Perfil (Sabado)

Di María y Messi, los dos ídolos de la Selección que viven realidades opuestas en sus equipos

- R.P.

Al PSG solo le queda la Ligue 1, algo que sabe a poco, aunque el DT diga lo contrario

Di María anotó la semana pasada, contra el Nantes, el tercer hat trick de su carrera

En estos tres meses que pasaron desde el Mundial de Qatar hasta aquí, la realidad en sus clubes muestra un contraste asombroso: mientras que Leo no puede salvar solo ni acompañado a un deslucido y decepciona­nte Paris Saint Germain, que acaba de quedar eliminado de la Champions League por el Bayern Munich, el Fideo se convirtió en la figura de una Juventus que está lejos de su mejor momento, pero que al menos avanza en la Europa League. La racha de Di María y las dudas sobre el futuro de Messi en medio de las críticas y un clima de tensión en París.

El yin y el yang. El lado bueno y el lado malo. El oscuro y el claro. Lionel Messi y Ángel Di María fueron y son los símbolos del Mundial ganado por la Selección en Qatar. Son los últimos históricos de una generación que acumula casi dos décadas en el equipo nacional y son, también, los que se alentaron el uno al otro para seguir, ahora que la frustració­n se transformó en veneración, fiesta y alegría.

Sin embargo, desde el Mundial hasta aquí, la realidad en sus equipos muestra un contraste asombroso: mientras que Leo no puede salvar solo ni acompañado a un PSG deslucido y decepciona­nte, el Fideo es la figura de una Juventus que está lejos de su mejor momento, pero que al menos avanza.

Esta semana volvió a quedar clara esa realidad dual que une y separa a nuestros dos rosarinos ilustres: uno de Newell’s y otro de Central. Messi se fue cabizbajo como todos sus compañeros del Allianz Arena de Munich, donde el PSG cayó contra el Bayern y dejó una moraleja: la plata no puede comprar ni un buen equipo ni la mística. Porque los jeques árabes pueden tener todo el dinero del mundo, pueden contratar a los mejores futbolista­s del planeta, pero eso no garantiza que conformen un equipazo. El Bayern, en cambio, demostró eso: que los equipos sólidos se construyen con más ideas y proyectos que billetera.

Ahora, al PSG solo le queda la Ligue 1, algo que sabe a poco, aunque el entrenador Christophe Galtier, más por superviven­cia que por convicción, diga lo contrario.

La Juventus, que había sido eliminada de la Champions en la fase de grupos, se mantiene con ilusiones de ganar la Europa League, mientras que en la Serie A del Calcio está lejísimos del líder, Napoli, e incluso fuera de la zona de clasificac­ión a las próximas copas.

El equipo italiano se sostiene casi en exclusivid­ad por las actuacione­s de Di María. La semana pasada, el Fideo le dio la clasificac­ión a octavos de final de la Europa League al marcar un hat trick ante Nantes, en Francia, que les otorgó la victoria por 3 a 0 a los italianos.

El primero de esos tres, a los 5 minutos del primer tiempo, es para pasarlo en los programas de diciembre con los golazos del año: fue similar al que le hizo a Uruguay por Eliminator­ias, pero más espectacul­ar por la comba que tomó la pelota. Después, en ese mismo partido, Di María marcó de penal tras una lujosa jugada personal que derivó en una mano de un defensor del Nantes y cerró de cabeza, justo en la misma semana en que había dicho que nunca había aprendido a cabecear.

Fue el tercer hat trick en la carrera del rosarino y coincidió en que todos se dieron en el mes de febrero. Los dos anteriores fueron con Benfica en 2010 (4-0 sobre Leixoes en Portugal) y con Paris Saint Germain en 2018 (4-1 a Sochaux por la Copa de Francia).

Pero esta semana, la racha siguió. La de goles y la de cabezazos. Porque fue de ese modo que Di María le dio el triunfo a la Juve contra el Friburgo, por la ida de los octavos de la Europa League. El Fideo, de destacada labor, festejó a los 8 minutos del segundo tiempo con un preciso cabezazo.

Quizá todo se intensific­ó por lo que pasaba, casi en simultáneo, con el PSG de Messi, Mbappé y compañía en los octavos de final de la Champions League, donde quedó refrendada la certeza de que un plantel poblado de estrellas no necesariam­ente se expresa en un gran equipo: el Bayern Munich lo venció por 2-0 y dejó a los franceses otra vez en el centro de una tormenta.

Sin peso colectivo específico, con Messi y Mbappé aislados y desangelad­os, el dream team de los petrodólar­es fue superado incluso con mayor nitidez de lo que había sufrido en el Parque de los Príncipes. El global lo evidenció: 3 a 0.

A diferencia de Di María en Italia, ahora en Francia todos apuntan a Messi, al técnico Galtier –a quien, como sucedió el año pasado con Mauricio Pochettino, ya le están buscando reemplazo–, a Donnarumma y al equipo en general. Sin renovación confirmada, Messi no tiene demasiadas certezas sobre su futuro. Algo que a Di María aún no le sucede.

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FOTOS: AFP FLECHITA PARA ARRIBA. Di María lleva ocho goles y siete asistencia­s en 24 partidos jugados en la Juve.
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FLECHITA PARA ABAJO. Messi no apareció ante Bayern y en Francia lo criticaron, como a todo el plantel.
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