UNA ALTERACIÓN A INSTAGRAM
Desde que Juana Molina decidió subir a su perfil de Instagram invitaciones a sus shows y algunos pases de comedia protagonizados por personajes hilarantes cuya fisonomía está modelada con los célebres filtros de esa red social, se han multiplicado los pedidos para que regrese a la actuación, aunque sea breve y excepcionalmente. Ella se ha negado sistemáticamente a volver a la profesión en la que brilló con Juana y sus hermanas, un ciclo televisivo que protagonizó en los primeros noventa y que hoy también es de culto. Pero el entusiasmo que despertaron estos videos la sorprendieron tan gratamente como para que, por primera vez en muchos años, no cierre completamente la puerta: “Se revolucionó mi cuenta de Instagram con estos personajes -señala-. Me divierte mucho hacerlos, la verdad. Y lo bueno es que no necesito horas de maquillaje, me pongo el teléfono enfrente y listo”. En uno de esos graciosos videos la acompaña otra gran comediante, Verónica Llinás. También aparece con una imagen muy bizarra, con el rostro reconvertido digitalmente como todos los que Juana ha creado para este nuevo pasatiempo. “A veces pienso que estaría bueno hacer una obra de teatro y se me ocurren algunas cosas que me gustan, pero después me da mucha fiaca -comenta la hija del recordado cantante Horacio Molina y Chunchuna Villafañe-. El que mucho abarca, poco aprieta... Podría ser si se me ocurre una manera de hacerlo pero no como antes, con tantas horas invertidas, sino más simple. Tiene que ser algo que me dé placer y que no sea una carga”.