya para cerrar, que el año pasado, 2022, los salarios por Ripte (remuneraciones imponibles a trabajadores estables) crecieron un 88,41% y la inflación fue de 94,8%, mientras las jubilaciones ajustaron un 72,5%.
Finalmente, para observar que la crisis de ingreso afecta a amplios segmentos de la población, incluso medios plenos y altos, obsérvese la evolución del patentamiento de automóviles a diciembre de 2022: en picada. Mejorar estos indicadores centrales para la vida cotidiana del ciudadano de a pie, obviamente es de estricta justicia social, de compromiso con lo pactado en el año 2019 y entonces la mejor manera de enfrentar las elecciones de este año para que vuelvan los 4,1 millones de votos perdidos en el año 2021 y así evitar que la noche neoliberal vuelva a ensombrecer este país.