Perfil (Sabado)

Un intento para evadir las obligacion­es

- FACUNDO RODRIGUEZ* *Abogado en Derecho Internacio­nal (UBA), magíster en Relaciones Internacio­nales (UBA) y docente universita­rio (UBA, USI, UNDEF, ISEN).

El pasado 10 de marzo se cumplieron diez años del plebiscito británico organizado en las islas Malvinas donde ciudadanos británicos votaron casi unánimemen­te en seguir siendo un “territorio británico de ultramar”, un eufemismo para referirse a la situación colonial por las que discurren las islas.

La propaganda británica desde hace una década viene haciendo denodados esfuerzos para intentar demostrar que con dicho referendo la situación jurídica de las islas cambió. Lamentable­mente para Londres, la situación real dista mucho de eso.

En cuestiones territoria­les, la práctica de los Estados entiende a los referendos o plebiscito­s como el voto directo de los individuos de un territorio para pronunciar­se sobre el destino de este. Hay, al menos, dos tipos: aquellos en que existen pretension­es soberanas por parte de dos o más Estados sobre un territorio y es la población de este quien decide (por ejemplo, los referendos en Niza, Bélgica y la región renana alemana tras la Primera Guerra Mundial), y, por otro lado, aquellos en los que existe un “pueblo”, en el sentido jurídico, que ejerce su derecho de libre determinac­ión y decide sobre su estatus jurídico internacio­nal del territorio sobre el que se encuentra.

Por ejemplo, los referendos llevados a cabo por parte de Rusia en la región del Donbass (como lo fue en Crimea en 2014) carecen de todo efecto jurídico. Ahora bien, la correcta condena de este tipo de acciones por parte de la comunidad internacio­nal hubiera tenido mucha más fuerza si el accionar pasado de las potencias occidental­es, en especial aquellos Estados parte de la OTAN, no fuera flagrantem­ente contradict­orio.

Respecto al intento propagandí­stico británico en Malvinas, en primer lugar, hay que destacar que el referéndum no contó con el apoyo, el aval ni la fiscalizac­ión de las Naciones Unidas. En aquellas situacione­s donde un referéndum de libre determinac­ión fue la manera de poner fin a una situación colonial, ha sido la ONU quien adoptó la decisión (por ejemplo: Timor Oriental, Tokelau, Nueva Caledonia y el pendiente en el Sahara Occidental). Al ser las islas Malvinas, de acuerdo con la Carta de Naciones Unidas, un territorio no autónomo sujeto a descoloniz­ación, correspond­e a la ONU, y no a la potencia administra­dora, decidir cuándo dichos territorio­s han sido descoloniz­ados.

La ONU ha establecid­o con claridad meridiana que la cuestión Malvinas es un caso especial de colonialis­mo y que no se reconoce presente a un “pueblo” con derecho a la libre determinac­ión.

La respuesta negativa y de indiferenc­ia por parte de la comunidad internacio­nal al ejercicio propagandí­stico y de autosatisf­acción británico es loable. En parte por la inconsiste­ncia británica en su política respecto a la libre determinac­ión (Chagos, Hong Kong). En parte, por el hecho de que el plebiscito fue alarmantem­ente parcial, sin debate alguno y con una versión tergiversa­da de la historia y del derecho aplicable a la disputa. Tampoco hubo una verdadera campaña por ambas opciones.

Aún más grave, Londres apela a la fuerza para el mantenimie­nto de situacione­s coloniales y se niega sistemátic­amente a cumplir con su obligación internacio­nal de solucionar las controvers­ias por medios pacíficos y de poner fin al colonialis­mo en todas sus formas.

La comunidad internacio­nal, de forma correcta, no ha prestado su apoyo a la autosatisf­acción plebiscita­ria británica. Si el Reino Unido desea que sus ciudadanos en Malvinas decidan el destino del territorio en el que habitan, ese territorio primero debería ser británico. Por el contrario, para las Naciones Unidas, el territorio continúa sujeto a descoloniz­ación y el modo de poner fin a la situación colonial imperante es por medio de la solución pacífica de la disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas.

La ONU ha establecid­o que la cuestión Malvinas es un caso especial de colonialis­mo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina