Mario Vargas Llosa, entre la ‘inmortalidad’ y el escándalo sin fin con su ex Isabel Preysler
En París, el escritor peruano reunió a hijos, nietos, y a Patricia, su exmujer
Con una sincronicidad perfecta, lo público y lo privado de la vida de Mario Vargas Llosa están expuestos a la vez. Por un lado, en París, el escritor logra una excepción sostenida por su producción literaria y se convierte en un nuevo “inmortal” de la Academia Francesa, entidad que regula y protege el idioma francés. Ese hecho aceleró la que parece será una reconciliación con su esposa Patricia Llosa.
Mientras tanto, Isabel Preysler neutralizó ese hecho trascendente para Vargas Llosa develando una carta que le escribió la mujer del escritor, y dio un reportaje porque considera que él se pasó de la raya.
El presente de Mario Vargas Llosa parece un culebrón televisivo, con múltiples personajes y escenarios que se ubican en dos geografías atractivas, como son París y Madrid; y en otras adicionales, como Nueva York y Londres. En la capital francesa, el escritor peruano se convirtió en un “inmortal” gracias a una gestión de carácter excepcional de la Academia Francesa (ver recuadro ¿Por qué Vargas Llosa...?). Y a su vez, ese acto sirvió para exhibir cómo está su vida privada respecto de lo que se intuye será la reconciliación con Patricia Llosa Urquidi, la madre de sus tres únicos hijos, y a quien dejó en 2015 por Isabel Preysler.
En paralelo a esto que sucede en París, su reciente expareja –la mencionada Preysler– activó en Madrid una jugada mediática perfecta para que el rimbombante “ingreso a la inmortalidad” de Vargas Llosa no haga olvidar que el premio Nobel de Literatura es un mortal con luces para la escritura y también con sombras para las relaciones amorosas.
La peor pesadilla. Para Mario Vargas Llosa, según explicó en su libro La Civilización del espectáculo (2012), la sociedad contemporánea prioriza el entretenimiento y la diversión, y eso lleva a la banalización de la cultura y a que el periodismo elija difundir más chisme y escándalo antes que información.
Ese infierno o decadencia que el escritor observa en la cultura y en el periodismo lo tiene desde hace más de un mes como protagonista central por su separación de Isabel Preysler. El glamour del que gozó como pareja de ella siendo su acompañante en alfombras rojas y decorados poco habituales para él hasta el inicio de su relación con Preysler, le mostró que con la ruptura sentimental ese glamour también tenía un lado B. Uno donde el chisme tiene un despliegue más amplio que la información, porque a esa matrix mediática, que solo busca generar clicks, poco le importa la diferencia entre una y otra. Días antes de la ceremonia que llevó a Vargas Llosa a París, el diario español El Mundo le hizo un extenso reportaje para hablar del nuevo logro académico, de su gusto por cierta literatura francesa, y para repetir los conceptos políticos que hace tiempo ubican al peruano como un vocero más de la derecha radicalizada. Pero lo que más se difundió fue lo que dijo de Preysler: “Yo estaba enamorado de Isabel, pero digamos, ese mundo no es mi mundo”.
Carta indiscreta. Después de una virulencia mediática que duró más de un mes, las cosas
parecían haberse estabilizado y al no tener una guardia periodística permanente en la puerta de su domicilio de Madrid, Mario Vargas Llosa creyó –quizá– que la centralidad la tendría finalmente su ingreso a la inmortalidad vía la Academia Francesa. Pero no fue así.
La estrategia de Isabel Preysler fue por dos frentes – mediáticos, por supuesto–, y neutralizó lo que sucedió en París. Ella eligió el monárquico diario ABC para filtrar una carta que Patricia Llosa le escribió el 16 de mayo de 2015 cuando supo que su marido Vargas Llosa estaba en un amorío con Preysler. Y este envió esa misiva a dicho medio porque desde el entorno familiar del escritor dijeron que Patricia no era una mujer que haría ese tipo de cosas.
En dicha carta, la esposa de Vargas Llosa le advierte a Preysler que el premio Nobel no era de fiar y que ese amorío no sería diferente de los que tuvo en su vida junto a ella. “Lo ha hecho veinte o treinta veces a lo largo del matrimonio”, escribe Patricia Llosa. Además, como ella le manejaba la agenda a su marido, le pide a Preysler reunirse para gestionar la presencia del escritor en los medios, sobre todo en los que la ex de Julio Iglesias tiene mayor protagonismo. Y también le pide que permita que se realice un encuentro familiar que Patricia venía organizando hace tiempo para celebrar con toda su familia los cincuenta años de matrimonio con Vargas Llosa, algo que finalmente sí se hizo y que en vista de esta misiva resultó una puesta en escena. El escritor y Preysler ya estaban juntos.
A la defensiva. A la publicación de dicha carta en el ABC como autodefensa de su palabra puesta en duda, Preysler sumó una entrevista en su canal de cabecera, la edición española de la revista Hola. Allí ella fue contundente y se salió de su molde sostenido por décadas a base de sonreír, posar pero no hablar. En Hola Presyler declara: “Hay un límite para todo y lo han traspasado; no voy a permitir que se metan con ninguno de mis hijos”. En realidad, solo se refería a Tamara Falcó, la menor de sus cinco hijos y, sobre todo, la única tan o más mediáticaque su madre. “Mario (Vargas Llosa) añadió dos párrafos a su famoso cuento (N. de la R: Los vientos) el pasado mes de enero. En ellos, hablaba de las islas marquesas –en referencia al marquesado de Griñón que Tamara heredó de su padre–, y se reía de ella, una niña que solo ha sido cariñosa y amorosa con él (...) Meterla en todo esto me parece caer muy bajo”. En Los vientos, él escribió: “La Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de doctor en Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa”. Tamara Falcó se recibió de chef y, además, ganó Masterchef España 2019.
Felices los hijos. Mientras tanto, Álvaro Vargas Llosa – el hijo mayor y más mediático del escritor– parecía disfrutar lo que sucedía en París como venganza que se sirve como un plato frío. Él se encargó de subir a las redes las fotos de Mario Vargas Llosa y Patricia juntos para demostrar que la familia estaba unida de nuevo.
También quien luego de la ceremonia en la Academia Francesa dijo: “A nadie deben mi padre y su obra tanto como a ella (Patricia Llosa). Mi padre lo ha proclamado muchas veces en público, nos lo repite a menudo en privado. Nadie merecía estar en primera fila más que ella. La mujer de su vida, dicen los cursis. No solo los cursis; los inmortales también”.
Su hermana Morgana (49) –quien también viajó a París– repelía a la prensa recordándole que estaba con su hija –menor de edad– y que por favor cuidaran el tono de las preguntas respecto de sus padres. Por su parte, Gonzalo, el hijo del medio del escritor, no aparece en el radar mediático, si bien formó parte del acto que convirtió en “inmortal”. También Patricia Llosa fue interpelada por algunos medios y no precisamente para saber qué le parecía el blasón logrado por el escritor en la Academia Francesa. ■
En Madrid, Isabel Preysler entregó una carta privada que le mandó la ex del escritor