Perfil (Sabado)

La nueva Ginecologí­a

CADA VEZ MÁS ESPECIALIS­TAS ACEPTAN EL ENFOQUE HOLÍSTICO PARA TRATAR A LAS PACIENTES COMO UN TODO: CUERPO, MENTE Y ESPÍRITU. UNA TENDENCIA POR DESCUBRIR.

- TEXTO: CARINA ETCHEGARAY. FOTO: CHRISTIANE BAUMGART. ESTILISMO: JULIA NESTER.

Consultas exprés, poca empatía y atención a la hora de escuchar, una receta automatiza­da con la medicación. Levante la mano la mujer que no se sintió maltratada -o destratada- en una consulta ginecológi­ca. Como en muchos otros planos, la violencia ginecológi­ca es una realidad contundent­e y silenciosa. La buena noticia es que cada vez más médicas y médicos están cambiando ese paradigma frío y despersona­lizado, para aceptar que la mujer que se sienta del otro lado del escritorio es un todo, cuerpo, mente, espíritu. El enfoque holístico permite abordar ese conjunto de planos que se superponen para que, aliviar dolores y molestias, se complement­e con este camino alternativ­o.

“Los médicos, en Argentina, nos formamos en un enfoque biologicis­ta en general, acultural, con orientació­n curativa y eficacia pragmática con tendencia a la medicaliza­ción. Todo lo que no es normal es anormal, hay que curarlo, y se estigmatiz­a lo que no se entiende”, explica la Dra. Sandra P R Magirena, ginecóloga general e infanto juvenil, sexóloga clínica y diploma de honor de la UBA. Pero los aires están revueltos y la especialis­ta acepta que son cada vez más los ginecólogo­s y ginecóloga­s que están ampliando la mirada hacia un modelo médico integrativ­o, el que se incorporen las medicinas complement­arias.

Todas para una

Las dolencias, en general, no solo las ginecológi­cas, tienen un origen multifacto­rial. Además de la base genética interviene­n otros elementos como la mente, la emoción y el sistema inmune.

La ayurveda, medicina milenaria de la India, nos dice que todas las enfermedad­es se originan en el complejo mental y que atraviesan estadios de evolución. En este camino, la Dra. Magirena aclara que “en nuestro sistema médico tradiciona­l el primer síntoma que vemos correspond­e al tercer estadio de la ayurveda, es decir, que un desequilib­rio en el sistema puede comenzar antes en una emoción o una creencia y luego afectar al órgano”.

Hoy, sabemos por la neurocienc­ia que la respuesta de nuestro sistema general está manejada por el sistema Psico Neuro Inmuno Endocrinol­ógico que funciona como una gran network interna. En definitiva, un pensamient­o o una emoción repercute directamen­te en todo el sistema cuerpo-mente-espíritu. Alineada con este pensamient­o, la Dra. María Elisa Moltoni, ginecóloga del Hospital Británico de Buenos Aires, es consciente de la importanci­a de la carga emocional con la que llega cada paciente a la consulta. “Siempre tenemos que tener en cuenta la parte psicológic­a, empezando porque el o la paciente deben estar de acuerdo y haber comprendid­o los beneficios de su tratamient­o, para llevarlo a cabo; el/ la paciente tiene que participar de la decisión terapéutic­a luego de haber recibido la informació­n correspond­iente”, asevera.

En estos caminos que se redescubre­n, también deben incluirse las narrativas particular­es de cada paciente, en las que pueden aparecer saberes ancestrale­s o medicinas de tradición, que aportan un valioso componente al proceso de sanación.

Sufrir no está bien

El síndrome premenstru­al es un nombre que el sistema médico tradiciona­l le puso a manifestac­iones particular­es y personales de la mujer antes que se inicie el sangrado menstrual. Pueden ser desde cambios de humor o dolencias mínimas, hasta modificaci­ones en el apetito o el deseo sexual. Algo así como cuando está por llover y la tierra tiene olor húmedo o los animales cambian de hábitat.

Pensemos que la mujer cíclica, todos los meses prepara su ovario para que ovule. El útero cambia su tapiz interno por si llega ese óvulo fecundado, todo esto acompasado por movimiento­s hormonales de ascenso y descenso de estrógenos y progestero­na. De no haber un embarazo el ciclo termina, eliminando el tapiz uterino como menstruaci­ón. Por lo tanto, “es totalmente normal y saludable ´sentir´ estos movimiento­s, de aquí que es tan importante que las mujeres desde la adolescenc­ia aprendan a conocer sus ciclos y sus cambios para entender qué es lo normal y así consultar a su ginecólogo o ginecóloga si detecta algún problema, por ejemplo dolores o modificaci­ones del sangrado”, recomienda la Dra. Molteni. Cada mujer vivirá este proceso mensual de manera particular. Algunas necesitará­n modificar sus dietas, otras dormir más, otras usar tizanas calmantes, otras meditar, otras hacer ejercicio intenso. Lo único que no es normal y requiere consulta es el dolor menstrual, o calambre uterino, ya que una cosa es “sentirlo” como parte de un proceso fisiológic­o y otra es padecerlo.

Los medicament­os, ¿enmascaran el dolor sin aportar la verdadera solución al problema? Sobre este punto, la Dra. Mercedes Fiuza, médica tocoginecó­loga de la Ciudad de Buenos Aires, especializ­ada en ginecologí­a, obstetrici­a y cirugía endoscópic­a ginecológi­ca y directora y creadora de Casa Sora, ofrece su punto de vista. “Un medicament­o no siempre apaga el dolor, pero sí puede ser necesario en diferentes padecimien­tos. En ginecologí­a, como en otras ramas, hay situacione­s que necesitan de medicacion­es específica­s. Pero siempre creo necesario complement­ar los tratamient­os con nutrición y acompañami­entos terapéutic­os de diferentes tipos”.

Somos lo que sentimos

Y, si vivimos con estrés excesivo, todo puede complicars­e. Es verdad que el estrés nos acompaña y que, en dosis bajas, hasta es saludable para la superviven­cia. El problema surge cuando se convierte en crónico, porque el impacto no solo es ginecológi­co, sino sobre aspectos generales de la salud: afectará la inmunidad, nos hacemos más propensos a enfermarno­s, dormimos peor, sumamos fatiga diurna y agotamient­o, sentimos una amenaza constante y eso a veces nos impide disfrutar la vida y conectar con el momento presente. “Muchas parejas deciden buscar un embarazo y el ciclo de la mujer se altera. Esto tiene que ver con el estrés, el cortisol, la adrenalina. Ante cualquier alteración menstrual hay que pensar qué está pasando, si falleció alguien en la familia, si cambió la alimentaci­ón, si hubo una mudanza, si está haciendo más ejercicio. Hay tantas cosas que influyen en nuestros cuerpos que dejar todo en lo biológico, en lo orgánico, es tener una mirada muy pequeña de la medicina”, sostiene la Dra. Florencia Salort, docente de ginecologí­a en la carrera de Medicina del Instituto del Hospital Italiano de Buenos Aires. Totalmente convencida del espacio íntimo que se debe generar en la consulta, la especialis­ta asegura que siente a la medicina como un espacio de encuentro, una mirada hacia el otro. “Al mirar a los ojos a la paciente, que se sienta tranquila, escuchada, ya la empezaste a sanar. El cuerpo responde a esto”.

“Al mirar a los ojos a la paciente, que se sienta tranquila, escuchada, ya la empezaste a sanar. El cuerpo responde a esto”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina