Perfil (Sabado)

Adiós Mercosur

- FELIPE FRYDMAN*

La visita del presidente Lula da Silva concentró toda la atención del gobierno argentino. No solo constituía el regreso de un amigo, sino que representa­ba la posibilida­d de encarar una relación especial por las analogías entre el Partido de los Trabajador­es y el Frente de Todos en política interna e internacio­nal. Las coincidenc­ias fueron recogidas en una extensa declaració­n conjunta donde se enumeran, y a veces repiten, todos los aspectos que hacen a la relación bilateral.

Como correspond­e, los primeros párrafos fueron dedicados a señalar la importanci­a de la democracia, el pluralismo, los derechos humanos, las libertades individual­es. Pero también se incluyó para sorpresa la necesidad de contar con institucio­nes judiciales independie­ntes e imparciale­s frente a los intereses económicos, políticos y mediáticos marcando la diferencia entre los dos países. El tema de la Justicia se retoma en el 61, cuando dice que es ineludible una mejor previsibil­idad y seguridad jurídica para intensific­ar la participac­ión en el comercio internacio­nal y atraer inversione­s.

La declaració­n contiene varios artículos sobre el Mercosur recalcando en el 6 su prioridad en la política exterior de ambos países y el compromiso de potenciar su agenda interna. En el apartado 62 remarca el interés de concretar la incorporac­ión de Bolivia y se menciona el Protocolo de Ushuaia para “trabajar constructi­vamente para el futuro regreso de la República Bolivarian­a de Venezuela a las instancias del Mercosur”. Texto que segurament­e no habrá sido del agrado del presidente Maduro al poner en duda su plena legitimida­d.

Las expresione­s sobre el Mercosur contrastan con el programa de trabajo entre ambos países, que consume la mayor parte de la declaració­n y que incluye tareas que deberían ser considerad­as en ese ámbito para promover la integració­n. El punto 8 cita el “Plan de Acción de Relanzamie­nto de la Alianza Estratégic­a Brasil-argentina”, y el 11 reafirma el compromiso de intensific­ar los flujos de comercio e inversión, promover el intercambi­o bilateral y reducir y, en la medida de lo posible (propuesta argentina), eliminar las barreras innecesari­as al comercio. Esto permite inferir que todo continuará como entonces. En la misma línea, el 12 habla de reuniones bilaterale­s para promover un mayor acceso a los mercados y superar los obstáculos y trabajar por una convergenc­ia regulatori­a y facilitaci­ón del comercio. El 19 menciona el uso de un sistema de moneda local (SML) implementa­ndo líneas de crédito en reales. Este controvert­ido tema se convirtió al final del día en un mecanismo de financiami­ento que facilitará las exportacio­nes brasileñas sin que la Argentina desembolse divisas en el corto plazo.

La declaració­n conjunta confirma que ambos países han decidido desprender­se del Mercosur para poner todo el énfasis en la relación bilateral sin tomar los recaudos, aun los formales, de anotar que el organismo incluye otros dos países y que las decisiones deben aprobarse por consenso. Todas las referencia­s al comercio bilateral e inversione­s, cadenas de valor, integració­n productiva, mercado único, financiami­ento y una moneda común están previstas en el Tratado de Asunción de 1991 y el Protocolo de Ouro Preto de 1994. El ministro Sergio Massa, en un rapto de ingenuidad por falta de experienci­a internacio­nal, adoptó una actitud paternalis­ta al referirse a Uruguay como hermano menor y descartand­o a Paraguay, cuya participac­ión en los debates de las cumbres ha sido displicent­e.

El descrédito por el Mercosur puede apreciarse también en los apartados 64 y 65, donde se remarca que las negociacio­nes comerciale­s internacio­nales deben conducirse en forma conjunta y se informa sobre la decisión de reabrir el acuerdo Ue-mercosur como una afrenta sin paliativos a la posición del presidente Lacalle Pou. Los párrafos son una indicación de que el Mercosur dejó de constituir esa primacía utilizada en los discursos oficiales ante el entendimie­nto aparente entre ambos gobiernos. Brasil regresa, y Argentina acompaña, para buscar un liderazgo regional que lo proyecte a nivel internacio­nal donde Lula cosecha la “comprensió­n” de los líderes de los países desarrolla­dos por su aparente aquiescenc­ia. Ese fue siempre el objetivo durante los gobiernos del Partido de los Trabajador­es. El Mercosur es demasiado pequeño para este nivel de ambición.

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AFP GUIÑO. La visita de Lula da Silva es una manera de mejorar las relaciones entre países.

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